José Gregorio Hernández, fue tremendo sastre / Por Alfredo Matheus

Sentido de Historia

 

El paisano José Gregorio Hernández, no se parece a nadie. Es  al único venezolano de “carne y hueso” a quien miles de venezolanos le rezaban si haberse ido al “pueblo de las cruces”. La gente lo tenía como un santo sin haber muerto…Fue declarado  como el venezolano más importante del siglo 20 en Venezuela, se llevó por los cachos a Presidentes, Generales barrigones que nunca dispararon un tiro,  dictadores que  tuvieron todo el poder del mundo, multimillonarios…

 

La gente pobre lo adoraba

Nadie en Venezuela ha sido más querido, amado, valorado, apreciado, como lo fue José Gregorio Hernández. Tenía un carisma especial para “meterse a la gente en el bolsillo”…  Su fama de “Medico de los pobres” se agigantó en 1918, cuando llegó la gripe española que hizo “una matazón  de Señor Mio”. Mientras curas y médicos salían “volando” donde esconderse. “el hijo amado de Isnotu” iba de casa en casa atendiendo  a los enfermos en la gran Caracas de techos rojos…

 

Qué belleza de padres

José Gregorio nació en un hogar que fue modelo en Valores Humanos y Espirituales. Su padre, Benigno Contreras Hernández,  era el único boticario de Isnotu, vendía ungüentos y hierbas medicinales que “curaban todos los males”. Le acompañaban ciertas capacidades para curar a uno que otro enfermo. El paisano que no tenía con que pagar lo despedía con un;” Otro día será. Vaya con Dios y que mejore pronto”.

Recordando a sus padres, José Gregorio, manifestaba: “Mi madre me enseñó grandes virtudes, me crió  en la creencia de Dios y me puso como guía la santa caridad a los más necesitados”…”Mi padre  Benigno, siempre supo aconsejarme, a veces me trató con sequedad, pero no lo hacía para mortificarme sino para que me inclinara a la práctica del bien  hacia la gente más necesitada”.

 

Atendía a Ricos y Pobres

José Gregorio caminaba grandes distancias para atender a los enfermos. A nadie discriminó, atendía por igual a ricos y pobres…Su traje negro, su sombrerito,  lo elegante que vestía, lo convirtieron en símbolo de servicio a la humanidad. Su imagen se hizo tan popular que en cualquier esquina caraqueña se escuchaban exclamaciones de:” Allá viene, José Gregorio Hernández”…”El Venerable” pudo haber  reunido todo el dinero del mundo por ser excelente médico y optó por servirle a venezolanos tan pobres que “no tenían donde caer muertos”…

 

Al dictador Juan Vicente Gómez le curó un hermano

Este hijo insigne de Isnotu, en varias ocasiones fue llamado por el dictador Juan Vicente Gómez para que ayudara en la sanación de un hermano que por poco se lo llevan “los pájaros negros”…”El Venerable” en varias oportunidades intercedió ante el General Juan Vicente para que pusiera en libertad a algún venezolano que en “mala hora” había caído preso en la “dictadura de hierro que gobernaba a Venezuela”. Fue así, como muchos compatriotas se salvaron  de largos años de tortura en las mazmorras gomecistas.

 

En las bodegas lo adoraban

Era tan grande la devoción del venezolano por la majestuosa personalidad de José Gregorio, que estando vivo, su imagen era ubicada en el lugar más vistoso de la casa, en las farmacias o centros de salud. En las bodegas de la época sobresalía su foto, la gente antes de  pedir al bodeguero lo que iba a comprar, se hincaba y se hacían la señal de la cruz con el mayor respeto  hacia “El Venerable”.

 

Su humildad sobresalía

José Gregorio sigue siendo la esperanza viva para quienes buscan “remedio para sus males”…Vivimos en un mundo donde la “locura” por sobresalir está en el día a día. Otros utilizan el poder  no para ayudar sino para aplastar. Quienes conocieron a “Mano Goyo” destacan su impresionante humildad y sencillez…Hasta en horas de la noche en aquella Caracas de techos rojos visitaba a sus enfermos, los atendía en sus achaques de salud y el que no tenía como pagar la consulta le regalaba los medicamentos…

Sus palabras de aliento para sus pacientes especialmente la gente del pueblo era: “con eso se pone bueno” y le entregaba uno que otro medicamento…Uno de sus más  biógrafos, el Dr. Yaber, dijo: “Era un joven bien parecido, ojos grandes, mirada serena; muy amable, sumamente generoso, de delicados modales, vestía de forma sencilla pero muy bien arreglado. Aprendió a confeccionar su propia ropa, sobresalió como excelente sastre, eso sí, elaboraba ropa solo para su uso personal”…

 

Le robaron el reloj

José Gregorio no guardaba resentimiento ni odio alguno. En una oportunidad  le regalaron un reloj de oro, las campanas daban la hora, eran pocos los que tenían uno en esa Caracas de 1918. Se cuenta que un  colega suyo le pidió prestado el reloj y el muy “muérgano” jamás lo devolvió. José Gregorio tampoco lo reclamo y lo dio por perdido…Fue un venezolano que se adelantó a su época, le preocupaban los problemas sociales, especialmente los que padecía la gente más humilde…

 

* Cronista popular de la ciudad de Valera.

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