Por: Alexander González
Con información aportada por Francisco González Cruz
El Dr. José Gregorio Hernández es el prócer civil más conocido y más querido de los venezolanos, en todos los tiempos y lugares. Tener un patrimonio humano de esta magnitud es muy importante a la hora de construir la república civil y cívica que aún está pendiente desde hace más de 200 años.
Venezuela es un país sobresaturado de héroes militares. La Guerra de Independencia, la Guerra Federal y las numerosas contiendas armadas, unas de alcance nacional, muchas limitadas a montoneras regionales, todas sangrientas, dio como resultado una abundancia de generales, almirantes, coroneles, capitanes, tenientes, sargentos y soldados cuyos nombres ocupan plazas, calles, pueblos, estados, municipios y parroquias.
De ellos se han erigido estatuas ecuestres, pedestres y bustos por todas partes. Retratos y murales adornan muchos metros de paredes en salones y plazas, escuelas, liceos y otros edificios públicos. Venezuela está llena por todas partes de personajes con charreteras.
El balance es que el talante castrense ha dominado, y con ello la cultura que trae aparejada: el mando autoritario y la obediencia ciega. Cultura de jefes y caudillos ha sido la nuestra. La jerarquía y el orden marcial frente al trabajo en equipo y la horizontalidad, la disciplina sin chistar frente a la crítica constructiva. El dar o recibir órdenes, frente a las conversaciones fecundas. El machismo.
La casta militar nacida al calor de la guerra larga, de la cual la primera víctima fue el propio Bolívar. Próceres civiles ha tenido esta nación desde que existen registros históricos. Personas que, desde la escuela, el hospital, la iglesia, los medios de comunicación, el servicio civil, la empresa, los gremios, los sembrados, la cultura, el servicio a la comunidad y muchas otras actividades, han contribuido a la construcción de esta nación venezolana.
A muchos se les recuerda con afecto y admiración, pero no ocupan en las páginas de historia, ni en las crónicas, ni en los espacios públicos, la preeminencia de los hombres de armas. En esa larga lista sobresale la figura del Dr. José Gregorio Hernández por su popularidad. Todos los venezolanos saben más o menos quien fue “El Médico de los Pobres”, a pesar de no haberlo estudiado en los libros de historia de Venezuela.
Su figura está en casi todos los hogares, en edificios públicos y privados, a lo largo de las carreteras y caminos, en barrios y urbanizaciones, en el transporte público y en vehículos particulares, en medallas y estampas que cuelgan de cadenas o están en las carteras. En todas partes se encuentra una capilla al Venerable.
Él se ganó ese puesto en el corazón de la gente debido a que se preparó conscientemente para servir con eficacia a los demás. La sana utilización de su imagen para poner de relieve el procerato civil, es una de las tareas más importantes, a lo fines de fortalecer la cultura cívica, civil y ciudadana.
Fuentes consultadas:
- Caldera, Rafael. “Tres discursos sobre José Gregorio Hernández”. Ediciones de la Presidencia de la República. 1996
- Castañeda, Raúl Díaz. Novela “Un Milagro Histórico”.
- Fondo Editorial de la Universidad Valle del Momboy. Valera, 2014
- Castellanos, Rafael Ramón. “El milagroso médico de los pobres en Isnotú”. Italgráfica. Caracas, 1994
- Diócesis de Barinas. Gobierno Superior Eclesiástico. Carta pastoral conmemorativa del centésimo quincuagésimo tercer aniversario del nacimiento del venerable Dr. José Gregorio Hernández Cisneros”. +José Luis Azuaje Ayala. Obispo de Barinas. Barinas, 26 de octubre de 2017.
- Yaber Pérez, Miguel. “José Gregorio Hernández”. Ediciones Trípode. 5ª Edición. Caracas, 2009. Reproducido en Hernández Briceño, 1958.
- Yaber Miguel. “José Gregorio Hernández. Hombre de Dios y Siervo de los enfermos”. Caracas 2010