En este pueblito de la Serranía de La Culata, cercano a Valera, existe un local en el que se reúnen muchas personas, de distintas características sociales, para en medio de pujas, gritos de entusiasmo, alegrías, quienes desde muy temprano, presencian y dedican su atención desde la comparación de ejemplares, preparación de espuelas, pesaje, hasta apostar o sencillamente ver, la confrontación de bravuconas aves. Está ubicado en el sector popular de “La Hoyada”, de La Puerta. Es allí, en donde se le veía, en esa mezcla de orden y agrado, a nuestro personaje, caminando de un lugar a otro, para que todo saliera como es debido. Me refiero a Julio Sánchez Chevarri, el popular «Picapiedras”.
La vida de este personaje está ligada a un negocio diversificado entre la comercialización de víveres y el entretenimiento familiar, que en La Puerta, constituye una práctica que viene desde que se comenzó el tercer proceso de poblamiento de La Puerta: los gallos. Desde las primeras fiestas patronales dedicadas a San Pablo y a la Virgen de la Paz, particularmente la del año 1906, presididas por el coronel Américo Burelli y el maestro Lucio Viloria, existe prueba documental Programa de Fiestas de La Puerta de 1909, que la cultura gallística fue evolucionando con este pueblo. Si bien la memoria oral en nuestra parroquia, considera que los más antiguos dueños de galleras fueron los señores Jacinto Peñaloza y Martín Sulbarán, fue Julio Sánchez Chevarri, el que mantuvo en el tiempo esta actividad y entretenimiento hasta finales del siglo XX, soportando el hostigamiento de quienes sustentan la idea de que es maltrato animal.
En la gallera “Picapiedras”, amplio negocio en el que había venta de víveres, bebidas, restaurante, juego tradicional de bolos, música en vivo los fines de semana, fue un local donde se dieron campeonatos gallísticos regionales y se citaban los cultores y criadores de gallos de pelea, así como se acercaban familiares, amigos y todas aquellas personas que por sus venas corría sangre de gallero, aficionados o simplemente gente buscando entretenimiento.
Apuntó Rafael Abreu, que en el programa de regocijos populares, con motivo de las festividades religiosas en honor a los patronos del pueblo, se ofrecía entre la diversidad de entretenimientos las “peleas de gallos” (Abreu, 93). <<Como diversiones y pasatiempos en los días domingos y otros feriados del año…los desafíos de gallos con los pueblos circunvecinos>> (Abreu, 99); apartando cualquier consideración ideológica que se sustente, la actividad gallística forma parte de la cultura y la historia puertense. Correspondió a Julio Sánchez, el popular «Picapiedras», la difícil tarea de enfrentar a los detractores de la cultura gallística, que se vio un día extinguida por un decreto trasnochado e inconsulto de un alcalde busca votos, valiéndose de esta medida para su reelección, a la final, repudiado por el Municipio, no repitió. Pero además, de no consultar al pueblo, lo más lamentable es que fue solo en La Puerta, que se dictó esta prohibición, los demás Municipios y Parroquias, siguieron con sus galleras abiertas. En La Puerta, esta cultura está extendida en los caseríos más alejados, hay personas que tienen sus cuerdas de gallos, los crían de diverso pedigrí y tienen sus propios cosos, donde los topan y enseñan a pelear.
Julio Sánchez Chevarri conocido popularmente como «Picapiedra», era oriundo de la población de Jají, Municipio Campo Elías del Estado Mérida, un pueblo andino rodeado de montañas, cuya actividad económica gira en torno al turismo, a la ganadería y a la agricultura, se cultivan papas, zanahorias, hortalizas, café, flores, entre otros rubros, donde nació el día 20 de diciembre de 1949. Su padre Olegario Sánchez y su madre Plácida Chavarri, también nativos de esa población.
