José Gregorio Hernández, un beato con múltiples facetas (I)

Un legado trascendental, así resume el biógrafo Miguel Yáber Yáber la vida y obra de José Gregorio Hernández a quien no sólo atribuye la transformación de las ciencias venezolanas, sino también destaca que la influencia del ilustre trujillano contribuyó al desarrollo de una conciencia médica y renovadora en la reorganización y reestructuración de los procesos necesarios para el aprendizaje de la Medicina

 

 

Por: Alexander González

¿Qué hace tan especial a José Gregorio Hernández? ¿Qué tiene que ver su vida y obra con el capital social? En la opinión de Francisco González Cruz el ahora beato es germen palpable de capital social, sus acciones en su paso por la vida terrenal sumó valor al país, a la comunidad, a la academia, a la ciencia, a la iglesia católica y a los venezolanos.

La CXIV Asamblea Plenaria Conferencia Episcopal Venezolana Caracas, del 7 al 10 de julio 2020, dejó plasmada una gran cantidad de facetas atribuidas a un trujillano admirable, que hoy compartimos con los lectores y usuarios de Diario de Los Andes.

 

CON SELLO FAMILIAR

La fe de JGH es transmitida por la familia. La mamá le comunicó el amor por Jesucristo y las obras de misericordia, y su padre, sobre todo, el deseo de superarse para servir mejor a los demás; este sello familiar, será el fundamento de su desarrollo humano Cristiano, hasta convertirse en un Cristiano ejemplar, que supo hacer vida su bautismo.

 

MÉDICO DE LOS POBRES

JGH ejerció la medicina con una gran vocación y disciplina al servicio de todos. Tuvo una dedicación especial y reverencial hacia los pobres a quienes sirvió con bondad y piedad encontrando a Jesucristo en cada uno, y, combatió la pobreza y la miseria que atenta contra la vida digna. JGH es un médico integral al atender al enfermo y su dedicación benevolente y bondadosa con los más pobres.

 

PROFESOR ENTREGADO

Sus estudiantes lo recordaban como un excelente pedagogo y un formador exigente, estaba consciente de la trascendencia de la educación, y más aún, de la formación de médicos en una Venezuela enferma. El aula de clase era un lugar privilegiado para expresar su amor y agradecimiento a Venezuela. Hoy, esta dedicación a la docencia, es un signo de esperanza, para una Venezuela, donde la educación en todos sus niveles está asfixiada y estrangulada y, los profesores se encuentran viviendo en condiciones precarias.

 

CIUDADANO RESPONSABLE

JGH no sólo fue médico, académico y científico, sino que, junto a Razetti y compañeros, pensó lo público como responsabilidad ciudadana.

 

PROFETA DE LA JUSTICIA

 

 


Fuente consultada: CXIV Asamblea Plenaria Conferencia Episcopal Venezolana Caracas, 7 al 10 de julio 2020

 

Salir de la versión móvil