Para el dirigente político trujillano Juan Manuel Sáenz, “luego de 19 años de confrontación con el régimen castrocomunista-chavista, hoy día hay suficiente evidencia empírica del fracaso de los partidos y líderes en la conducción de la oposición venezolana”.
Explicó “este fracaso no se deriva por el hecho de ser partidos, porque cada uno tiene su doctrina y sus reglamentos que son sustentables a lo largo de los años, sino más bien por ser rehenes de una lógica que el régimen logró imponerles bien temprano, como lo es que el cambio político sólo es posible dentro del severamente controlado marco de las reglas de juego del estado chavista y eso es notorio en el sentimiento del pueblo”.
Saenz expresó que en todos estos años, primero la Coordinadora Democrática y luego la Mesa de la Unidad Democrática “participaron en diversos eventos electorales con la esperanza de desplazar al chavismo del poder por la vía del voto. Al participar en esas elecciones, la oposición electoral se veía obligada a salir en defensa de un sistema electoral fraudulento, diseñado para favorecer a los candidatos del gobierno”.
Dijo que el triunfo de la oposición en las parlamentarias del 2015 tomó por sorpresa a un régimen cuyo fraude y ventajismo no fue suficiente para cambiar el resultado, “como es natural, este resultado tenía que alentar la tesis de la oposición electoral. Después de todo, parecía que sí era posible ganarle al régimen usando sus propias reglas. La alegría no duraría un año, pues el país sería testigo de cómo el régimen le fue arrebatando una a una las atribuciones a la Asamblea Nacional, burlándose de la voluntad de millones expresada por la vía del voto”.
El dirigente político destaca que el año 2016 y 2017 se han ido en el ensayo de fórmulas institucionales para desplazar al régimen en un país donde no hay estado de derecho, “con las elecciones de gobernadores convocadas para octubre, y seguramente las presidenciales para el otro año, la MUD se lanza nuevamente a participar en procesos convocados en los términos que favorecen al gobierno y sin negociar ningún tipo de garantía. Nuevamente se usa la falacia argumental que la única forma de derrocar a la dictadura es participando dentro de las condiciones viciadas que ella misma establece”.