La vida del Dr. José Gregorio Hernández, es considerada un testimonio evidente de santidad, tanto, que los venezolanos y latinoamericanos lo consideran santo, a pesar de que aún no ha sido canonizado por la Iglesia católica.
El camino a la santidad no ha sido fácil para este ilustre trujillano y venezolano ejemplar. Mucho ha sido el trajín a favor de su causa, también se han presentado infinidades de obstáculo. Por mucho interés y fe que le ha puesto tanto la iglesia venezolana como los millones de seguidores quienes ven a José Gregorio como un verdadero “santo”, no ha sido posible lograr el fin buscado. Aun así es visto como el gran “santo” popular.
El año de 1986 ocurrió un evento importante para la feligresía venezolana. El hasta entonces Papa Juan Pablo II elevó a José Gregorio Hernández de la categoría Siervo de Dios a Venerable, antepenúltimo escalón en el camino a la inscripción como santo de la Iglesia Católica.
“Saludo a la peregrinación de Venezuela, en honor del venerable José Gregorio Hernández (…) Que vuestra visita a la tumba de San Pedro os ayude a incrementar vuestra fe y vuestro amor a la Iglesia”, expresó el Papa el día 16 de enero de 1986.
En la declaración del hecho por el Santo Padre, se dejó constancia «de las virtudes teologales Fe, Esperanza y Caridad para con Dios y el prójimo, y de las virtudes cardinales Prudencia, Justicia, Templanza, Fortaleza y sus anexas, del Siervo de Dios José Gregorio Hernández».
Ha sido cuesta arriba el proceso para la beatificación del doctor José Gregorio Hernández, icónico personaje oriundo de Isnotú, localidad del estado Trujillo en Venezuela.
Admiración por un hombre justo
Monseñor Pedro Pablo Tenreiro lo calificó en una oportunidad como santo y ejemplo a seguir: “José Gregorio Hernández fue un varón justo o para ser más preciso fue un santo; por eso su recuerdo quedó esculpido con caracteres de luz y fuego en la mente de los que fueron ayer y vive hoy, en la admiración de los venezolanos. Perdurará, como astro refulgente en el cielo de la Patria, para ejemplo de los que nos habrán de sobrevivir y serán la Venezuela del mañana”.
El escritor e historiador trujillano, Alí Medina Machado asegura que: “hay personas meritorias que marcaron una huella de luz, personaje histórico, múltiple desde todas las miradas, que cumplió su magisterio de servicio, entendió su vida. Un médico de proyección con virtud de santidad, porque nació y vivió predestinado para esa santidad. Esto y más podemos decir de José Gregorio Hernández. JGH talló una gran obra a través de los tiempos de hombre modelo ejemplar, digno de estar en los altares.”
Con solo 55 años ya José Gregorio Hernández se había ganado el respeto y admiración de toda Caracas. Hubo un profundo sentimiento de tristeza y conmoción. Con su muerte, Venezuela había perdido a uno de sus más grandes y queridos hijos.
En espera
Como ya es sabido el proceso de beatificación y santidad a favor de José Gregorio Hernández se ha vuelto largo, lento y tedioso. Aun a esta altura se espera que se certifique un “verdadero milagro”, esa larga espera data de 1949 cuando la iglesia católica venezolana comienza dar los primeros pasos para una futura beatificación y canonización. Ese camino lo comenzó el entonces arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo ante la Santa Sede.
Casi 40 años más tarde y luego de haber completado los primeros casos, José Gregorio Hernández es nombrado “Venerable” por parte del papa Juan Pablo II, fue un el 16 de enero de 1986. Esa actitud de Juan Pablo II ha permitido poder seguir adelante y con mucha fe en procura de la beatificación.
Solo un escalón le separa de la santidad anhelada y esperado por millones de feligreses.
Aún sin serlo oficialmente, el pueblo lo considera “un santo”. Lo hecho en vida certifica ese fervor del pueblo.
Un posible milagro
La Confederación Episcopal Venezolana, estudia las causas de un posible milagro en el estado Apure con el que podrían beatificar al doctor José Gregorio Hernández. El caso será presentado al Vaticano para que sea aprobado por el papa Francisco y representa una nueva posibilidad para que el médico venezolano sea beatificado.
En su más reciente asamblea anual, este fue una de los puntos de la agenda de la CEV que preside el trujillano, Monseñor José Luis Azuaje Ayala. En este año 2019 se conmemora el centenario de la muerte del ilustre trujillano. Todos esperan que su santidad lo oficialice. Por esa causa, desde el año 2013 se refuerza el interés de lograr la beatificación de José Gregorio Hernández y la posibilidad se abrió cuando el Papa Francisco, expresó su intención de consolidar este sueño de los trujillanos y ver de manera oficial a “El Venerable”, como un Santo de la Iglesia Católica.
REVERSA
MORAL
Y ESPIRITUALJosé Gregorio Hernández fue un médico, científico, profesor y filántropo de profunda vocación religiosa. Nació el 26 de octubre de 1864, en Isnotú, estado Trujillo, en el municipio Rafael Rangel.
El 29 de junio de 1919 murió trágicamente al golpearse la cabeza con el borde de la acera luego de ser atropellado por un vehículo en la esquina de Amadores, La Pastora, en Caracas.
Su gran espíritu de entrega y servicio le abonó un camino seguro para poder llegar a los millones de corazones que hoy le veneran.
Según los biógrafos, su esencial autenticidad lo convirtió en un individuo que enmarcó su vida en principios y valores, el de ser buen hijo, que no anda pendiente de lo que pudieran decir de él, respetuoso, buen amigo y protector. Un hombre de una gran espiritualidad y misticismo, pero sin muchos ataviares.
Por todo lo que caracterizó a José Gregorio, sigue siendo artífice de la reserva moral y espiritual de la Venezuela. Entramos en el año centenario de su muerte y se espera que con él se produzca el “milagro” para su beatificación.