El presente artículo lo entenderán mejor los lectores de edad avanzada que pueden comparar la época actual con las anteriores cuando éramos jóvenes.
El filósofo griego Heráclito (aprox. 500 A. de C.) concebía la realidad en términos de flujo y cambio, y en términos de opuestos. Por ejemplo decía que la salud solamente adquiere significado en términos de su opuesto la enfermedad, el hambre en términos de saciar esa hambre, el descanso adquiere su sentido en términos del cansancio y así por el estilo. Posteriormente el filósofo alemán G.W.F. Hegel (1770-1831) profundizó mucho más la dinámica de los opuestos y enfatizó el carácter complementario y de dependencia mutua que tienen los opuestos. Por ejemplo, la injusticia respecto a la justicia y podríamos agregar la mala vida respecto a la buena vida. Hay un famoso proverbio en el lenguaje Yiddish (de los judíos askenazi) que aclara bien este punto: “Cuando una persona siempre bebe vinagre, no conoce que existe algo más dulce”.
Escribo el 4 de octubre de 2020 y diversos expertos en el planeta aseveran que la epidemia de Covid apenas está comenzando y va para largo. Esta epidemia ya ha causado un daño enorme no solamente en términos de muertes y enfermos, sino en términos de estrés, neurosis, depresión, crisis económica, desempleo, y organismos como la ONU han alertado que se cierne una amenaza muy grave de hambruna en varios países. En efecto, la vida de millones de habitantes en el planeta ha empeorado drásticamente. Está comprobado que el ser humano necesita socializar, pero todas las actividades sociales están sumamente restringidas por el confinamiento y prevención del Covid. En el caso de los ancianos quizás no es tan lamentable porque ya vivimos épocas dichosas con plena libertad, pero los jóvenes ahora ni siquiera pueden participar en reuniones sociales, ni ir a gimnasios, etc. En mi artículo titulado: ‘Ecocidio planetario y futuras generaciones’ publicado en este diario el 25/9/2020 vimos la aterradora destrucción de la biosfera y que la civilización puede colapsar en el planeta dentro de unas décadas.
En el caso particular de nuestro país, la situación es muchísimo más grave que en otros países, porque el sueldo mínimo es menos de 1 dólar mensual, casi no hay gasolina, ni gas doméstico, la hiperinflación sigue indetenible, y entonces gran parte de la población se está empobreciendo de manera alarmante. Muchos jóvenes no tienen motivación para estudiar porque no hay condiciones para estudiar y además porque tienen que trabajar para sobrevivir. Los ancianos fuimos muy afortunados en épocas pasadas porque durante nuestra juventud disfrutamos muchas cosas que ahora los jóvenes no tienen. Por supuesto, ahora los ancianos también estamos viviendo muy mal. Hace unos días falleció el genial dibujante humorista Joaquín Salvador Lavado (1932-2020), más conocido como ‘Quino’, creador del célebre personaje Mafalda. Recuerdo una historieta breve en la cual Mafalda observa atentamente a su mamá que está muy ajetreada y agotada lavando platos, lavando ropa, pasando la pulidora y Mafalda le dice: “Mamá…Si tú algún día vivieras…¿Qué te gustaría ser?”…..Ahora, parafraseando a Mafalda los ancianos podríamos decir a los jóvenes: “Muchachos….Si ustedes algún día vivieran…¿Qué les gustaría ser?”…..Pero lo mismo nos podrían decir los jóvenes: “Abuelos….Si ustedes ahora vivieran….¿Qué les gustaría ser?”.
Dejando bromas aparte, el asunto es espantosamente trágico porque la calidad de vida de todos está muy deteriorada y quién sabe hasta dónde nos vamos a hundir. Quizás el único paliativo que tienen los jóvenes es que nunca podrán comparar su vida con la vida mucho mejor que tuvimos los ancianos cuando éramos jóvenes. Aplicando el proverbio Yiddish : ¡Siempre han bebido vinagre!!!.
Ernesto Rodríguez