Jóvenes tachirenses buscan alternativas económicas ejerciendo labores de streamers 

Debido a la falta de oportunidades laborales, y a la deficiencia económica salarial, algunas jóvenes venezolanas y en este caso tachirenses, han optado por la búsqueda de otros oficios poco comunes, entre ellos la vida stremers, un término que nació a mediados del año 2010, cuando las tecnologías arroparon la nueva era, pero no fue sino hasta el año 2019, cuando debido a la pandemia, surgieron nuevos modelos de trabajo, teletrabajo, o jóvenes que ganaban dinero por conectarse vía online y eran observados por algunos internautas

 

Luzfrandy Contreras / DLA.-

En busca de nuevas oportunidades, algunas jóvenes tachirenses, indagaron sobre la vida streamers, donde gracias a la conexión de internet, y un teléfono móvil, su ingreso económico podía ser mejorado. En esta oportunidad Sara y Alexa, llamadas así en este nuevo mundo, relataron a Diario de Los Andes su experiencia, y comentaron parte de las dificultades que deben atravesar, principalmente ante la sociedad.

Ellas se dedican a conversar a través de distintas aplicaciones con hombres de otros países, los cuales a través de una vídeo llamada o mensajería comparten experiencias, la mayor parte de ellos no hablan español, así que deben solventar esta diferencia con algunas señas que son bien recibidas por los extranjeros.

Sara y Alexa, normalmente laboran en una empresa privada del estado Táchira, afirman que el salario que reciben no alcanza para solventar las necesidades económicas personales o de su hogar, de allí la necesidad de indagar en otras oportunidades. Más aún cuando se tiene un hijo, como en el caso de Sara.

«Yo empecé hace un año, me dio curiosidad, yo soy madre soltera y tuve que buscar algunos ingresos extras aparte del trabajo que yo tengo, porque no me alcanza, a través de las aplicaciones puedo ganar desde 32 dólares semanales en adelante, y eso es mucha ayuda», expresó Sara.

El temor a ser expuestas es parte de los retos en este tipo de labor, Alexa, por ejemplo, comentó que los señalamientos, o la divulgación de su imagen en redes sociales, se convirtió en su principal debilidad, no obstante, el detonante para tomar esta decisión fue verse envuelta en carencias, motivado a la deficiencia económica que se vive en el país.

«Uno empieza con algo de miedo ya que debemos exponer nuestra imagen y nunca sabes que malas intenciones tengan los demás, luego al indagar, noté que la aplicación cuenta con una serie de reglas que no permiten ciertas cosas, y que nos hace sentir un poco más protegidas», expresó.

Sara y Alexa, reciben un pago aproximado de 400bs quincenales, más mil bolívares de Cestaticket en la empresa donde laboran, esto suma aproximadamente 50 dólares mensuales, aseguran que este salario es insuficiente para mantener a un pequeño en el caso de Sara y para sumar en los gastos del hogar en el caso de Alexa. Sin embargo, por medio de la aplicación, semanalmente mantienen una meta de USD 30$, que mensualmente se pueden convertir en USD 120$ o más, todo dependiendo de la cantidad de llamadas que contesten.

«Para nadie es un secreto que el sueldo mínimo no alcanza, por más que tu trabajes y trabajes, no alcanza ni para llenar un vacío de nevera, a muchos nos tocó tener dos, tres, cuatro trabajos y esta es mi realidad, donde me tocó trabajar en otro tipo de cosas, para sustentar lo que uno medio compra para el hogar o el trabajo», dijo Alexa.

Alexa, chica streamers

Los señalamientos y el escarnio público

Entre el miedo, la vergüenza y la posible crítica, en un inicio Sara y Alexa decidieron ocultar a qué se dedicaban, pero ya con el paso de los días, tomaron el valor de comunicarlo a su familia y amigos más cercanos, a pesar de haber recibido críticas, o sentirse intimidades por situaciones puntuales, afirman que ante la situación económica, esta es una de las alternativas que mejor les ha resultado.

«Al principio me daba mucha pena decir que trabajaba en estas aplicaciones, luego me cansé, porque en realidad no estoy haciendo nada malo, y se lo dije a todos, a mi familia, amigos y compañeros de trabajo. No me avergüenzo de lo que hago, yo no hago nada malo, esto es un método para que nosotras podamos sacar a nuestros hijos adelante, tener la nevera llena, y comprarles sus cosas», comentó Sara.

Sara, chica streamers

«Esto no es prostitución» 

Alexa, lleva dos meses laborando en una de estas aplicaciones, explicó que durante la preparación para iniciar en este mundo conoció de algunos aspectos que deben ser tomados en cuenta, como por ejemplo, que a través de estas llamadas no pueden mostrar partes del cuerpo, solo su cara, por tal motivo, considera que este trabajo no puede ser denominado como prostitución.

«No creo que esto sea prostitución, porque literalmente tú no estás en contacto con esa persona, simplemente tu estas en una llamada en la cual tu no estas mostrando nada, simplemente tu cara, la aplicación no deja mostrar nada más de piel, así que esto no es prostitución, es algo normal que en Venezuela se está viendo más comúnmente, como otras aplicaciones que existen».

Aunque no existen cifras oficiales que puedan verificar cuál es el porcentaje de mujeres venezolanas y específicamente tachirenses que se dedican a ser novias virtuales, Sara y Alexa, agregaron que es impresionante observar la cantidad de muertes que día a día se suman a esta comunidad.

 

 

 

 

 

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