Cannes (Francia), 17 may (EFE).- «No pienso en Hollywood, no me importa Hollywood, no necesito a Hollywood». Así de contundente se mostró este miércoles Johnny Depp en Cannes al ser preguntado por el posible boicoteo que está sufriendo por parte de la industria de su país.
El actor ha protagonizado un regreso triunfal a Cannes -aunque él rechaza usar la palabra «regreso»-, donde es el protagonista de la película de inauguración del festival, «Jeanne du Barry», en la que es su primera gran aparición pública tras cerrarse el juicio con su exmujer Amber Heard, que le acusó de maltrato.
«Cuando te piden que dejes una película -el actor fue retirado de la saga ‘Piratas del Caribe’ en 2018- porque hay un puñado de vocales y consonantes en el aire, te lo preguntas», dijo Depp al ser preguntado sobre si Hollywood le había boicoteado.
Pero agregó que no tiene esa impresión, básicamente porque no piensa en Hollywood y señaló que aunque el mundo está atravesando una etapa «extraña, curiosa» en la que «todo el mundo quiere ser uno mismo pero nadie lo es», él se siente realmente «del otro lado».
«La verdad es la verdad», dijo el actor, que recordó que «desde hace cinco o seis años» ha leído muchas informaciones sobre su vida, «ficción contada de forma horrible y fantasiosa».
Y sobre la campaña lanzada por defensoras de Amber Heard, que piden la clausura del festival por invitar a Depp y por «celebrar a los abusadores durante 76 años», el actor dijo que siempre habrá gente que no esté contenta con su presencia en Cannes o en un McDonald’s.
«Ahora se lanzan muchas cosas desde los ordenadores, de forma anónima. Creo que la gente debería reflexionar un poco y preguntarse de qué se trata realmente», afirmó.
El actor no tuvo reparo en contestar a preguntas personales pese a que al llegar a la rueda de prensa -con 40 minutos de retraso y cuando el equipo de la película ya llevaba 20 hablando- había dicho que su comparecencia ante los medios no era para hablar de sí mismo, sino del proyecto de la francesa Maiwenn, que dirige y coprotagoniza «Jeanne du Barry», presentada fuera de competición.
También se refirió a los numerosos medios que hablan de su regreso al mundo del cine con esta película. «Aparentemente he tenido 17 regresos», bromeó Depp, que aseguró que no se ha ido «a ninguna parte».
«Puede que haya gente que ha dejado de llamarme por diferentes razones, por miedo, pero la palabra regreso no tiene sentido», reflexionó.
Depp fue la estrella de la rueda de prensa como lo fue anoche de la gala de presentación del filme y de la alfombra roja que precedió a la proyección.
Un baño de multitudes para un actor que ha sido recibido en Cannes como una estrella pero que en su país tiene una imagen negativa que no consigue remontar pese a haber ganado el juicio por difamación contra su mujer por haberle acusado públicamente de abusos.
Otra de las polémicas del filme es el hecho de que Depp encarne al rey Luis XV en lugar de haberlo hecho un actor francés.
Al respecto, Maiwenn señaló que propuso el papel a «actores franceses» a los que adora pero que finalmente decidió ser fuel a su deseo de que fuera Depp el que encarnara al monarca.
«Cuando me reuní con él conocía enormemente la historia de Francia», resaltó la actriz y directora, que mantuvo un primer encuentro con el actor en París que se prolongó durante quince horas en las que casi no hablaron de cine.
Para Depp fue una sorpresa que le ofreciera el papel pero lo aceptó y trabajó mucho el acento -el actor habla francés ya que estuvo casado con Vanessa Paradis-.
Aunque reconoce que Maiwenn «tuvo calor al pedir a alquien que viene de Kentucky que interpretara a Luis XV.
«Jeanne du Barry» se centra en la historia de amor entre Jeanne du Barry y Luis XV pese a que en un primer momento el guion incluía muchas otras relaciones amorosas de la cortesana e incluso su muerte, guillotinada por la revolución.
El resultado es una clásica película de época que cuenta la historia de amor entre la cortesana Jeanne du Barry (Maiwenn) y Luis XV (Depp), que duró hasta la muerte del monarca pese a la oposición de la familia real.
Con una buena parte del filme rodado en Versalles y un gran preciosismo formal, la película es entretenida, bien construida e interesante porque la historia real que cuenta lo es. Y la pareja protagonista es convincente en sus papeles, aunque al conjunto le falta fuerza.
Alicia García de Francisco