Isaías Márquez
Vistos los comunicados emitidos por las diferentes organizaciones que luchan por la defensa de los DDHH en virtud de las diferentes detenciones infundadas y acosos inquisitorios hacia políticos, defensores de derechos constitucionales y principios rectores de los mismos, la administración de justicia se aplica fuera de todo orden deontológico; pues tenemos jueces y magistrados a voluntad del Ejecutivo nacional, solo para actuar bajo las órdenes palaciegas, muy separadas de los ideales supremos del Libertador Simón Bolívar sobre la justicia, como la más hermosa corona; que por si sola, “ es la que conserva a la República” y es, además, la base de la soberanía del pueblo, aunque admite que la Libertad “no es ilimitada” y califica a la misma al añadirle los valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional. Para Bolívar la Libertad era un valor supremo que negaba el despotismo y el absolutismo, actitudes que no caracterizan, hoy por hoy, al régimen chavista y sus aláteres, quienes olvidaron la amnistía que les prometiera el presidente extinto dr Rafael Caldera durante su campaña electoral y la cumplió pese a la gravedad de las intentonas durante 1992, cuando el 14/2/1994 les amnistió por sobreseimiento de causa, siendo uno de los beneficiados Hugo Chávez Frías, quien junto con otros camaradas de su misma causa se fue de proselitismo electoral por todo el país y sin limitación o acoso alguno. No obstante, hoy día, existe en el régimen actual una tendencia proclive a sobredimensionar todo hecho y hasta de relacionarlo con implicaciones muy graves, tales como conspiraciones, intentos de magnicidio e incitaciones a delinquir; quizá con miras a intimidación, tal el caso más reciente de la sra San Miguel, defensora consumada de los DDHH.