Por Yohana Marra / @yohanamarra
Crónica Uno.- Caracas. “¡Mamá, Gerardo se metió a la casa!”, gritó desde la puerta la hija de Hayesa. La niña de 11 años trató de impedir que entrara, pero él la empujó y corrió por el pasillo del apartamento. Hayesa estaba en el cuarto del medio con su hermana, Thairuby, y salió a ver qué pasaba.
“¡Yo te dije que quería hablar contigo!”, gritó Gerardo. La mujer, de 32 años de edad, trató de calmarlo, le dijo que se cambiaría de ropa para salir a hablar con él, porque en la casa estaban los niños. Pero al darle la espalda, él la agarró por el cabello y la apuñaló por la espalda.
Hayesa trató de correr hacia el baño por el largo pasillo de la vivienda, pero antes de llegar el agresor la tumbó con una patada. Thairuby Linares, con un embarazo de ocho meses, salió en defensa de su hermana junto con sus sobrinas, de 17 y 11 años. Los minutos se convirtieron en un horror que pareció extenderse por horas.
“Él estaba desorbitado, su único objetivo era mi hermana y nada lo sacaba de ahí. Nos quería atacar a todos, cortó a mis sobrinas. Yo busqué una piedra, con la que machaco los ajos, y se la pegué en la cabeza, pero no sirvió de nada, me lanzó el cuchillo al cuello y mi esposo me haló. (El cuchillo) me cortó el brazo”.
Hayesa Thamiris Navarro Linares fue asesinada el 18 de abril en la ciudad de Tacna, al sur del Perú. Sus tres hijos lo vieron todo, al igual que sus tres sobrinitos. Fue apuñalada por expareja, Gerardo José Linares Aguilar, de 48 años, con quien emigró de Venezuela hace un año y tres meses.
Sus dos hijas, su hermana y su cuñado trataron de impedir que la apuñalaran, pero no lograron controlar al agresor, y resultaron heridos con varias cortadas.
En el primer trimestre de 2020 han ocurrido 14 femicidios de venezolanas en el exterior. Según la investigación del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), Colombia es el país que más casos reúne (6), seguido por Perú (4).
Desde el 2015 Venezuela atraviesa una emergencia humanitaria compleja y comenzó la migración forzada. De acuerdo con cifras de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 4.810.443 venezolanos han emigrado por la escasez de alimentos, medicinas, la crisis económica y la inseguridad. Estiman que el número de migrantes llegue a 6,5 millones.
Beatriz Borges, directora de Cepaz, explicó que la mayoría de las mujeres migrantes tiene miedo de denunciar los hechos de violencia porque algunas están en condición irregular en ese país y creen que serán deportadas, no es la excepción para las mujeres venezolanas. Tampoco conocen la legislación ni los mecanismos de protección, situación que aumenta la vulnerabilidad.
Investigaciones de la ONG explican que la violencia contra las mujeres es un riesgo importante que puede generar su salida del país o volverse una amenaza durante el tránsito, destino o retorno. En Venezuela la realidad es la misma, la ausencia de respuesta de las instituciones son barreras para la protección de las ciudadanas y para que lleven una vida libre de violencia.
De los 14 femicidios de venezolanas registrados en el exterior tres niños quedaron huérfanos y uno de ellos presenció la muerte de su madre. La data de Cepaz es levantada a través del monitoreo de la prensa digital; determinaron que ocho de los agresores identificados están prófugos
El hijo menor de Hayesa y Gerardo tiene tres años. Presenció todo. Ahora le pregunta a su tía si su papá mató a su mamá con un cuchillo. Cuando el agresor se volcó hacia el niño, sus hermanas mayores corrieron a protegerlo y él aprovechó para regresar al baño a encerrarse con su expareja, ya inconsciente por las múltiples heridas en el pecho, cara y cabeza.
Thairuby salió a pedir ayuda. 10 minutos después acudieron dos miembros del Serenazgo —funcionarios civiles que apoyan la seguridad ciudadana— quienes capturaron a Gerardo cuando salía del baño. Hayesa ya no tenía signos vitales. Gerardo permanece detenido, tiene orden de detención preventiva por ocho meses.
De acuerdo con el reporte del Ministerio Público de Perú, Hayesa recibió al menos 30 heridas por arma blanca.
Denunciar, abandonar al agresor
Hayesa nació en Ciudad Bolívar (estado Bolívar) pero creció y se crió en la ciudad de Valera, estado Trujillo. Tuvo una relación de nueve años con Gerardo, quien era supervisor agregado de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en esa entidad. En una ocasión estuvo detenido bajo una averiguación.
Gerardo emigró a Perú un año antes que ella. En enero de 2018 la joven llegó con sus tres hijos: las dos hembras de otras relaciones —sus padres no velan por ellas— y el varón, el más pequeño, en común con Gerardo.
Según el informe «Situación de la movilidad humana de mujeres y niñas venezolanas con enfoque diferencial de derecho y de género», realizado Cepaz, 50 % de las migrantes viajaron solas y 10 % junto con sus parejas. La investigación fue llevada a cabo entre noviembre y diciembre de 2018, con mujeres que iniciaban su paso migratorio en Caracas y San Antonio del Táchira.
