Diplomático, historiador y poeta, hoy ejerce el cargo de representante permanente de Venezuela ante la ONU y demás organismos internacionales con sede en Ginebra. Hablamos de Jorge Valero, hijo ilustre de Valera que hoy le habla a su ciudad con motivo de su aniversario.
Este personaje con un extenso peregrinar diplomático que lo ha llevado a visitar tantas ciudades del mundo, aún mantiene ese estima por su urbe natal. “Para mí Valera es la ciudad más hermosa del mundo. De eso no tengo ninguna duda. Los mejores recuerdos de mi vida son valeranos”.
Desde esa invernal ciudad del lago Lemán – Ginebra, Valero apela a la memoria para rendir tributo a sus Siete Colinas: “Desde nuestras andanzas por sus calles y colinas eternas – que por cierto la asemejan a Roma – hasta nuestros imborrables avatares políticos, deportivos y culturales forjados en el liceo Rafael Rangel, están grabados en nuestra mente como un petroglifo esculpido por Jaruma en Quibao”.
Para este cultor de la palabra poética, cuanto se ha dicho de Valera refleja diversos pareceres: “Hay quienes creen, y hasta afirman como una verdad comprobada, que Valera ya no existe; se han dejado abrumar por la nostalgia, han sido tocados por el escepticismo. Hay quienes pensamos, en cambio, que Valera sigue siendo una gran ciudad, la ciudad que cobija nuestros sueños”.
No ha sido siempre la que tenemos
A criterio de Valero, el paisaje que hoy muestra Valera es transitorio: “No hay problemas eternos”, agrega. “La cuestión está en diseñar un verdadero plan de desarrollo para la ciudad, que coloque al valerano como su razón de ser (…) Valera no ha sido siempre la Valera que hoy tenemos. Podemos volverla, incluso, mejor que la que tuvimos. Hay decisiones que tomar. La primera de ellas es volver a hacer de Valera una ciudad habitada por ciudadanos y no por centros comerciales”, afirma Valero.
El embajador señala que hay una equivocada concepción del desarrollo: “La idea de la Valera progresista, de la Valera pujante, derivó en una ciudad radiocéntrica, en la cual todas las instituciones del poder público y la actividad comercial se establecieron en el centro de la ciudad, mientras que el ciudadano, el habitante, fue expulsado hacia su alrededor”.
El diplomático advierte que la redefinición del ordenamiento del territorio valerano es una tarea que no tiene mañana. “Sus autoridades deben entender que si queremos que Valera siga existiendo debemos pensarla con seriedad, con el tino de quien quiere dar en el blanco para sentir la satisfacción de un verdadero logro”.
Para Valero, esta es una tarea que debe ocupar no sólo a sus gobernantes. “La crisis que vive la ciudad es muy profunda, es multidimensional; por ello todos aquellos que queremos devolverle a Valera su fisonomía de ciudad bucólica, piedemontina, hecha para el sueño -la que Toñito Valero, en su canto proclamó ‘Valera Valerá’-, estamos llamados a integrarnos a ese hermoso concierto para salvarla”.
Somos un solo pueblo
El diplomático valerano expuso que entre las generaciones de valeranos de ayer y de hoy no hay ruptura; muy por el contrario, “hay una hermosa e innegable continuidad”. “Ayer, Mariano Quintero nos asombraba con su mascota detrás del plato en un juego de béisbol; hoy lo hace ‘Mel’ Campos. Ayer nos extasiábamos con el canto de Panchita Duarte, ‘la Alondra Trujillana’; ahora lo hacemos con la orquesta sinfónica infantil y juvenil, Núcleo Valera; seguimos extasiándonos con las gaitas de Los Tropicales del Éxito y Los Belvist. Las notas armoniosas del Conjunto Renacimiento siguen portando encantamiento”.
Con voz apasionada el poeta nos dice que por el torrente sanguíneo del valerano navegan nuevos herederos de Alberto La Riva Vale, Eloísa Fonseca, Josefina Pérez (La Gata), la maestra Gisela Abreu, Salvador Valero, Antonio José Fernández “El Hombre del Anillo”, Aura Salas Pizani, Manuel Isidro Molina, Jacobo Senior, don Pedro Malavé Colls, Luis Mazzarri, Joaquín Padilla, Isbel Hurtado, “El Chino” Valera Mora y Adriano González León, “para sólo nombrar unos pocos que se nos vienen al recuerdo”.
Afirma que “esos herederos están ocultos, nuestra obligación es descubrirlos, colocarles el manto que cobije su amor por el terruño hoy lacerado por la indiferencia y la incapacidad de quienes no han asumido con ejemplo de patria sus ingentes obligaciones”.
¿Cómo alcanzar esa Valera del mañana?
¡Cuánto quisiera decir de Valera y sobre Valera! Pero el espacio de esta entrevista no da más que para trazar pinceladas sobre nuestra amada comarca (…) Pensemos que para tan significativo aniversario es necesario presentarle al valerano un conjunto de propuestas para su desarrollo integral, que tengan el propósito de lograr que el valerano vuelva a vivir en Valera, que su comercio vuelva a ser una actividad impulsadora del bienestar colectivo; que las instituciones públicas y privadas dejen de ser monumentos de burocracia y cumplan su rol de diseñadores y ejecutores de programas que propendan a recuperar la hidalguía que reposa en nuestra memoria, como valeranos.
Soñadores somos, y de los buenos. Toda nuestra vida la hemos dedicado a imaginar la existencia de una Venezuela y de un mundo mejor. Por ello, pensar en el terruño que nos vio nacer nos llena de esperanza. Esperanza que creemos posible se haga realidad. En una iniciativa como ésta cabemos todos. Valeranos de ayer y de hoy.
Cuánto quisiera volver a andar por las calles de mi terruño con Rodulfo Mejías, Antonio Vale, Luis Peña, Benigno Contreras, Nelson Pineda, Francisco Graterol Vargas, Luis González, Cornelio Viloria, José Rosario González, Francisco Simancas, Francisco González, Eladio Muchacho, Luis Briceño, entre otros… ¡Cuánto quisiera volver a estar en la esquina del Teatro Libertad discutiendo con mis amigos que se fueron al encuentro de Dios, Javier Álvarez y Alfredo Moreno, sobre cómo tomar el cielo por asalto! ¡Cómo quisiera volver a bailar al compás de La Billo’s Caracas Boys y Los Melódicos en la casa de doña Carmen Montiel!
La inclemencia del tiempo nos hace culminar esta entrevista. Y Valero sorprende gratamente con estos versos del poeta alemán Novalis: “Cuando sueño que he soñado, está más cerca el despertar”.