Fue algo característico de su trato con sus vecinos, clientes y amigos, llamarlo «Compañerito». Joven se fue al Cuartel, donde estuvo hasta 1970, le dan la baja y se fue a Caracas. Al cumplir el Servicio Militar, se fue a Caracas, a buscar nuevos aires y a trabajar. En ese contexto de comienzo de los años 70, llega a Caracas, en búsqueda de empleo donde pudiera percibir mejor remuneración y otras retribuciones de carácter social y poder ahorrar algo de dinero. Comienza a laborar en una empresa de telares.
Cuando Julio se va a la capital, son tiempos de la Venezuela Saudita, del «ta´ barato, dame dos»; sin embargo, existe un clima de desestabilización política, pues aún había ciertos grupos irregulares en armas, en su afán de tomar el poder, y en el plano internacional avanza la revolución tecnológica que cambió al mundo. En los telares, conoció a Marta, ambos de origen campesino, estaban ellos transitando una etapa distinta en su vida: lograron convertirse en trabajadores de esta industria textil, del oeste de la ciudad capital, eran asalariados.
Compañerito» Julio, encontró en la capital, su media naranja
Surgió una relación amorosa que unió a Julio con Marta oriunda de La Puerta y unió la vida de ambos. María Marta Albarrán de Sánchez, su esposa, recuerda que se conocen en Caracas, en el año 1972. Ella, trabajaba también en esta textilera ubicada en la avenida Sucre. Se casaron al poco tiempo. El casamiento fue en Los Teques, ese mismo año.
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Esta pareja se unió en matrimonio en el año 1972, con la entusiasta aprobación de sus familias. De la relación matrimonial de julio y Marta nacieron cinco hijos de nombres: Julio César, Álvaro José, Maribel, Nelson Enrique (difunto) y Yazmín del Valle Sánchez Albarrán.
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En 1973, luego de haber hecho algunos ahorros, deciden trasladarse a Trujillo, a buscar más tranquilidad y tranquilidad, un trabajo de menos explotación y fomentar y cuidar su familia. En La Puerta se inicia una nueva etapa en la vida de Julio Sánchez Chevarri. Ambos cónyuges, contribuyen grandemente a consolidar el negocio de comercio y el de entretenimiento: la gallera, lo que puede imputarse a la virtud del carácter y buen trato de Julio “el Picapiedras” y su excepcional conocimiento de dicha actividad, entre sus coterráneos, clientes y vecinos.
El compañerito Julio “Picapiedras” y los gallos de confrontación
Entre los primeros pobladores de este lugar y sus alrededores hubo entusiastas galleros, por ser la gallística o pelea de gallos, una de las más antiguas costumbres y actividad recreacional, por lo menos desde 1906.
Julio, no era de familia gallera, pero cuando montó su local de comestibles y bebidas, en 1974, comenzó a visitar y a entusiasmarse con esta práctica, asistiendo a la Gallera de Jacinto Peñaloza, cerca de la Plaza Bolívar. Allí fue conociendo y aprendiendo sobre gallos y el tope o enfrentamiento de estos, así como, sobre su amarre y preparación, cuido, cría, y hasta el lenguaje particular de esta actividad. Se internó en este ambiente, y conoció a mucha gente de La Puerta y de pueblos circunvecinos, con quienes intercambiaba las distintas visiones sobre la gallística, así fue adquiriendo estas enseñanzas y legado cultural, que luego, compartía con los aficionados que deseaban aprender. Apostaba en aquel ambiente que le gustaba, y hasta llegó a viajar a Caracas, a la famosa Gallera de El Calvario, a ver y apostar en peleas, en 1990.
