JOSÉ ANTONIO ABREU Forjador que trazó el futuro a través del arte

En 2007, DLA al cumplir 29 años al servicio de la comunidad trujillana y nacional, y en atención a los méritos de este paisano, lo seleccionó como Trujillano del Año a este artista que se ha  paseado por el orbe, el talento y la creatividad que honran a esta colectividad. Este pasado sábado entregó su alma al todopoderoso.

Valera su tierra natal, el estado Trujillo, Venezuela y el mundo de la música, la cultura y el arte, perdieron el día sábado 24-M a un gran hombre, excelente músico y sobre todo a un extraordinario ser humano.  La ciudad de Valera, tierra de Mercedes Díaz y protegida por sus Siete Colinas pierde a otro de sus hijos universales como lo fueron, Adriano González León, Chino Valera Mora y la Doña Ana Enriqueta Terán, ellos le dieron ese ribete de Universal a esta tierra adorada y bendecida por Dios.

José Antonio Abreu, fue  artista que paseado su talento por todo el mundo, recibido elogios de propios y extraños por la labor cumplida a través de las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.

Un 7 de mayo de 1939, en una neblinosa y silenciosa Valera, cuando las colinas estaban totalmente cubiertas de verdor, nacía este trujillano que años después se convirtió en el pionero de un boom musical que ha dado a conocer a Venezuela en todo el globo. Sin duda alguna, la excelencia musical propiciada por Abreu comparte con el petróleo las señas de identidad de Venezuela en el exterior. Ahora cuando alguien habla de Venezuela en cualquier latitud, el tema musical está asociado a nuestra forma de ser, a la personalidad de esta nación suramericana, gracias a la tesonera labor del MAESTRO José Antonio Abreu.

Considerado uno de los iconos musicales del país, inició sus estudios en el Conservatorio de Barquisimeto, donde residió por años que luego continuó en Caracas; allí recibió clases de los maestros Vicente Emilio Sojo, Moisés Moleiro y Evencio Castellanos; tras largos años de esfuerzos obtuvo los títulos de Profesor Ejecutante, Maestro Compositor y Director Musical.

Príncipe de Asturias

José Antonio Abreu ha sido modelo para otros países de Latinoamérica, el Caribe, Norteamérica y Europa. Se hizo merecedor de reconocimientos nacionales e internacionales, entre los cuales destaca el Premio Príncipe de Asturias de las Artes 2008.

Este reconocimiento se suma a una lista que incluye el Premio TED, el Premio Polar, el Premio Yehudi Menuhin, el Premio Don Juan de Borbón, varios Honoris Causa de universidades nacionales e internacionales, el Premio Especial de Cultura de Japón, el Premio de Cultura Interamericano Gabriela Mistral, entre otros.

La revista estadounidense, Fortune le ha colocado entre los 50 líderes más grandes del mundo.

SU OBRA

Sistema de Orquestas

En su extensa labor pedagógica, fundó y dirigió la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar (Ossb), e igualmente la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil (1975), pero su gran aporte fue la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles (Fesnojiv), que es una red de orquestas infantiles, juveniles y coros que congrega acerca de 250 mil jóvenes músicos en toda Venezuela.

Estos jóvenes y niños han encontrado en la educación musical un medio para el desarrollo comunitario, la integración social y la solidaridad, que tiene como su máxima expresión la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar.

Este valerano Universal y criado en Monte Carmelo, es responsable de esa maravillosa realidad.

EL POLITICO

Actividad publica

En el transcurso de la década de 1960, específicamente en 1967 recibió el Premio Nacional de Música Sinfónica por su habilidad como compositor. Durante las décadas de 1960 y 1970 impartió la cátedra de Economía. Fue diputado en el Congreso Nacional y se desempeñó en los cargos de Ministro de la Cultura, vicepresidente y director del Consejo Nacional de la Cultura (Conac), posiciones en las cuales dio impulso a su labor musical.

En 1968 fue electo diputado, postulado por el Frente Nacional Democrático (FND), partido liderado por Uslar Pietri. Antes de eso, Abreu trabajó en la Cancillería y en el BCV durante los gobiernos de Rómulo Betancourt y Raúl Leoni. Su padre, Melpómene Abreu,  llegó a ser gobernador del estado Trujillo durante el último año de gobierno de Raúl Leoni.

