La Haya, 12 ene (EFE).- Israel justificó este viernes la guerra en Gaza como su “derecho inherente a defender a sus ciudadanos” del grupo islamista palestino Hamás y rechazó la acusación de genocidio, al tiempo que culpó a Sudáfrica de presentar a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una “imagen fáctica y jurídica profundamente distorsionada”.
Durante una audiencia de tres horas, el equipo de defensa de Israel se dirigió a los jueces de la CIJ para responder a Sudáfrica, quien solicitó medidas cautelares que incluyan la “suspensión inmediata de las actividades militares” en Gaza para frenar las violaciones de la Convención sobre el Genocidio.
También estuvieron en la sala algunas víctimas del ataque de Hamás contra territorio israelí, del 7 de octubre de 2023, en el que murieron más de 1.200 personas y unas 250 fueron secuestradas y que Israel calificó hoy como “el mayor asesinato en masa calculado en un día desde el Holocausto” y afirmó, dirigiéndose a Sudáfrica, que “si ha habido actos que pueden calificarse de genocidas, entonces esos han sido perpetrados contra Israel”.
El coagente de Israel, Tal Becker, aseguró que la “totalidad” del caso de Sudáfrica “depende de una descripción manipuladora, descontextualizada y deliberadamente recopilada de la realidad de las hostilidades actuales” en Gaza, y acusó al equipo legal de Pretoria de ofrecer una “imagen fáctica y jurídica profundamente distorsionada” de la guerra.
En un discurso acompañado de fotografías de los rehenes tomados por Hamás y de imágenes de víctimas del ataque, Becker aseguró que, en el 7 de octubre, hubo “mutilaciones, violaciones y secuestros de tantos ciudadanos como los terroristas pudieron encontrar” y “quema de personas, incluidos bebés”, crímenes que resultaron en 1.200 muertes.
“Ese acto, por sádico y sistemático que sea, no exime a Israel de su obligación de respetar la ley”, reafirmó el agente israelí, girando la mirada hacia el equipo sudafricano. Pero, advirtió, Israel “tiene el derecho inherente de tomar todas las medidas legítimas para defender a sus ciudadanos”.
Por su parte, el letrado Christopher Staker consideró que la petición de poner fin a la guerra “es, sinceramente, asombrosa” y explicó que “la suspensión unilateral de las operaciones militares por una sola parte en el conflicto, deja a la otra libre para continuar los ataques”.
Además, Staker señaló que “la imagen que mostró ayer” Sudáfrica está formada por “varios incidentes individuales” que “no son pruebas de la intención de toda la operación militar”, y advirtió de que las medidas cautelares “tienen límites” y no pueden “exigir que un Estado se abstenga de ejercer un derecho plausible a defenderse”.
También alertó de que imponer medidas cautelares “pondrá fin a los intentos de rescatar a los rehenes” y “dará a Hamás espacio para preservar sus capacidades, lo que permitirá que represente un riesgo aún mayor”.
Los jueces de la CIJ se pronunciarán dentro de unas semanas sobre la necesidad de esas medidas cautelares, pero Israel les instó hoy a tener en cuenta que este país “se compromete a cumplir el derecho internacional humanitario” y “está tomando medidas para aliviar la situación humanitaria” en Gaza.
Al término de la audiencia, el ministro sudafricano de Justicia, Ronald Lamola, consideró que Israel “no ha logrado refutar el convincente caso” de Sudáfrica.
Ironizó que Israel “admite que fueron hechas las declaraciones” que prueban la presunta intención genocida, pero “sorprendentemente, dice que fueron hechas como retórica, por personas ajenas al poder, no por responsables políticos, que ni explican ni condenan las acciones de los soldados”, afirmó.
También lamentó que Israel haya optado por “centrarse ampliamente en los acontecimientos del 7 de octubre”, en lugar de la situación en Gaza, y criticó que “algunas observaciones formuladas son sorprendentes y no están respaldadas ni por los hechos ni por la situación sobre el terreno”.
“El caso de Sudáfrica ante esta Corte es simple: según la Convención sobre Genocidio, nada justifica los actos genocidas que actualmente comete Israel. La defensa propia no es respuesta al genocidio. Nada podrá jamás justificar el genocidio. La prohibición es absoluta», advirtió.
Y añadió: «No importa lo que hayan hecho algunos individuos palestinos de Gaza, ni lo grande que pueda ser la amenaza para los ciudadanos israelíes. Los ataques genocidas a toda la población de Gaza, con intención de destruirla, no pueden justificarse”.
Delante del Palacio de la Paz, que acoge a la CIJ en La Haya, se escucharon gritos y cánticos constantes de una multitudinaria concentración propalestina, cuyos participantes siguieron la audiencia a través de una pantalla gigante. Entre otras cosas, gritaron su agradecimiento a Sudáfrica, exigieron un alto el fuego y pidieron una “Palestina libre”.
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