El principal destino de los migrantes venezolanos es Colombia, seguido por Perú, Chile y Ecuador, según investigaciones de Cepaz.
La familia de la víctima desconocía la actitud agresiva de Gerardo. La hermana de Hayesa, Thairuby Linares, se enteró de varios episodios violentos en noviembre de 2019 cuando Gerardo persiguió con un cuchillo a Hayesa, convencido de que esta le era infiel.
La seguía hasta su trabajo —en un bar donde era mesonera—. Cuando llegaba de la calle la revisaba, incluso en sus partes íntimas, o verificaba las veces que aparecía conectada en WhatsApp durante el día. Desde ese momento decidió dejarlo y tenían tres meses separados. La víctima vivía en casa de su hermana y su cuñado.
En las frecuentes peleas que tuvieron Gerardo la asfixiaba y le recordaba que fue él quien compró los pasajes para emigrar al Perú. En una ocasión escondió la nevera y Hayesa y sus tres hijos pasaron todo el día sin comer.
“Siempre le aconsejaba que se valorara, que no dependiera de él, que podía trabajar conmigo en un carrito de hamburguesas. Ella no quería que su hijo varón creciera lejos de su padre. Él maltrató a sus tres hijos mayores, pero ella decía que al hijo de ambos sí lo amaba”, contó Thairuby.
Aunque Hayesa le contó a su hermana menor su decisión de denunciar a su pareja, nunca lo hizo. La excusa fue la cuarentena decretada el 15 de marzo en Perú por la COVID-19; país con 119.959 contagios y 3456 fallecidos, hasta el 24 de mayo. En el fondo Thairuby cree que tampoco quería hacerlo porque él aún no tenía el carnet de extranjería.
Thairuby, licenciada en Enfermería, relató el femicidio de su hermana luego de cuatro días de parir a su cuarto hijo. Mientras su bebé dormía revivió cada detalle de lo que pasó en casa aquel 18 de abril. Quiere que muchas mujeres conozcan la historia de su hermanita —como le dice, aunque Hayesa era mayor— para evitar que haya otras víctimas de casos como ese.
Su mamá en Valera y su padre en Ciudad Bolívar, no pudieron viajar a despedirse de su hija. La joven añoraba regresar a Venezuela y pasar unas vacaciones en familia, planeaba irse a Margarita o Morrocoy.
«Por lo que le pasó a mi hermana les recomiendo a las mujeres víctimas de violencia que no esperen a las últimas consecuencias, nosotras podemos salir adelante sin un hombre. No tengan miedo, mientras estemos sanas no podemos depender de un hombre, hay personas mayores que salen adelante, no podemos permitir que otra persona decida por nosotras”, dijo.
Ahora Tahiruby tramita la custodia de sus tres sobrinos. Junto con su esposo tendrá que sacar a la familia adelante en Perú, donde los venezolanos son víctimas de xenofobia.
“Por ahora no regresaremos,la situación en Venezuela está muy difícil y tenemos que pensar en los niños”.
Primer trimestre registró 85 femicidios en Venezuela
Entre el 1° de enero y el 13 de abril se registraron 85 femicidios en el país, según la investigación de Cepaz. 21 niños quedaron huérfanos y seis de ellos presenciaron el crimen.
La impunidad y la falta de estadísticas impide elaborar políticas públicas y programas para erradicar la forma más grave de violencia contra las mujeres. La opacidad no permite organizar planes acertados.
En la mayoría de los femicidios registrados por la organización la víctima tenía entre 23 y 31 años. “Es la edad reproductiva de la mujer, donde comienzan a entablar relaciones afectivo-emocionales”, señala el informe.
Durante el primer trimestre de 2020 destaca el móvil de la venganza en estos hechos, lo que quiere decir que las víctimas podrían estar relacionadas con riñas entre bandas de delincuentes y las usan como “trofeos”.
En Venezuela la Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia establece 21 tipos de violencia, que deberían generar un amplio abanico de protección, pero la realidad es otra.
Datos del informe Mujeres al Límite 2019 revelan que 37,02 % de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, verbal, psicológica, física y sexual.
19 femicidios en el primer mes de cuarentena
Cepaz también levantó una documentación durante el primer mes de cuarentena por la COVID-19 y revelaron que hubo 19 femicidios.
El pasado 13 de marzo el gobierno de Nicolás Maduro confirmó los dos primeros casos de coronavirus en el país y el 17 decretó el confinamiento nacional. Hasta el domingo 24 de mayo se registraron 1124 casos y 10 fallecidos, de acuerdo con las cifras que suministran los voceros del mandatario.
Cuatro de las víctimas de violencia eran menores de 18 años y cinco niños quedaron huérfanos. Dos presenciaron el femicidio y posteriomente el suicidio de su padre.
La organización estima que en el segundo mes del confinamiento haya un aproximado de siete casos, aunque mantienen el trabajo de investigación.
Fuente: Crónica Uno
Por Yohana Marra / @yohanamarra