Desde el siglo XIX hasta el XXI los pueblos han sido sometidos y hasta conducidos a guerras en nombre de las ideologías de derecha e izquierdas, ideologías cuyo significado los pueblos en desgracia nunca han entendido, pero el fanatismo y las ansias de salir de sus penurias económicas y sociales los han convencido y arrastrado por los discursos de falsos mesías que transmiten promesas demagógicas, populistas y farsantes para alcanzar el poder político, y que luego de alcanzarlo se convierten en clases oligarcas y sumergiendo a la población en penosas condiciones de miseria.
Los significados de derecha e izquierda surgieron en la revolución francesa de 1789 (siglo XVIII), al ubicarse a la derecha del presidente de la Constituyente los diputados de la nobleza partidarios de la permanencia del régimen monárquico, y a la izquierda los parlamentarios de construir un sistema republicano y democrático.
La izquierda de ese entonces no tenía nada que ver con la doctrina del socialismo, porque esta ideología surgiría en el siguiente siglo XIX. Históricamente la ideología de izquierda significa tener una posición política de renovación, de cambiar lo viejo por lo nuevo, cambiar la monarquía por una república, sustitución de un régimen autocrático y dictatorial por un sistema republicano, alternativo y democrático. Moral y éticamente izquierda significa ser partidario de cambiar gobiernos clientelares, ineficientes, burocráticos e ineficaces por gobiernos honestos, eficientes, participativos y eficaces.
Pero los resultados de los gobiernos autodenominados izquierdistas han sido tan malos, tan negativos, perversos y frustrantes como los resultados de la gestión de los gobiernos denominados de derecha. Al contrario, los gobiernos que medianamente lo han hecho bien y otros que han sido exitosos en lo social, económico, moral y ético son los que se han distanciado de los gobiernos y de los centros del poder político mundial calificados de izquierda o de derecha. Algunos de estos gobiernos han sido calificados de centro, pero lo más importante de este fenómeno político es que estos gobiernos se han caracterizado por su pragmatismo, es decir, que han asumido políticas económicas y programas económicos y sociales que han sido exitosos en otros países con sistemas republicanos, democráticos y alternativos en donde hay correspondencia entre la teoría y la práctica acerca de la solidaridad, justicia social, democracia económica, democracia social participativa, progreso y prosperidad económica y social.
De esta manera podemos concluir que el pragmatismo ha derrotado a las derechas y a las falsas izquierdas. Las falsas izquierdas ha fracasado en la consecución de estos propósitos mientras que algunos gobiernos de derecha han aplicado programas económicos y sociales alcanzando parcial o totalmente esas metas, comportándose con esas prácticas como gobiernos de izquierda. Otros gobiernos derechistas han fracasado con resultados fatídicos parecidos a los resultados de la gestión de gobiernos de la falsa izquierda
La mayoría de los partidos políticos de la oposición venezolana tienen un discurso de izquierda porque en teoría quieren democratizar el país y establecer la justicia social, mientras que el gobierno del PSUV y los partidos que lo apoyan, tienen una posición de derecha porque se niegan a restablecer la democracia, la institucionalidad y la independencia de los Poderes Públicos que son condiciones de un sistema republicano. Quieren perpetuarse en el poder para continuar destruyendo al país y seguir saciándose con los recursos de la nación que hasta ahora han superado los 300 mil millones de dólares que han sido sacados de Venezuela constituyéndose ellos en una nueva oligarquía corrupta y dictatorial.
Lo viejo se niega a morir y lo nuevo cuesta por nacer. Necesario es que en el caso venezolano el pueblo tome conciencia de que es fundamental salir del gobierno oligarca y dictatorial de Maduro porque es un gobierno de falsa izquierda. Es imprescindible refundar la patria con un sistema republicano, democrático, alternativo, honesto, eficiente y eficaz para alcanzar el progreso y la prosperidad económica y social
El Movimiento Popular Democrático, MPD, convoca a los sectores sociales y políticos democráticos realmente bolivarianos y republicanos a construir un gran movimiento alternativo frente a la denominada derecha y ante la falsa izquierda del PSUV y sus aliados.