Juego de La Chinita: exquisito historial de fe y tradición

En 1933, el general Vicencio Pérez Soto, entonces presidente del estado Zulia, decidió organizar para ese 18 de noviembre un evento en el que participarían los dos mejores equipos de un deporte que se estaba robando la admiración de todos: el béisbol

La rivalidad entre Gavilanes y Pastora hacia llenar el estadio del Lago en los años 30

 

El llamado Juego de La Chinita soslaya una serie de acontecimientos dignos de considerar por la riqueza y el peso histórico que los envuelven. Por eso, debemos hablar de los inicios de este emocionante evento deportivo en honor a la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, La Chinita cuando se celebran 310 años de su aparición. Un homenaje a todos los zulianos que han hecho del estado Trujillo su tierra, su hogar y que han contribuido al crecimiento de esta región.

Entre trujillanos y zulianos ha habido una hermandad sostenida a través del tiempo y de acontecimientos históricos que la avalan. En el deporte son muchos los relatos y crónicas que los envuelven. Han sido infinidad de deportistas que llegados desde el Zulia han cristalizado sus sueños atléticos en esta tierra bendita y bendecida por santos, sabios, Virgen de La Paz y San Juan Bautista.

Cuenta la historia que desde el martes 18 de noviembre de 1709, cuando aquella lavandera vio cómo en la famosa tablita aparecía la imagen de la Virgen de Chiquinquirá, el pueblo católico zuliano celebra en esa fecha el día de la Chinita. Eso ocurre desde hace 310 años. Y en 1965, coincidiendo con las celebraciones religiosas, se institucionalizó la Feria de la Chinita, una fiesta popular que siempre ha llenado de orgullo a Maracaibo y al Zulia en general.

A pesar de que fue en la década de los sesenta cuando nació la feria, las autoridades regionales siempre habían tratado de engalanar cada 18 de noviembre con actividades especiales, y el deporte no podía ser la excepción. Por ello, en 1933, el general Vicencio Pérez Soto, entonces presidente del estado Zulia —rango que identificaba a la máxima autoridad de cada estado venezolano en la época—, decidió organizar para ese 18 de noviembre un evento en el que participarían los dos mejores equipos de un deporte que se estaba robando la admiración de todos: el béisbol.

A Pérez Soto le pareció bien llevar a Maracaibo al Concordia de La Victoria equipo del estado Aragua, para enfrentarlo al Pastora en el moderno estadio del Lago, ubicado en el sector La Ciega, detrás donde hoy día es la plaza Colón.

El Concordia, propiedad de Gonzalo Gómez, hijo de Juan Vicente Gómez, al tener muchos recursos pudo armar un trabuco que incluía hasta un futuro miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas: el cubano Martín Dihigo, Tetelo Vargas, Manuel

Cocaína García y el zuliano Luis Aparicio Ortega, el Grande. Fue tan poderoso ese equipo que al año siguiente se coronó campeón invicto en la liga central de béisbol y logró ganar series programadas en República Dominicana y Puerto Rico.

El Pastora venía de ser el campeón del torneo zuliano de béisbol y por eso fue el equipo que recibió al Concordia. Entre sus filas destacaban Jesús Manduco Portillo,  Guillermo Cedeño, José Galigapía Vento, Pedro Grillo A Báez y Guillermo Gil.

Para ese encuentro, por la visita estaba anunciado como abridor.

Plácido Polanco, pero este no apareció, como lo indica el libro.

Crónicas, de Orlando Arrieta. Lo sustituyó el cubano Silvino Ruiz, el Sordo, quien era el mánager del equipo. Por los lácteos, lanzó Guillermo Gil. El juego fue un cerrado encuentro que terminó 3-0 a favor de los poderosos aragüeños-

 


El 8 de Diciembre de 1945 y con juego entre Pastora y Gavilanes se inaugura el estadio Alejandro Borges

La rivalidad

 

Después de ese primer ensayo de 1933, pasaron seis años para que ocurriera el segundo Clásico de la Chinita, y así el 18 de noviembre de 1939 ocurrió el primero que enfrentó a los eternos rivales, Gavilanes y Pastora. Ese choque terminó 6-0 a favor de los lácteos, gracias al trabajo de Vidal López, el Muchachote de Barlovento, al permitir únicamente tres hits como lanzador, mientras que a la ofensiva terminó de 4-2, con jonrón y tres anotadas.

 

El único triunfo de Gavilanes

 

En 1954 no se efectuó el juego, pero en 1955 fue la edición en que Gavilanes se llevó su único clásico al derrotar al Pastora con marcador de 6-1, apuntalado en un cuadrangular de Forrest Smith y un par de dobles de Joe Altobelli.

En adelante, el evento se siguió organizando como parte del calendario de la Liga Occidental hasta que este circuito desapareció en 1963. Al año siguiente, Luis Aparicio Montiel era la estrella principal de los Tiburones de La Guaria, en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP); por ello, el entonces dueño de los escualos, Pedro Padrón Panza, decidió que Maracaibo sería la sede del equipo cada 18 de noviembre, cuando jugaría como local para proseguir con la celebración de este importante compromiso peloteril.

Seis ediciones después, con el nacimiento de las Águilas del Zulia en 1969, hace 50 años, el equipo rapaz fue, por sentido común y lógica, el encargado de organizar ese juego de pelota dedicado a la patrona de los zulianos.

 

El debut de Luis Aparicio

 

Hubo otro receso, esta vez de 14 años, hasta que en 1953 ocurriera, ya en el estadio Olímpico (hoy Alejandro Borges), el Juego de la Chinita más importante de la historia, toda vez que fue en ese encuentro cuando se despidió Luis Aparicio el Grande y debutó como pelotero profesional Luis Aparicio Montiel. Ese encuentro terminó 7-4, también favorable al Pastora, en el llamado torneo rotatorio.

Luis, Aparicio recibió de parte de su padre el bate, y al entrar al terreno a cubrir la ofensiva recibió su guante, a manera de homenaje donde el padre da el legado al hijo.

 

50 años aguiluchos

 

En la temporada de 1969-70 hace su debut en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional el equipo Águilas del Zulia, desde entonces la casa de los rapaces se viste de gala para recibir a miles de aficionados que llegan al estadio Luis Aparicio “El Grande”  de Maracaibo  para disfrutar del juego de pelota que se realiza en honor a la patrona de los zulianos.

Fuentes: Libro Crónicas de Orlando Arrieta. E. Pírela Leal. Acervo Histórico del Zulia, Biblioteca Virtual de la Alcaldía de Maracaibo.

 

 

 

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