Jáuregui Moreno Jesús Manuel / Por Rafael Ángel Terán Barroeta

Sentido de Historia

 

 

 

 

Nació en Niquitao, Estado Trujillo el 27-8-1848 y falleció en Roma, Italia, el 6-5-1905. Sacerdote y educador. Hijo de José Mateo Jáuregui y de Carmela de la Natividad Moreno.

Al poco tiempo de su nacimiento, sus padres se mudaron a Mucuchíes, donde Jesús Manuel cursó la educación primaria en una escuela del lugar. Inició estudios de latinidad bajo la dirección de su pariente, el presbítero Pedro Pérez Moreno, a cuyo lado permaneció hasta la edad de 20 años (1868).

El padre Pérez, conocedor de la vocación del joven Jáuregui, lo llevó a Mérida para presentarlo al obispo, monseñor Juan Hilario Bosset, quien le concedió licencia para vestir hábito eclesiástico, lo alojó en su palacio y se ocupó personalmente de impartirle mayores conocimientos de teología y filosofía. El 19 de noviembre de 1871, fue ordenado sacerdote por el obispo Bosset y posteriormente, nombrado cura de la parroquia de Milla en Mérida.

En 1873, es trasladado al curato de Mucuchíes, con cargo además de las parroquias de Torondoy, San José de Pocó y la aldea de San Cristóbal. Durante este tiempo intensificó sus estudios de ciencias físicas y naturales, historia y literatura. Llegó a dominar el inglés y el francés, además del latín y el griego. Emprendió la construcción del templo de Mucuchíes, de la iglesia de San Cristóbal y comenzó la edificación de las de Palmira y Torondoy. De igual modo, se ocupó de la proyección de un camino entre Mucuchíes y Bobures que permitiera fácil y rápida comunicación para el intercambio comercial con Maracaibo. Para tal fin, consiguió ayuda de la Legislatura del estado y del gobierno nacional.

En 1876 fue electo diputado a la Legislatura regional merideña por el distrito Rangel y en 1879 fue diputado al Congreso Nacional por el estado Guzmán. La jerarquía eclesiástica lo nombró vicario foráneo de La Grita en 1883. Al posesionarse del cargo, puso en práctica la vieja idea de fundar en esa localidad un instituto de educación. Su esfuerzo se hizo realidad el 1 de enero de 1884 al inaugurar el colegio Sagrado Corazón de Jesús de La Grita, que hoy lleva el nombre de Liceo Jáuregui. También en esta ciudad fue notable su labor al fundar asilos, colegios para niñas, hospitales, así como en llevar a cabo la construcción y reparación de iglesias. En compañía de monseñor Román Lovera, obispo de Mérida, viajó a Europa en 1885, por varios meses. Visitó al papa León XIII y en Turín, conoció la organización, funcionamiento y métodos de los institutos salesianos que más tarde le permitirían mejorar el sistema pedagógico de su colegio de La Grita.

El Congreso Nacional, por acto legislativo de 1886, le autorizó leer el trienio de filosofía en su colegio y otorgar a sus alumnos el grado de bachiller. Con anterioridad, monseñor Zerpa, gobernador del obispado, le había concedido el permiso para que los alumnos con vocación sacerdotal vistieran sotana e hicieran en el colegio sus estudios teológicos. La enseñanza impartida en el colegio Sagrado Corazón de La Grita permitió formar a toda una generación de gran influencia en la Venezuela de comienzos del siglo XX.

Monseñor Jáuregui se mantuvo como rector del colegio de La Grita hasta 1899, cuando la revolución acaudillada por Cipriano Castro lo comisionó para gestionar un armisticio con el gobierno del general Ignacio Andrade. El levita no estuvo de acuerdo con la gestión, pues era partidario más bien de una capitulación por parte de Castro, tal como se lo expresó en carta fechada el 23 de julio de 1899. Desde ese momento, las relaciones de buena amistad entre Castro y Jáuregui quedaron rotas. En mayo de 1900, monseñor Jáuregui fue detenido cuando se dirigía a Roma en misión del obispo de Mérida para el jubileo del Año Santo y enviado al castillo de San Carlos; puesto en libertad (4-8-1900), fue expulsado del país.

Residenciado en Roma, Jáuregui fue nombrado predicador por una peregrinación de obispos y sacerdotes mexicanos que se dirigía a Jerusalén y a quienes acompañó en su viaje por Tierra Santa. De regreso a Roma, se trasladó a París donde fundó la congregación de sacerdotes del Buen Pastor, destinada a socorrer y velar por la fe de los prelados que han abandonado sus deberes espirituales.

Al poco tiempo, el gobierno francés expulsó a las congregaciones religiosas, por lo cual monseñor Jáuregui viajó a México. Allí dictó cátedra de Teología en el Seminario y fue nombrado provisor y vicario general del obispado de Huajuapan, cargo que desempeñó hasta febrero de 1904, cuando retornó a Roma donde murió.

 

Texto tomado del Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar. Tomo II. Caracas 1997. Biografía escrita por Omar Alberto Pérez.

 

* Cronista de Tucutucu

 

 

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