Este 26 de octubre se cumplieron 160 años del natalicio del Doctor José Gregorio Hernández, nacido en el poblado de Isnotú, estado Trujillo, médico dedicado a la curación y sanación de los más pobres.
Hernández, el mayor de seis hermanos, vivió su infancia en su pueblo natal, su madre se dedicaba a labores del hogar propias de la época, su padre era comerciante y dueño de un almacén de mercancías secas, víveres y farmacia.
Recibió el sacramento del bautismo el 30 de enero de 1865 en el Templo Colonial de Escuque, hoy Santuario Diocesano del Niño Jesús de Escuque, mientras que el sacramento de la Confirmación se efectuó el 6 de diciembre de 1867 en la iglesia de San Juan Bautista de Betijoque, por Juan Bonet, Obispo de Mérida.
160 años de su natalicio
El pueblo venezolano y en especial el Observatorio de Políticas Públicas Municipales “La Gente Propone” Valera, lo recuerda como un hombre conocido mundialmente como el “médico de los pobres”, Hernández, estudió medicina en París y se destacó por sus contribuciones en el campo de la medicina y la investigación científica.
Reconocido y recordado por su dedicación a la medicina y su vocación a ayudar a los más necesitados. Trabajó como médico en varios hospitales de Caracas y su Trujillo natal, donde se ganó la reputación de ser un excelente profesional y una persona generosa.
Además de su labor médica, José Gregorio Hernández también fue un destacado académico, impartiendo clases en la Universidad Central de Venezuela, fue un defensor de la educación y la formación académica de calidad para todos.
En dos oportunidades, este humilde hombre de raíces trujillanas buscó ordenarse como sacerdote, sin embargo, sus intentos fueron fallidos al presentar una enfermedad que afectaban sus vías respiratorias, impidiendo así su deseo de llegar a la vida sacerdotal.
Un hombre de sencillez y humildad que llegó a los altares
Según su historia, dedicó su vida al desarrollo de la medicina moderna en Venezuela, la generosidad con la que atendió a pacientes de bajos recursos y su fe religiosa, lo llevó a ser el Beato de los venezolanos.
Una vez culminados sus estudios, prefirió regresar a su pueblo natal para atender allí a sus pacientes. Los médicos rurales como él tenían que lidiar en la Venezuela de finales del XIX y comienzos del XX con enfermedades como la tuberculosis o el paludismo, muy extendidas entre la población.
Sin embargo, con amor, entrega y compromiso atendió a cada persona que llegaba a él, sin mirar su condición social, dando prioridad al más necesitado, manifestando su generosidad al punto de no cobrarles la consulta y facilitar los medicamentos a sus pacientes.
Años más tarde y con la aparición de milagros y curaciones por parte de este honorable médico, fue elevado a los altares, convirtiéndose en el primer Laico Trujillano Beato.
Muerte y beatificación
En una mañana del 29 de junio de 1919 murió atropellado en Caracas cuando se dirigía a comprar medicinas para uno de sus pacientes, una vez fallecido nació el nombre “médico de los pobres” llegando su fama a varios países de América.
Al poco tiempo de su muerte, la devoción por este humilde hombre empezó a crecer en cada rincón del país y más allá de nuestras fronteras, convirtiéndose en sanador y hacedor de milagros, llevándolo así a los altares.
Por ello y ante decenas de milagros concedidos dentro y fuera de su Trujillo natal, el 30 de abril del año 2021, en todo el mundo se celebró la beatificación del doctor José Gregorio Hernández quien va rumbo a la santificación, por su humildad y entrega demostrada en toda su trayectoria de vida.
“Para la gente común no hay duda de que José Gregorio es un santo”
Redacción: Fabiola Matheus / Reportera LGP Valera
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