Podríamos pensar que hay 3 motivaciones para que un joven quiera estudiar: 1) Convertirse en un buen profesional con buen nivel académico. 2) Ejercer su profesión después de graduarse en buenas condiciones y contribuir al desarrollo del país porque es bien conocido en todo el planeta que la educación es el pilar del desarrollo. 3) Percibir una remuneración que le permita vivir dignamente sin temor a la pobreza.
No obstante, todos sabemos que desde hace años ninguna de las 3 motivaciones existe en nuestro país. En efecto, las condiciones educativas en las unidades escolares y las universidades han empeorado de una manera alarmante, y luego el graduado tampoco puede ejercer su profesión en condiciones satisfactorias, ni se toma en cuenta para nada su profesión en los planes oficiales. Además el sueldo es algo irrisorio que ni siquiera permite sobrevivir.
Por otra parte, debido a la pavorosa hiperinflación, un número elevado de ciudadanas y ciudadanos han emigrado a otros países latinoamericanos para enviar remesas a sus familiares que se han quedado en el país, y hay muchos casos de niños y adolescentes que sufren las consecuencias de no vivir con sus padres. Por ejemplo, en el Estado Lara, la organización ‘Proyecto Juvenil Misionero’ ha declarado que los infantes que se crían con familiares diferentes a sus padres, son más proclives a alcoholismo, drogadicción y prostitución.
Asimismo, en Lara la organización ‘Madres y Padres por los Niños de Venezuela’ presentó en agosto de 2019 un estudio y un 28,6 % de los niños y adolescentes sufren psicológicamente porque sus padres se han ido y un 8,6 % hasta manifestaron ideas de suicidio (pag web ‘la patilla.com’, 3/9/2019). De manera similar, diversos psicólogos están alertando sobre el incremento de casos de ansiedad y depresión entre niños y adolescentes en el país (pag web ‘Noticiero Digital’, 4/9/2019).
Por otro lado, con la severa crisis económica que vivimos, resulta comprensible que los jóvenes quieran dedicarse a cualquier actividad que les permita obtener ganancias. Todos sabemos que hay comerciantes que son trabajadores y honestos. Pero también sabemos que hay comerciantes especuladores que hacen honor a Hermes, que en la antigua mitología griega era el dios del comercio y los ladrones. Entonces cualquier joven puede sentir la tentación de ser un especulador pícaro en vez de estudiar para convertirse en un honesto profesional asalariado que se muere de hambre…Pero también puede ocurrir algo mucho peor: ¡La tentación de enriquecerse con tráfico de drogas!
Todo esto nos obliga a recordar el comienzo de la famosa tragedia ‘Machbeth’ (aprox. 1606), del gran dramaturgo William Shakespeare (1564-1616) donde las tres brujas dicen al unísono: “Lo hermoso es cochino, y lo cochino es hermoso”…¡Esa es la inversión de valores que estamos viviendo en nuestro país!!