Los Ángeles (EE.UU.), 26 mar (EFE).- Javier Bardem llega a los Óscar aparentemente más tranquilo que nunca y con todas sus esperanzas puestas en su mujer, Penélope Cruz, porque aunque ambos están nominados para la estatuilla, él está convencido de que es ella «la que tiene que preparar un discurso».
Bardem se reunió este mediodía con la prensa española en un hotel de Los Ángeles a pocas horas de que comience la 94 edición de los Premios de la Academia de Hollywood, y confesó que se ha quitado todo el peso de la nominación de encima y lo tiene puesto en Cruz, porque la categoría de mejor actriz es la «más impredecible» en esta edición.
«Mira, la carne de gallina», comentó señalándose el brazo al hablar de las posibilidades de Penélope Cruz por su papel en «Madres paralelas», mientras insistía en que si él ganara por «Being the Ricardos» sería poco menos que «un accidente».
Por eso de momento no se ha preparado ningún discurso, cree que «no tiene ningún sentido», aunque admitió que es posible que escriba «cuatro puntos» en una servilleta, no sea que pase.
Penélope Cruz -que todavía no había llegado a Los Ángeles- estuvo presente en todo momento en esta rueda de prensa que fue más una conversación distendida en la que Bardem aseguró que ambos estarán en la pregala donde se dan los ocho premios que la Academia ha excluido de la ceremonia principal.
En su opinión, se trata de una decisión «anacrónica» de la organización que no se justifica. «Ganarlo (el Óscar) ya es la leche» pero es «muy injusto» subir a la platea y no ver la industria aplaudiéndote por eso, dijo.
«Qué es una película sin montaje, sin sonido, sin maquillaje», se preguntó.
Por eso, si Alberto Iglesias -nominado por su música en «Madres Paralelas- y Alberto Mielgo -por su cortometraje «The windshield wiper», acaban ganando el Óscar allí estarán Bardem y Cruz para aplaudirlos, porque ambos tienen, según el actor, «muchas posibilidades».
«LA CALIDAD QUE TIENE ESPAÑA SE CELEBRA POCO»
Bardem habló con orgullo de las cuatro nominaciones y destacó la admiración que hay en Hollywood por el cine español y sus profesionales.
«La calidad que tiene España se celebra poco» allí, lamentó, mientras recordaba que el camino que ahora recorren él y los otros tres nominados lo abrieron figuras como Luis Buñuel, su tío Juan Antonio Bardem y otros grandes del cine español como Pedro Almodóvar.
Con la gala de mañana, el actor pone el broche a una temporada cargada de estrenos -cuatro películas en un año- y en poco tiempo, en julio, estará rodando la segunda parte de «Dune» con el director Denis Villeneuve, «un buen tipo muy divertido».
Es «uno de esos regalos que te da la vida, yo ya me hago mayor y quiero trabajar con buena gente» como él, dijo.
Y tiene claro cuál es su asignatura pendiente: Trabajar con Steven Spielberg.
Ambos tenían entre manos su proyecto de miniserie sobre Hernán Cortés cuando estalló la pandemia y reconoció que es complicado que se vaya a retomar. Pero espera trabajar algún día con el creador de E.T -película que aseguró haber visto veinticuatro veces-, una persona «admirable».
Javier Bardem demostró estar disfrutando del momento y recordó que hace unos días cenó con dos de sus compañeros nominados, Benedict Cumberbatch y Andrew Garfield. Ambos, en su opinión, pueden dar la sorpresa aunque Will Smith sea el favorito.
Pero él insiste en que no saldrá mañana del teatro Dolby con la estatuilla y pone todas sus esperanzas, toda su emoción, en Penélope Cruz y su posible segundo Óscar -ambos tienen uno ya y para ambos es la cuarta nominación-.
«Ella tiene que preparar un discurso, y se está negando», aseguró.
Si finalmente ocurre lo impredecible y catorce años después vuelve a subir a recoger un Óscar, el actor aseguró que además de a su mujer y a sus hijos se lo volverá a dedicar a su madre, la actriz Pilar Bardem, fallecida recientemente.
Javier Bardem se despidió cariñoso con la misma tranquilidad con la que llegó a este encuentro en el que también recordó al director que le unió por primera vez en la pantalla con Penélope Cruz, «papá Bigas» Luna, quien «se reiría» si viera ahora dónde están ambos.
Y comentó algo que Bigas Luna le decía para quitarle la presión. «Ser feliz es desear lo que se tiene».
Guillermo Azábal y Patricia de Arce