José Antonio Abreu entre logros y sueños desafinados

Actualmente el sistema ha decaído mucho, ya no se le da el mismo apoyo que antes, los pocos profesores que quedan hacen sus labores por pasión, pero no se les paga bien. Las aulas de los núcleos tienen muchos lugares vacíos porque muy pocos niños se interesan por la música viendo el estado de los instrumentos

José Antonio Abreu, cortesía de El Carabobeño.

¨*A dos años de la muerte de “El Maestro”

 José Leonel Pineda.- El amanecer de ese sábado, 24 de marzo, del 2018, fue diferente, los instrumentos sonaban tristes por más que se les afinara, las canciones alegres no tenían significado y en un país con cultura musical como Venezuela, lo más sensato ese día, fue guardar un minuto de silencio, pues, a sus 78 años, José Antonio Abreu, mejor conocido como “El Maestro” se despedía de este mundo terrenal.

Su logro más grande fue, sin duda, fundar la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela y el Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juveniles, Infantiles y Pre-Infantiles de Venezuela. Un sistema educativo distinto e innovador que, desde 1975, transformó para bien la vida de muchos niños en el país, inculcando valores y promoviendo una mejora social e intelectual por medio de la música. “El sistema” fue reconocido por organizaciones como la Unesco y logró quedarse con el Premio Príncipe de Asturias de las Bellas Artes en 2009.

Además de Músico, “El Maestro” fue economista, activista social, político y educador. La mente de José Antonio Abreu y su filosofía para trasformar vidas a través de la música traspasó fronteras y muchos países de Latinoamérica y el mundo tomaron a “El Sistema” como modelo.

Por otro lado, la crisis económica, política y social del país ha llevado a que la calidad de “El Sistema” haya disminuido, si bien, sigue siendo un modelo innovador, la falta de apoyo ha sido una de sus grandes obstáculos, y en muchos núcleos se refleja una realidad alarmante.

Cuna musical

Son muchas las casualidades que se dieron para que los Anselmi llegaran a Venezuela, quizá porque buscaban un lugar tranquilo donde la paz estremeciera sus sentidos y el sonido de sus instrumentos tuviera ese eco que tanto les gusta a los músicos, así llegaron a Monte Carmelo: Antonio Anselmi Berti y DuiliaGarbatti, con las notas musicales  estampadas en sus maletas.

José Antonio Abreu vendría después, pero las circunstancias lo guiarían hasta su destino. Solo tenía 6 años y vivía en Barquisimeto con sus padres y hermanos, cuando uno de ellos fue víctima de una epidemia de tosferina que azotaba la zona, su madre (Ailie Anselmi) decidió llevarlo a pasar la cuarentena en casa de sus padres, en Monte Carmelo.

Ya en casa de su abuela, el niño José Antonio, tuvo su primer contacto con el arte, allí vio todo el legado de su Abuelo (Antonio Anselmi), a quien no conoció porque había fallecido un año antes que él naciera. Quedó impresionado con la cantidad de instrumentos que había, con los arreglos musicales, con el escenario ubicado en el patio trasero de la casa… sus pupilas y su mente se dejaron envolver por el alma musical que caracterizaba su linaje, le abrieron ante todo un universo de posibilidades, y lo hicieron regresar a Barquisimeto con la firme convicción de ser músico, ese sentimiento mágico hizo que Abreu, en la última visita a Monte Carmelo, lo catalogara como la cuna musical de Venezuela.

 

Historia entre pentagramas

Muchos niños y jóvenes anhelaban conocer el mundo de la música, el 4 de octubre, del 2010, la afortunada fue María Belén Núñez, quien para entonces tenía 10 años, y es garante de como “el sistema” trasformó su vida, le enseñó que la disciplina y la constancia son claves para alcanzar eso que muchas veces parece imposible.

