Guadalajara (México), 17 oct (EFE).- La ubicación geográfica y la fuerte presencia del crimen organizado hacen que Jalisco (oeste de México) sea un punto neurálgico para el reclutamiento forzado, en donde especialistas identificaron este viernes a EFE un corredor de desapariciones que se extiende por varios municipios de este estado mexicano.
Guadalajara, la tercera ciudad más grande de México y capital del estado, es uno de los puntos de un corredor de desaparición que incluye la región Altos de la entidad hasta la zona costera de Puerto Vallarta y que estaría vinculada a las regiones con mayor poder económico y ubicación geográfica, dijo a EFE Alejandra Guillén, académica de la universidad Iteso.
Guillén ha investigado las desapariciones y los circuitos de control territorial en la región Valles, donde fue encontrado recientemente el Rancho Izaguirre, usado por el Cartel Jalisco Nueva Generación como lugar de adiestramiento, y explica que el crimen organizado recluta a decenas de personas cada semana para realizar diversas labores.
“¿Cuántas personas necesita esta empresa ilegal para controlar cada esquina, cada barrio, cada pueblo, cada carretera, cada estado? Y además (a quienes) vas a ir desechando para el combate en el sentido de conquista territorial y es por eso que es un fenómeno tan, tan grande”, señaló.
La investigadora considera que Jalisco se ha convertido en el epicentro de este fenómeno por la combinación de poder económico, ubicación estratégica y corrupción estructural.
“Tiene que ver con el poder económico. (…) Diría la ubicación de Manzanillo (puerto cercano en el Pacífico) por cómo ha cambiado (el tráfico de) los precursores (químicos), la entrada de todo lo que viene de Asia, la región Valles es clave, entonces es posición territorial y poder económico muy fuerte, no visible”, concluyó Guillén.
Estación de autobuses
El reciente hallazgo de un estudiante universitario de 15 años, desaparecido desde marzo, y el rescate de varios jóvenes en la central de autobuses de Guadalajara, han reavivado la preocupación por esta modalidad de reclutamiento del que han sido víctimas hombres y mujeres de varios estados del país.
Carmen Chinas, coordinadora del Comité Universitario de Análisis en Materia de Desaparición de Personas, de la Universidad de Guadalajara, explicó a EFE que en 2024 los colectivos de búsqueda documentaron numerosos casos cuyo último lugar de contacto fue precisamente la central de autobuses.
Las y los jóvenes viajaban a Guadalajara desde otros estados o desde los municipios del interior atraídos por ofertas de trabajo en redes sociales que les ofrecían salarios altos, todos eran citados en la terminal de autobuses y luego se perdía el contacto con ellos, explicó.
“Con este patrón de desapariciones que se advirtió para Jalisco a mitad de 2024, los colectivos preguntaron a otras personas si su familiar había desaparecido en la zona de la terminal (de autobuses) y hubo colectivos que documentaron más de 80 casos”, dijo Chinas.
La fiscalía especializada en personas desaparecidas de Jalisco dio a conocer que el caso del adolescente de 15 años encontrado este mes podría estar vinculado con reclutamiento forzado, de acuerdo con la declaración del chofer que lo había trasladado hacia el estado colindante de Zacatecas.
La estación de autobuses y otros sitios públicos son los lugares de encuentro entre los reclutadores y las víctimas, y desde donde son trasladados hacia otra localidad ya sea dentro o fuera del estado.
Aunque las autoridades de Jalisco han reconocido el problema e implementado operativos, los casos con dicho patrón continúan y provienen de estados como Nayarit, Querétaro, Nuevo León, Ciudad de México o Veracruz.
“No es suficiente aún, esto sigue presentándose y se hizo evidente con el hallazgo del predio Izaguirre, al mostrar públicamente las prendas, los zapatos, corroboran que jóvenes con cédula de desaparición pudieran haber estado ahí porque sus familias reconocieron las prendas”, aseguró, al señalar que Jalisco suma 14.713 personas desaparecidas.
La representante del comité advirtió que en los últimos meses de 2025 se ha registrado un incremento de desapariciones entre adolescentes de 15 a 19 años, datos que coinciden con las cédulas de búsqueda con sospecha de reclutamiento forzado que han sido difundidas en redes sociales y medios de comunicación.