JORGE AZUAJE: Un emprendedor monayense que es profeta en su tierra

Jorge Azuaje sin fronteras en su trabajo como gran emprendedor en Trujillo.

 

Emprender es aprender, pensar y hacer. “Lo que tenemos que aprender lo aprendemos haciendo”, dijo Aristóteles ya tres siglos antes de Cristo. Emprender es una de las decisiones más importantes en la vida. Emprender es tener iniciativa, proponerse un objetivo y trabajar consecuentemente utilizando una serie de habilidades y finalmente podemos también decir que Emprender es un acto del pensamiento planificado y concebido para ser accionado hacia objetivos claros de intencionalidad.

En el marco de la celebración a nivel global del emprendimiento dentro de un grupo de personas del estado Trujillo se muestra un hombre humilde que ha creído en sus raíces, a un don y a sus instintos, Jorge Alberto Azuaje Materano, o simplemente Jorge Azuaje como se conoce.

 

Profeta en su tierra

Jorge es uno de los cinco hijos del agricultor Don Jesús y la costurera Doña Irma en esa tierra trapichera, de caña de azúcar como es la población de Monay en el municipio Pampán.

A sus 47 años, el Sargento mayor de segunda de la Guardia Nacional Bolivariana ya retirado, dentro de su trabajo emprendedor ha creído en sus raíces, en su pueblo de Monay, ha sido profeta en su tierra y eso lo tiene claro “Primeramente doy gracias a Dios, siempre soñé y Monay siempre estuvo en mis sueños, es donde nací y siempre seguirá creyendo en ello” acotó.

La empresa Moto Repuestos Monay ha sido la base de una bonita realidad, hoy abierto a todo lo que tiene que ver esa industria, incluyendo una propia marca que lleva por nombre Monay, un hecho sin precedentes en la región.

Alianza Monay FC

Sin techo alguno

Entre las claves del éxito y que pareciera ser parte de su “Don” está el no tener límites “Siempre hay que tener una meta, estoy para metas, no tengo techo, digerir los logros obtenidos y seguir adelante” resaltó.

Igualmente la estrategia es parte de un emprendimiento exitoso “Hay que tener una estrategia para todo, solucionar en cuanto a la decepción, comenzar y creer que todo se puede, lo que tengo lo he ganado con mucho trabajo” indicó.

 

La pasión por el deporte

Jorge Alberto nunca pensó que aquella pasión que la tuvo desde niño lo llevaría a cristalizar uno de sus grandes sueños, una realidad que vive hoy en día como presidente del Alianza Monay Fútbol Club, un conjunto que en este momento es noticia en el país con su clasificación a la Segunda división del fútbol venezolano en su primer año de fundación.

Jorge desde niño vivió con intensidad los deportes y fueron muchos los “sacrificios” que tuvo que hacer teniendo a su madre a su lado “A mí me gustaba hacer deporte, sobre todo fútbol, pero mi papá no le gustaba mucho la idea, para ir a Guatirí (una sabana a 15 minutos de su casa) me iba a escondidas” recordaba este personaje que brota su humildad en el dialogo, igualmente con ojos de alegría nos regalaba sus aventuras dentro del maravilloso mundo del deporte “Yo le pedía permiso a mi mamá para ver las peleas de boxeo, ella nunca me dijo que no, pero sabía las reglas, a escondidas en el cuarto y con un volumen mínimo para que mi papá no escuchara jajaja”  “El ciclismo también era mi pasión -continuaba- lo vivía y lo seguía, del dinero que me daban para la merienda en la escuela compraba el meridiano todos los días” subrayó.

Sin duda alguna que ese amor por el deporte que lo hizo un multiatleta en su juventud, lo llevó a contar con una de las mayores satisfacciones a nivel deportivo para su Monay del alma “Gracias a Dios que me lo ha permitido, es un sueño que estoy cumpliendo, hoy con el apoyo de mi esposa Crisaura podemos estar orgulloso de nuestro equipo, hablar con la verdad, ser sincero y sobretodo honesto han sido las claves para que todo el equipo, sobre todo los muchachos, estén haciendo lo que están haciendo, es una satisfacción personal y familiar” resalta.

Jorge Azuaje es hoy noticia en Venezuela, más por lo hecho por Alianza Monay FC que por sus empresas que se desarrollan en Monay como eje, para orgullo de sus hijos Keiber, Juan, Bárbara, Jorge y Cristina. Su esposa Crisaura ha sido pieza fundamental en todo lo que vive en la actualidad, sobre todo en su incursión en el fútbol criollo.

Su emprendimiento no tiene fronteras, la Finca Piedra Azul y el Complejo deportivo que lleva a su nombre también es pate de ello, único en Venezuela. El concepto ikigai pareciera ser la claridad en este norte emprendedor de este ilustre monayense “Lo que nos gusta hacer”, “Lo que somos buenos haciendo”, “Por lo que nos pueden pagar” y “Lo que el mundo necesita”.

Junto a su esposa Crisaura son noticias a nivel nacional con el Alianza Monay FC.

 

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