José Gregorio Hernández: la santidad en la comunicación | Por: Estefanía González.

Personaje emblemático con trayectoria inigualable.

 

Fuente: Macky Arenas.

Redacción: Estefanía González.

Es el Dr. José Gregorio Hernández Cisneros noble, humilde y bondadoso. Reconocido a nivel mundial como uno de los mejores personajes del pasado de Venezuela y por excelencia también uno de los más representativos de este dotado país.

Su conocida imagen refleja un hombre elegante, sereno, apuesto, y de buen semblante, siempre vestido de traje negro, chaleco negro, camisa blanca y corbata negra, y esta yace hasta en el rincón más pequeño de su hermoso país: desde altares hogareños que rinden en su honor hasta transportes públicos y demás, siendo expuesta a través de estampas, figuras de cerámica o retratos.

Nacido en un humilde pueblito del estado Trujillo; Isnotú, ubicado al occidente del país donde el norte de la cordillera andina se asoma al sur del lago de Maracaibo, un  26 de Octubre de 1864. José Gregorio desde pequeño fue ciudadano ejemplar y católico practicante. En su juventud se destacó como extraordinario médico y posteriormente, en su adultez, resaltó como profesor universitario y científico del más alto nivel.

En sus virtudes pocos conocidas se encontró el periodismo.

El médico de los pobres –como es conocido a nivel mundial- tiene una maravillosa  trayectoria, puesto que, su amor por la lectura, la investigación y la atracción por los nuevos conocimientos sobre pasaron siempre las barreras. Además realizó números estudios en diversas áreas. Pero ¿era José Gregorio en cierta parte “periodista”?

No era la poesía o la novela razones por las cuales José Gregorio realizaba el admirable arte de escribir; era por las narraciones y los artículos en los cuales este evidenciaba su talento literario.

Tantos eran los artículos en el que este maravilloso ser plasmaba su cualidad de escritor, que llegó a publicar en un semanario de aquel tiempo llamado “El Cojo Ilustrado”, acción que lleva a pensar que efectivamente este personaje estaba relacionado con el periodismo, a pesar de que este no tenía estudios en esta cátedra, lo que ejercía lo hacía por su eficaz formación.

Macky Arenas, gran periodista interesada y especialista en temas religiosos, denota que: “Hay varias características que deben acompañar la labor de un periodista: la ética, exigencia común a todas las profesiones; pero también la vocación social, el estudio y la capacidad de comunicar”, elementos con los cuales José Gregorio indudablemente contaba.

Para Arenas, José Gregorio se manifestaba como comunicador particularmente por su fácil y experta inclinación para contar sus conocimientos, descubrimientos, avances, experiencias, y demás… y hacerlo siempre privilegiando la verdad. “José Gregorio era un hombre transparente. Cada uno de sus debates, verbales o escritos, mostraron esa autenticidad de convicciones que sustentaban sus afirmaciones. Solvencia intelectual y honestidad personal. Eso hizo que gente como Razzetti –para nada creyente como José Gregorio- lo admiraran y respetaran por encima de las diferencias. Eso, hoy en día, de cara a nuestra profesión, lo llamaríamos “credibilidad”, la cual solo se construye  a partir de la virtud y el carácter, elementos que le sobraban a José Gregorio”

De igual manera Arenas, expone que la misión periodística es vista como la de un médico pues la entrega que estos deben tener hacia sus pacientes es toda la que un periodista debe tener ante la sociedad. Asimismo la compara con la del sacerdocio, ya que los testimonios no saben “ni de fecha ni horario en el calendario”, hay que acudir a los hechos cuando suceden, sin peros. José Gregorio era así, preparado y comprometido para ir y velar cuando fuera por el bien común.

Además de tomarlo como un “periodista” por sus brillantes investigaciones y publicaciones en los medios, poseía la indudable virtud de cronista, al expandir su horizonte y observar el más allá de los paisajes de su país natal, la hermosura de su pueblo Isnotú, y la bondad de la gente que en algún momento conoció, dejando así referencias escritas, que hoy pocos conocen y pocos se interesan en conocer.

Arenas añade que para este tiempo, no existía la carrera del periodismo, ejercerlo era solo plasmar en un papel de una forma correcta y este ser publicado por una imprenta. José Gregorio alegraba los diarios y semanarios con sus publicaciones. No se debe categorizar el ejercicio periodístico únicamente como un estudio profundo del cual se desprenda un título que garantice el conocimiento sobre el tema, porque él, sin estos estudios, hizo periodismo. Quizás si esta –para ese tiempo- hubiese sido una carrera, hoy este sería recordado también como lo que fue: un gran periodista.

En la tarde del 29 de Junio de 1919, José Gregorio Hernández Cisneros pierde de forma trágica y triste su vida, dejando atrás una enorme cantidad de personas que le aprecian y le lloran. Pero dejando a los periodistas en particular  la gran lección del amor por lo que hacemos, puesto que este no recibió clases especializadas en escritura –como ya se mencionó-  y aun así lo hacía mejor que cualquiera de la época, publicaba y lo disfrutaba, pero esto así sucedía porque le apasionaba y así le nacía. Se debe aprender de esto, que se escriba lo que se escriba nunca falte la pasión y junto con ella la importante veracidad.

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