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El entusiasmo lo llevó a mirarlo como un negocio, y se decidió a montar una gallera en La Hoyada, en un solar en la parte posterior, del mismo sitio donde tenía su local de comestibles. Allí, tuvo su propia “cuerda”, sus familiares recuerdan que uno de sus ejemplares a quien llamó “El Giro”, por su plumaje blanco, amarillo u negro, le ganó siete peleas, y eso lo llenó de mucha alegría. Era muy cuidadoso con sus gallos, sabia cuando iban a salir buenos, un día calificó al “Negro”, como Chongo, que no iba servir, y resultó que el ejemplar le ganó tres peleas, ya en la cuarta pelea si corrió, y dijo:
– ¡Se fija era chongo! Llegó a tener hasta 100 gallos. En 1985, contrató a su vecino Chico Aldana “La Chiporra” y construyó la gallera, que ha servido como centro de entretenimiento y recreación familiar de los puertenses y de visitantes, amigos de lo gallístico.
El sugestivo nombre “Picapiedras”, según Marta, la viuda, fue tomado del programa de comiquitas, que para la época, transmitían por televisión. En la gallera “Picapiedras”, amplio negocio, en el que había venta de víveres, restaurante, juego tradicional de bolos, música en vivo los fines de semana, fue un local donde se dieron campeonatos gallísticos regionales y se citaban en temporada, los cultores y criadores de gallos de pelea de todo el Estado Trujillo, así como se acercaban familiares, amigos y todas aquellas personas que por sus venas corría sangre de gallero, aficionados y gente buscando entretenimiento.
Como elemento documental que expresa datos biográficos interesantes de este personaje, compartimos el texto de su mortuoria legal.
<<Acta N° 13. El suscrito abogado Luis Guillermo Matheus Moreno, en mi carácter de Jefe de la Jefatura de Registro Civil de las Parroquias La Puerta y Mendoza, Municipio Valera, estado Trujillo, hago constar: que hoy Veintiséis de Enero del año Dos Mil Nueve, se presentó ante este despacho la ciudadana Yasmín del Valle Sánchez Albarrán, de parentesco: hija, titular… mayor de edad, de profesión docente, natural de la Parroquia Mercedes Díaz, Municipio Valera, estado Trujillo y domiciliada en la avenida Páez, casa N° 12, Parroquia La Puerta, Municipio Valera, estado Trujillo, y expuso: que el día VEINTIDÓS DE ENERO DE DOS MIL NUEVE, falleció el ciudadano JULIO SÁNCHEZ CHAVARRI, en su domicilio ubicado en la avenida Páez casa N° 12, Parroquia La Puerta, Municipio Valera, estado Trujillo, de cincuenta y nueve años de edad, titular de la cédula de identidad N° V – 4.944.920, de ocupación comerciante, natural de la Parroquia Jají, Municipio Campo Elías del Estado Mérida y que nació el día VEINTE DE DICIEMBRE DE MIL NOVECIENTOS CUARENTA Y NUEVE, de estado civil casado con la ciudadana María Marta Albarrán de Sánchez, titular de la cédula… Era hijo de Olegario Sánchez y Plácida Chavarri (difunta), dejó cinco hijos de nombres: Julio César, Álvaro José, Maribel, Nelson Enrique (difunto) y Yazmín del Valle Sánchez Albarrán. Según Certificado Médico del doctor Benigno Velázquez, consta que murió a consecuencia de: Infarto al Miocardio Insuficiencia Cardíaca Global Diabetes Mellitus Insuficiencia Renal Bilateral. Fueron testigos María Nancy González… y María Diomedes Malpica… Leída la presente acta conformes firman. Abogado Luis Guillermo Matheus Moreno (firmado ilegible)>>. (Copiado fielmente del acta original que reposa en el Archivo del Registro Civil de La Puerta).
Sirva esta pequeña reseña biográfica, para recordar al compañerito Julio “Picapiedra”, quien por estos días cumple unos 75 años de su nacimiento; por su vida y las simpáticas anécdotas de este personaje, que colorean en parte la idiosincrasia de nuestro pueblo serrano, con lo que contribuimos al mejor conocimiento de nuestra gente, de nuestras tradiciones, cultura e historia. Imágenes cortesía de la señora Marta Albarrán de Sánchez.