Monte Carmelo,

Clave en su formación

Aunque naciera en Valera, su infancia se desarrolló en Monte Carmelo, el pueblo natal de su mamá. Allí está la casa solariega de su familia, los Anselmi Garbatti… y muchos recuerdos de aquellos primeros siete años de su vida. Abreu viene de una familia de inmigrantes italianos. Su abuela materna tuvo mucha influencia en su inclinación por la música. Duilia Garbatti, de un alma musical y su abuelo Antonio Anselmi Berti era excelente músico. En el barco que los trajo a Venezuela, transportaron instrumentos para una banda, para hacer música con la que se acompañaban las procesiones, las fiestas y ceremonias populares, según reseña su autobiografía. Esos instrumentos los repartieron y se formó una banda de cuarenta y seis muchachos del pueblo, que él dirigía y que aún hoy día es la Banda de Monte Carmelo. Era una orquesta juvenil pero sin instrumentos de arcos. Su abuelo hizo giras con esa banda durante muchos años por todos los pueblos de los Andes.

Primer contacto con el arte

El maestro Abreu era un niño de siete años y vivía con sus padres y hermanos en Barquisimeto. A uno de sus hermanos le dio tosferina y mientras pasaba la cuarentena, su mamá lo llevó a la casa de sus padres. Lo primero que le impresionó fue ver que en el patio trasero de la casa había un escenario de tablas el cual su abuelo Tonino levantó para representar las obras de Shakespeare y de los clásicos castellanos.

Fue su primer contacto con el arte, con la música en un pueblo de agricultores, pero un pueblo de alta cultura. La iglesia Nuestra Señora del Carmen, tuvo párrocos ilustres que venían del Seminario de Mérida, uno de ellos fue Monseñor Quintero. En el Seminario de Mérida se estudiaba el canto gregoriano, y el organista de esa pequeña iglesia de Monte Carmelo se formó en Mérida. Con ese maestro de capilla y en ese pueblo, José Antonio Abreu empezó a amar la música y el canto litúrgico. Ese episodio a los siete años de edad en Monte Carmelo y la convivencia con su abuela, estimularon muchas cosas, seguramente en varios sentidos.

Amor por el estudio

Pasaban muchas horas juntos, ella cantándole y él memorizando. El amor por el estudio también lo consiguió de allá y se lo proporcionó su tía Alide, hermana mayor de su mamá, la cual era la directora de la escuela del pueblo, fue su primera maestra y gracias a ella aprendió el amor por Venezuela, ya que en esas escuelas rurales estimulaban muchísimo el conocimiento de la historia de nuestro país. En ese tiempo, durante todos los años de la primaria, se organizaban veladas culturales semanales, en las que se le despertaban las vocaciones para la poesía, la declamación, el canto, la música y el teatro; es decir, que se hacía un esfuerzo por despertar la sensibilidad artística de los niños y había un balance entre la enseñanza de la aritmética, del conocimiento racional y la sensibilidad creadora. Esos años fueron afortunados, fundamentales y decisivos para el crecimiento del entonces niño José Antonio Abreu.

La Vida Musical

Cuando Abreu salió de Monte Carmelo, a los siete años de edad, de regreso a su casa de Barquisimeto, ya tenía inyectada la vida musical, el hábito de la lectura y la pasión por los montajes de ópera y teatro. Entonces regresó, decidió estudiar música, y su papá Melpómene Abreu Méndez, y su madre Ailie Anselmi Garbatti, continuaron estimulando esa vocación. Su papá tocaba muy bien la guitarra y además el requinto, que era un cuatro con cuerdas metálicas… y su mamá cantaba muy bien. Vivía en un ambiente musical. Esa fue su gran fortuna.

El pasado sábado 24, luego de estar varios meses con fuertes quebrantos de salud, falleció próximo a cumplir 79 años, convirtiéndose en un forjador que trazó el futuro a través del arte. Se nos fue un gran visionario. Paz a su alma.

SU FRASE
“No recuerdo un solo instante

 de mi vida sin la presencia de la música”

Salir de la versión móvil