Sus inicios fueron un tanto desalentadores, “pensé que podría ser la mejor en un día, pero, mi maestro me enseñó que la música hay que vivirla poco a poco, eso me desanimó (risas)”. Conforme sus habilidades con la guitarra iban creciendo, Belén se encontraba con profesores más exigentes, así conoció a Antonio Bencomo, “tenía miedo de ese profesor, porque veía que era muy regañón, aunque luego entendí que era por la autoridad y respeto que imponía… Una vez, toqué una canción y cuando la terminé, el profesor me llamó la atención porque casi no asistía a clase, mi fortaleza se quebró, pero él me calmó y me dijo que quería a sus alumnos como sus hijos, siempre quería lo mejor para ellos, aunque a veces haya que llamarles la atención” eso me marcó.

Ese lazo afectivo entre profesores, alumnos e instrumentos es la filosofía del maestro Abreu, María Belén recuerda entre lágrimas y con mucho aprecio a ese profesor regañón que ya no está, pero que“se convirtió en mi papá en la música” alega.

El tiempo iba pasando y la música llevó a Belén a conocer el periodismo, desde entonces, guardó su guitarra, sacó la cámara,un micrófono y actualmente sigue su sueño de convertirse en Comunicadora Social, pero, entre sus planes está regresar al sistema, alega que forma parte de su vida y no se puede despegar de la música.

 

Al sistema hay que apoyarlo

Actualmente el sistema ha decaído mucho, ya no se le da el mismo apoyo que antes, los pocos profesores que quedan hacen sus labores por pasión, pero no se les paga bien. Las aulas de los núcleos tienen muchos lugares vacíos porque muy pocos niños se interesan por la música viendo el estado de los instrumentos, en eso coinciden tanto Gustavo Bencomo como María Belén.

La migración ha sido un punto clave, la fuga de talentos, la situación económica de Venezuela hizo que muchos profesores y estudiantes se fueran a buscar oportunidades, tal es el caso de David Sánchez, de 24 años, profesor de cuatro, quien desde Perú, recuerda sus inicios en el sistema y tiene la esperanza de regresar al país para seguir su pasión y ayudar a los niños a conocer el maravilloso mundo de la música.

Honores

Venezuela se preparaba para rendir homenaje póstumo a quien dedicó su vida a la música, el 7 de abril de 2018 (solo 13 días después de su muerte), desde el Poliedro de la gran Caracas se escucharon 10.701 músicos pertenecientes a “El Sistema”, una cifra record, pues nunca antes se habían reunido tantos músicos en una orquesta. El mundo entero escuchó la majestuosidad y calidad de la música que existe en nuestro país. Piezas como Te Deum de Marc-Antoine Charpentier, Alma llanera y el madrigal Sol que da vida a los trigos (compuesta por Abreu) estremecieron a los presentes y a los que desde casa, se deleitaban con un concierto sin precedentes.

Ese día el presidente, Nicolás Maduro, anunció la creación del premio José Antonio Abreu, que es entregado como la más alta condecoración a los valores culturales y espirituales de Venezuela y del mundo.

 

Sueños desafinados

Dos años después de su muerte, Venezuela recuerda a ese luchador que hizo de la música una fórmula para el cambio social. Es José Antonio Abreu, nacido aquí en Valera, el 7 de mayo de 1939, el ejemplo claro del trujillano, del venezolano, un personaje que marcó y trasformó la vida de miles de niños a través de “El sistema”. Es necesario que se recuperen espacios y se le brinde apoyo a la música y al arte en general, está claro que “El Maestro” tuvo muchos logros y éxitos, pero, no es un secreto que la situación económica del país y la negligencia de sus gobernantes ha llevado a la decadencia su obra, y lo han convertido en una cuna de sueños desafinados.

“Don Tonino”

 Antonio Anselmi Berti o “Don Tonino”, abuelo de Abreu, dirigió la primera Banda Filarmónica de Monte Carmelo, en Trujillo. Era una orquesta juvenil pero sin instrumentos de arcos. Con esa agrupación, su abuelo hizo giras durante muchos años por todos los pueblos de Los Andes.

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