Especial / Desde España se vino a América para torear en San Sebastián, es su primera vez en esta plaza, a los 29 años de edad. Habla de la vida del toro de lidia porque los conoce a perfección, dice a los anti-taurinos que este animal tiene de las mejores vidas que puede tener uno, porque es criado con los mayores privilegios sin obligaciones de trabajo, ni encierros y muere en el ruedo con dignidad y posible menor padecer que como sucedería en un matadero.
“Yo soy José Garrido de Badajoz (escuela taurina)”, así se presenta y pasa a remontar el año 2008 cuando para él, todo comenzó como un juego.
En España hasta los 16 años no se puede torear en público, pero hay niños que empiezan con seis años en estas prácticas. No es el caso de Garrido quien comenzó a los 12 o 13 años.
“Empecé queriendo torear cuando me juntaba con mis amigos los fines de semana, porque tengo muchos amigos que si han sido novilleros y en esa época lo que quería era aprender a torear para poder salir a las becerras y poder entrar en armonía con ellos”.
El toreo atrapó a José Garrido el mismo día que debutó de luces: “y me dije, yo quiero ser torero de verdad. Cuando me puse el traje me transmitió algo especial, además la tarde fue muy bonita, corté un rabo en el primer novillo. Y ver la alegría la ilusión de mi gente, la maravilla que era poder triunfar. Ese día me quedé prendado de lo que era una tarde de toros vivida dentro del traje de luces, ese fue en el 2015”.
Considera, como todos los toreros europeos, -según Garrido – un lujo venir a América, “para todos los toreros españoles es un sueño estar en América, a mí me tiene prendado por su gente, por cómo vive la gente los toros, por lo que disfruto y ha habido triunfos muy importantes”.
– ¿Había venido antes aquí a San Cristóbal?
– “A San Cristóbal no, había venido a Mérida”.
– ¿Con qué se consiguió? ¿Qué ha visto?
– “Mérida me hizo sentir muy a gusto y sentí al público muy cercano y muy jovial y con muchas ganas de disfrutar, espero que en San Cristóbal sea igual”.
– ¿La gente de aquí sabe de toros?
– “Si claro, todo el mundo que va a los toros no tiene que saber a ciencia cierta cómo es la tauromaquia, cómo es la técnica, pero aquí hay mucha gente que sabe de toros. Los empresarios de San Cristóbal son gente que ven 60 festivales de toros al año. Saben de toros y torean que da gusto hablar con ellos. Están bien relacionadas y entienden del mundo del toro porque viven de este”.
Es la cadena de vida del toro
– ¿Qué responde sobre la campaña que existe contra las corridas de toros? ¿Lo que argumentan sus detractores?
– “Bueno yo creo que hay una nueva moda, totalmente fuera de lugar y alejada de lo que es la cadena de la vida. Son gente que a lo mejor no tienen otro entretenimiento donde de verdad poner empeño y ser capaces de ayudar a personas iguales, en vez de estar queriendo joder con que el maltrato animal. Y yo te digo desde la razón y con argumentos y estadísticos que el animal que mejor vive en el mundo es el toro bravo”.
– ¿Por qué?
– “Porque desde que nace hasta que va a la plaza es un animal que no le piden nada a cambio. Está cuatro o cinco años viviendo en el campo en completa naturaleza, comiendo, durmiendo, estando tranquilo, no se le molesta para nada, y qué animal está cinco años en semi-libertad, porque al final las fincas de toros bravos están acondicionadas y creadas para el toro bravo. Eso no es un zoológico, un toro bravo puede estar en 15 o 20 hectáreas durante los cinco años de su vida y al final genéticamente está hecho para la pelea, para luchar”.
Garrido tiene ganado, dice que cría animales mansos y en seis meses pesan 200 kilos y pasan a un tubo negro donde le pegan un puntillazo, un tiro en la frente, relata.
“El toro bravo no se merece esa muerte, merece poder luchar, pelear y en momentos aislados por su genética y su bravura volver al campo al ser indultado, y cubrir vacas y vivir a cuerpo de rey toda su vida. Ningún animal tiene ese privilegio”.
– ¿Sufriría más el toro bravo si lo mataran en un matadero?
– “No sufriría más, ni menos, pero sería indigno para un animal que se ha criado genéticamente durante tantos años para que muera peleando”.
Peor suerte la del caballo o perro
“Yo te diría, tengo caballos, tengo perros, tengo vacas mansas. El caballo a los dos años y medio ya me estoy montando encima de él y lo estoy haciendo trabajar todos los días, ya tiene un deber y tarea en la ganadería. El toro no, el toro está hasta los cinco años descansando, comiendo”.
“Que a mí me digan esos animalistas que tienen un perrito en su casa, que yo también tengo, que me digan que el perro está hecho para vivir en 40 metros cuadrados y salir dos veces a la calle a mear. ¿qué vida es esa para un perro? ¿o para un canario metido en una jaula toda su vida? El toro vive libre, hace lo que quiere y yo me desvivo porque esté bien. Porque esté desparasitado, porque no tenga moscas encima”.
Para José Garrido los anti taurinos obvian la vida del toro. “Son 15 minutos en la que el toro está luchando por su genética, con la que ha nacido porque se ha estudiado, porque hace años atrás envestía diferente, pero se ha ido estudiando para que hoy día envista mejor. Yo creo que el toro ahora es más bravo que nunca. Antes cuando los caballos no llevaban peto, en una corrida se mataban 10, 15 caballos, hace 70, 80 años”.
