El doctor Luis Portillo un médico nacido en el Zulia pero sembrado en la tierra cuna de Santos y Sabios, fue el orador de orden de una sesión extraordinaria del Concejo de Rafael Rangel, que preside el politólogo Marcos Palomares, señaló en un discurso que leyó, comentó y que interrumpía para referirse en anécdotas del Venerable de Venezuela, que José Gregorio Hernández, fue un “hombre de piedad y de virtudes” que merece ser llevado a los altares por la infinidad de milagros que se le atribuyen, no conocidos, sin embargo la mayoría de la población lo tiene como su santo, el santo popular de los venezolanos.
No niega sus orígenes de la tierra del sol amada, sin embargo también reconoce que se sembró en esta tierra y cree en las bondades espirituales del “médico de los pobres”, pues en su familia hay un milagro un hermano suyo que niño, de apenas meses fue declarado fallecido por el médico que lo trataba de urgencia, sin embargo su progenitora le dijo al galeno que lo trataba, no le quite el oxigeno al niño, que José Gregorio Hernández el Santo de Isnotú lo revivirá, como en efecto sucedió, viniendo por vez primera a la tierra que vio nacer al venerable cuando era un niño, en compañía de su familia, entre estos el infante revivido, hoy por hoy un profesional de ingeniería egresado de LUZ.
Portillo pronuncio su discurso a Cámara plena, pues en la sesión se encontraban además de Palomares, Robert López, Dexcy Mora de Olivares, Morella Nava de Jáuregui, José Gregorio Hernández y Antonio Pineda, faltando solo el edil Edgar Pineda, de acuerdo a la asistencia ratificada por la secretaria del cuerpo Coromoto Briceño, estando presentes también numerosas personas invitadas por las autoridades del Concejo Rangeliano.
El médico dio a conocer innumerables facetas de la vida del Venerable, lo culto que era, distinguiéndose por haber sido un excelente estudiante, compañero, creacionista y creyente en la fe cristiana, filosofo y filántropo.
Filosofo por los estudios que realizo y que le interesaban y filántropo, no obstante no ser un hombre de bienes económicos, sin embargo le gustaba ayudar al prójimo y a sus enfermos regalarles hasta las medicinas del tratamiento para la enfermedad que padecían.
La norma de José Gregorio Hernández era hacer las cosas que agraden a Dios, dijo el doctor Portillo no dejando de mencionar lo premonitorio de su desaparición física, el año y mes que se firmo el tratado de Versalles, pues había señalado muchas veces, “le he ofrendado mi vida por la paz del mundo” y ese tratado firmado un día antes de su muerte trajo la paz, pues puso fin a la primera guerra mundial.
Participación de los presentes
En la sesión extraordinaria del Concejo de Rafael Rangel hubo participación de los presentes, se cantó el Himno Nacional al comienzo; se acompañó una oración a favor de la Beatificación que el orador de orden señalo que leería, donde todos deberían de responder “En el nombre de Jesús, escuchamos señor”, como en efecto se hizo, cantando también los presentes al final de la oración de orden, el Himno del Estado Trujillo.
El orador de orden recibió diploma y placa de reconocimiento del cuerpo que le recibió, resaltando en el diploma un pensamiento del geógrafo Francisco González Cruz: “Si cada venezolano practicara las virtudes la constancia y la fe del Venerable, tendríamos ciudadanos ejemplares y un mejor futuro”