Javier Alvarez, el más popular del liceo Rafael Rangel | Por: Ramón Rivas Sáez

Valera bicentenaria,  protagonistas (15)

 

El liceo Rafael Rangel tuvo sus personajes; allí no solo cursaron estudiantes que brillaron en las distintas actividades de la vida nacional, por sus aulas desfilaron escritores como Adriano González León, Antonieta Madrid, José Napoleón Oropeza, entre otros, atletas como Peter Hoffman, políticos como Ramón Planas, Jorge Valero, entre otros.

Sin ser nativo del lar fue el más popular entre los muchachos; Javier Alvarez, un mozalbete llegado de España, que arribó a la comarca acompañado por su familia inmigrante que se exilió huyendo de la dictadura franquista, se hizo con la simpatía de toda la comunidad estudiantil. Atarantado, según sus más cercanos contertulios; le consideraron de fantasioso, embustero empedernido, al criterio de sus detractores, Javier se dio a conocer por los cuatro costados de la institución docente.

Su fama trascendió que ni los partidos políticos de la época lo quisieron tener en sus registros de la militancia; no le creían ni cuando decía alguna verdad. No obstante, su simpatía era desbordante; le perdonaban sus excentricidades, sus desvaríos los apaciguaba con sus ocurrencias que divertían a más de uno.

Evoco, entonces, que cuando Adriano González León pronunció su memorable discurso de los 150 años de Valera, en presencia del presidente Rafael Caldera, en sesión solemne del Concejo Municipal de Valera, el 15 de febrero de 1970,  tras el acto multitudinario, Javier, que presenciaba una plaza Bolívar, inundada de valeranos, propuso públicamente,  “a Adriano, como a los grandes toreros hay que sacarle en hombros”, alguien que le escuchó anotó “te salió tu alma española que jamás te abandonó.”

Javier conocido como Mentiritas por sus allegados nunca fue arrestado por la policía de la década de los sesenta, pese a las fuertes protestas que protagonizaron los estudiantes del liceo Rafael Rangel, foco de los disturbios contra el gobierno, en las cuales participó animadamente. Al respecto, el poeta Antonio Pérez Carmona, amigo de Javier le dijo en una oportunidad “a ti no te llevan preso, porque la policía tampoco te cree”.

Al egresar del liceo, Javier Alvarez, se inscribe en la Escuela de Historia de la ULA-Mérida, donde se convirtió en uno de los mejores docentes que hayan pasado por sus aulas. Alrededor de diez promociones seleccionaron su nombre para que apadrinara a los egresados. Desafortunadamente, Javier tuvo una vida breve, falleció antes de cumplir los cincuenta años, pero dejó una legión de personas que le recordó con una sonrisa de complicidad y nostalgia, por una época hermosa en las aulas liceístas del Rafael Rangel.

 

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