– Las corridas de toros han disminuido en cantidad en América y Europa ¿usted cree que esta práctica tiende a desaparecer?
– “Creo que hay una vertiente positiva y otra negativa. Si es cierto que están prohibiendo los espectáculos, no porque no vaya la gente, sino porque los gestores de esa plaza, los propietarios la censuran simplemente. Pero se está construyendo plazas nuevas, se están dando corridas de toros en sitios donde antes no se daban. Si es cierto, que el mundo de las corridas ha disminuido muchísimo de los años 80 o 60 a hoy y son varios los factores. Pero de que el mundo del toro está vivo, está vivo y yo creo que nunca se va a acabar”.
– ¿Qué significa el toro para usted?
– “Para mí es un colaborador, aparte de eso es una belleza de animal. Un animal diferente a todo, a mí el toro lo que más me inspira es respeto y orgullo de poder ser capaz de ponerme delante de un animal con esa armonía y con esa mirada que te llena los sentidos”.
Dentro del traje de luces
“Las corridas son una mezcla de liturgia, de rito, de espectáculo en el que se junta muchísimas cosas, pero lo que más es la compenetración entre la embestida del animal y la creación de arte del torero, y eso es lo que le llega a la gente y donde saltan chispas de sentimientos y del arte”.
– ¿Qué es lo más difícil de ser torero?
– “Yo creo que el torero es torero por vocación y porque tiene un amor a la fiesta y al toro tremenda, por eso es torero. El torero puede arreglar su vida como en 20 minutos o perderla al final, son sentimientos y sensaciones tan especiales y diferentes a lo que podemos vivir en la vida cotidiana, todo eso te atrae. Es una adrenalina, es una droga que ya corre por tus venas y que ya no eres capaz de desintoxicarte de ella”.
– ¿Qué pasa cuando le han pedido que abandone esa carrera por los riesgos que implica ese oficio?
– “Pasa, eso siempre está ahí, pero cuando te haces matador de toros asumes esos riesgos, quizás no en la mayor de las vertientes, pero tú lo asumes, tu sabes que está ahí. Como los coches, tu sabes que hay gente que se mata en coche, pero tú sabes que a ti nunca te va pasar nada. Desgraciadamente pasa. Cuando asumes el riesgo de ser matador, tu familia sabe que te pones frente a un toro y sale cogido”.
– ¿A qué o quién se encomienda antes de salir a torear?
– “Para mí, mi rutina, el día antes de torear suelo estar tranquilo en la habitación hasta que llega la hora de empezar a vestirme. Me ducho, me afecto, me pongo mis mejores galas y de tanto que lo he hecho ya lo hago inconscientemente, pero son manías adquiridas”.
– ¿Por ejemplo?
– “Por ejemplo, me empiezo a vestir por el lado izquierdo. Cuadro la toalla, si la habitación es cuadrada, tiene una simetría en el suelo, intentó poner la toalla en la simetría. Son tonterías que te ocupan tiempo, pero sino lo haces no te sientes seguros de ti mismo. Al llegar a la plaza, pues, siempre intento pisar las rallas del ruedo, rezo un Padre nuestro y un Ave María en la capilla de cada plaza antes de salir con cada uno de mis toros y al terminar la corrida. Muchísimas cosas que no te sabría decir, pero cuando me visto para ir torear recuerdo”.
– Entre los beneficios que vive un torero está el económico ¿es bueno en este momento?
– “Si, por supuesto, hay muchos escalones. Hay figuras del toreo que ganan muchísimo dinero bien merecido, porque se lo han ganado en la plaza. Hay otro escalón de torero que ganan mucho, no muchísimo, pero ganan dinero para vivir bien. Después hay otro escalón de torero que bueno, no digamos que les cuesta porque el capote no come, pero que si tienen que tener otro trabajo para poder seguir con la afición de ser torero”.
Confiesa que tiene amuletos y en casa una capilla muy grande que describe “muy bonita”, en la que tiene vírgenes y cristos. “Tengo mucha debilidad por la guadalupana, por la macarena, tengo muchas vírgenes, pero sobre todo me gusta el Cristo del Cachorro. Me gusta mucho la Virgen de la Soledad”.
– ¿Y a qué edad se suele retirar un torero?
– “Pues depende, hay toreros que se retiran con 32, 35 años. Otros tienen 45 y están toreando”.
– ¿Cuál es su plan en ese sentido?
– “Yo no tengo plan todavía, yo no sé decirte cuándo me voy a retirar. Yo espero que en muchos años, porque a mí lo que más me gusta hacer es torear, pero bueno”.
– ¿A parte de torear no hace más nada?
– “Yo no, no, solo torear. Pensar 24 horas del día en el toro y el día que deje de torear no sé qué voy hacer, por tanto, mi intención es seguir toreando muchos años”.
Los amores del torero
– Otro beneficio que dicen, tienen los toreros, es las mujeres, muchas admiradoras los persiguen ¿es así con usted?
– “Si, bueno sí hombre. Es una profesión admirada por la sociedad”.
– ¿Pero es verdad eso de que le sobran las mujeres?
– “Bueno que le sobran las mujeres, eso depende de la carta y el cuartel que des no. Dependiendo, bueno si, la verdad es que si, que un torero al final para que voy a engañar. Si es medio habilidoso, un torero al final tendrá más suerte – no sé qué decirte- que un trabajador de cualquier otra cosa porque se juega la vida, porque es un personaje público, porque como dicen, físicamente no estamos tan peor –risas- por eso y otras muchas cosas”.