Jefa de prensa selección femenina relata la «encerrona» que sufrió para apoyar a Rubiales

La ex jefa de prensa de la selección femenina de fútbol Patricia Pérez al salir de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares donde arranca el juicio contra el expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales acusado de agresión sexual y coacciones por el beso que dio a la jugadora Jenni Hermoso tras la victoria del Mundial en Sídney (Australia) el 20 de agosto de 2023 y que ella asegura que no consintió. Rubiales se enfrenta a una petición de dos años y medio de cárcel y comparte banquillo con tres personas de su confianza en la Federación: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la RFEF Rubén Rivera. EFE/ Fernando Villar

Madrid, 3 feb (EFE).- La responsable de prensa de la selección española femenina de fútbol, Patricia Pérez, ha relatado la «encerrona» que vivió para respaldar la actuación de Luis Rubiales tras el beso que éste dio a Jenni Hermoso al recibir por escrito las respuestas que debía dar en un informe interno de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que acabó exculpándole.

El testimonio de Pérez ha cerrado este lunes el juicio que acoge la Audiencia Nacional contra Rubiales y tres ex altos cargos de la RFEF por el beso no consentido que el expresidente federativo dio a Jenni Hermoso tras la final del Mundial, el 20 de agosto de 2023, y las presiones a las que se le habría sometido para justificar a su presidente.

La ex jefa de prensa de la selección femenina de fútbol Patricia Pérez al salir de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares donde arranca el juicio contra el expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales acusado de agresión sexual y coacciones por el beso que dio a la jugadora Jenni Hermoso tras la victoria del Mundial en Sídney (Australia) el 20 de agosto de 2023 y que ella asegura que no consintió. Rubiales se enfrenta a una petición de dos años y medio de cárcel y comparte banquillo con tres personas de su confianza en la Federación: el exdirector deportivo de la selección masculina Albert Luque, el exentrenador de la femenina Jorge Vilda y el antiguo responsable de Marketing de la RFEF Rubén Rivera. EFE/ Fernando Villar

La responsable de prensa ha testificado acerca del informe que elaboró el comité de Integridad de la RFEF tras aquel episodio y que se cerró sin ninguna medida para su entonces presidente.

Ha relatado que, una vez en España, el entonces subdirector de comunicación de la Federación, Enrique Yunta, le llamó y le dijo que debía ir urgentemente a la RFEF para declarar ante el departamento de integridad, si bien le indicó que, «para agilizar los tiempos», le enviaba las preguntas y las respuestas que debía dar.

Al recibir aquellas respuestas, ha dicho, vio que había cosas que no se respondían con la realidad, como que había hablado con Jenni Hermoso y esta «había quitado hierro al asunto», algo que no ocurrió.

Al entrar en el despacho, en la tercera planta de la RFEF, vio que no estaba el entonces responsable de Integridad, Miguel García Caba, sino ocho personas. Se trataba del entonces presidente, Luis Rubiales, su padre, su jefe de gabinete y «un amigo íntimo de la infancia»; el exjefe de Comunicación

Pablo García Cuervo; Enrique Yunta, el psicólogo de la selección femenina y el recién renovado seleccionador de la absoluta, Luis de la Fuente, que declara mañana como testigo.

«Desde el momento en el que entré y vi a ocho personas (…) tuve claro que eso era una encerrona», ha señalado Pérez, que ha añadido que Rubiales le pidió añadir frases a su declaración, como que Jenni Hermoso le alzó a él y le dio dos manotazos en el costado.

Pérez ha dicho que se negó porque era «imposible» que viese eso desde el lugar donde estaba en el Estadio de Nueva Gales del Sur (Australia), donde se disputó el Mundial, y ha admitido que acabó firmando la declaración que consideraba que se ajustaba «más a la realidad», tras pedir cambiar algunas cosas y después de tres horas.

La testigo, que ha confesado que era «un mero peón y era García Cuervo quien tomaba las decisiones», ha limitado su actuación a obedecer la petición que éste le hizo de llamar a Jenni Hermoso en el autobús de camino al aeropuerto tras el partido, para enseñarle un comunicado que él había escrito en primera persona y que «intentaba rebajar la magnitud» de lo ocurrido a «algo anecdótico».

Cuando Jenni Hermoso bajó del autobús, ella notó que tenía una «actitud cansada», «como que estaba harta» y dijo que es lo último que haría.

 

 


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