Josefa Zambrano Espinoza desde Boconó a la Academia Venezolana de la lengua | Por: Francisco Graterol Vargas

Josefa Zambrano Espinoza, orgullo de Boconó será incorporada a la Academia Nacional de la Lengua.

 

Como Don Quijote es nombrado caballero por un ventero en La Mancha, este miércoles 25 de octubre en una histórica ceremonia, Josefa Zambrano Espinoza, será exaltada como Miembro de la Academia Venezolana de la Lengua en un solemne acto que tendrá lugar en la capital de la República.

Es un reconocimiento a esta dama nativa de Boconó, que vino al mundo un 31 de agosto de 1950. Cuentista, ensayista, abogada con posgrado en Criminología en la Universidad Complutense de Madrid y profesora de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez y de la UCV. Ha publicado el libro de Ensayo Taumaturgias del Verbo (1999) y los libros de cuentos, Magia de Páramo (1984), Al Día Siguiente Todos Los Caminos Amanecen Abiertos (1988), Malaventuras (1995), y en 1977 se publicó una recopilación de sus escritos bajo el título, Cuentos, reflexiones y poemas, En francés han sido traducidos algunos  de sus textos.

Recientemente conversaba con ella y me decía que nació en el mismo corazón del Jardín de Venezuela. De esa hermosa tierra cuna de Fanny Uzcátegui, Lourdes Dubuc de Isea, Miriam Zambrano de Urosa, José María Baptista, Oscar Sambrano Urdaneta, Saúl Villasmil y Gladys de Gonzalo entre otros hombres y mujeres que han enaltecido el campo de la prosa y la poesía nativos de Boconó. Por cierto que en el acto a llevarse a cabo a las 11 de la mañana en la Academia Venezolana de la Lengua correspondiente de la Real Academia Española leerá el discurso titulado “De Romería por el Folklore gracias a Lourdes Dubuc de Isea”.

Carlos Yusti con Josefa Zambrano Espinoza (Carlos Yusti (Valencia-Venezuela, 1959). Es pintor y escritor. Cofundador del grupo Literario Los Animales Krakers y de la revista Zike).

“Cuando pienso en la escritura de Josefa Zambrano  (Boconó, Trujillo, 1950) la palabra que viene a mi memoria es densidad. No obstante no se trata de esa densidad académica un tanto postiza, sino más bien de esa densidad porosa y que se encuentra oculta en frases bien construidas, en párrafos estructurados con la minuciosidad del artesano”.

“En los relatos y en los ensayos Josefa deja a la intemperie su manera de moverse en la vida, de observar la existencia como un compendio estético, algo así como una música lenta y brumosa en un día lluvioso borrando algún paraje del páramo. En una entrevista confesó cómo era su proceso de escritura: “Es de ritual. Esquivo la escritura. Hago una y mil cosas antes de dejarme atrapar por las palabras que se agolpan en mi cabeza esperando que me siente a plasmar con ellas una historia, una reflexión; en fin, un nuevo texto. Mi proceso de escritura sigue siendo de mucha inseguridad, de escribir y reescribir hasta conseguir la palabra, la frase que exprese mis sentimientos, mis pensamientos”

“El trabajo literario de Josefa Zambrano ha permanecido en ese despiste sorprendente de los cenáculos literarios, que glorifican a tanto zoquete con ínfulas de autor y que premian el enconado arribismo del escritor en los pasillos del poder. A pesar de esos equívocos la Academia Venezolana de la Lengua la ha elegido miembro correspondiente por el estado Trujillo”.

“Muchos escriben para labrarse una reputación literaria, pero en el caso de Josefa Zambrano la cosa no funciona de esa forma tan simplista y carente de estilo. Creo que Josefa escribe para atrapar entre palabras esa realidad que se escapa por la ventana, que huye en los discursos del poder, y que ella conoce bastante bien; de esa realidad que a veces es un aforismo y otras una larga retahíla de lugres comunes. Escribe para ordenar la velocidad indescriptible del presente”.

“Me aficioné a la escritura de Josefa Zambrano cuando leí su indefinible ensayo, relato, entrevista, indagación exhaustiva sobre un artista con el característico título: A. J. Fernández, “El hombre del anillo”: la magnífica y atroz bizarría del imaginario trujillano. En el texto condensa ese universo de lo estético, con sus contradicciones, errores y aciertos, a través de un pintor popular. La entrevista, que es una amalgama de cuento, ensayo, investigación y toda esa mezcolanza de géneros, es resuelta con una originalidad puntual y de una riqueza creativa tal que el lector se ve abrumado por lo que dice aquel hombre sencillo, y por la manera como lo cuenta Josefa: sin dejar cabo suelto, sin dejar de inmiscuirse en los entresijos íntimos del creador, sin dar tregua ni conceder nada. Todo cocinado en ese fuego lento (e implacable) de la literatura”.

 

Fue una niña que prefirió la compañía de los libros

“Desde muy pequeña he gozado del placer de la lectura, así que el primer libro que leí fue una versión depurada de Las mil y una noches. Al mismo tiempo leía los cuentos de hadas, los suplementos de Superman, La pequeña Lulú, hasta que descubrí a Don Quijote de la Mancha. Es un libro que jamás me cansaré de leer y releer. Jorge Luis Borges y Virginia Woolf son autores que me acompañan siempre, quizás porque también fueron apasionados lectores. Creo con ellos y con Bachelard que el paraíso debe ser una enorme biblioteca, que vale más jactarse de los libros que se han leído que de los que nos ha sido dado escribir, y que el cielo es una lectura infinita, inacabada.”

 

BIENVENIDA JOSEFA

A mí también me ha atrapado la amistad con Josefa Zambrano Espinoza, desde el mismo momento que recibí una llamada suya por un trabajo que le hice a Antonio José Fernández  “El Hombre del Anillo” donde mostré más que al artista al ser humano, al campesino que vendía piñas conmigo en el mercado municipal de Valera y mi padre, José La Rosa Graterol en época de mi infancia y el cual titulé “Yo Fui Colega del Hombre del Anillo”. Me habló de su amistad con Elvins Humberto González, sintiendo mucho su desaparición física y casi todos los días tenemos constante comunicación recibiendo periódicos del extranjero y algunos textos literarios que disfruto leyendo.

Por eso celebro su exaltación a la Academia Venezolana de la Lengua. Palabras mayores diría don Luis González.

Mis respetos y admiración Josefa.

 

 

 

 

 

 

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