Jerusalén, 24 jun (EFE).- Más de 56.000 personas han muerto por fuego israelí en la Franja de Gaza desde que Israel comenzara su ofensiva bélica en el enclave tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, anunció este martes el Ministerio de Sanidad local.
En su informe diario sobre los fallecidos registrados en hospitales (que no incluye muertos por enfermedad o hambre), el Ministerio del Gobierno de Hamás recoge 79 nuevos fallecidos (cinco de ellos cadáveres recuperados bajo los escombros) y 289 heridos solo en las últimas 24 horas, elevando a 56.077 las víctimas mortales y a 131.848 los heridos.
Según el Ministerio de Sanidad gazatí -que a fecha del 15 de junio había identificado los cadáveres de 55.202 gazatíes– el 31 % de ellos eran niños, lo que equivale a más de 17.100 niños asesinados desde octubre.
Además, más de 500 personas han sido asesinadas en ataques israelíes junto a puntos militarizados de distribución de alimento, según Sanidad, desde que la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, en inglés), apoyada por Israel y EE.UU., comenzara a operar el pasado 27 de mayo cerca de áreas militares israelíes.
En lo que va de martes, al menos 28 palestinos han muerto ya por ataques de tropas y drones israelíes mientras esperaban la distribución de alimentos en el centro de la Franja, cerca de la zona militarizada del Corredor de Netzarim, según informaron fuentes médicas del enclave.
La mayoría de los muertos (19) llegaron al hospital Al Awda, en el norte de la Franja, que también recibió a 146 palestinos heridos. Otros siete cadáveres fueron registrados en el Hospital Mártires de Al Aqsa de Deir al Balah (centro) y otros dos los recibió el Hospital Shifa de Ciudad de Gaza (norte), según informaron los propios hospitales.
Este martes, la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció, en Ginebra, que hasta 410 palestinos han sido asesinados desde el 28 de mayo por el Ejército israelí cerca de los puntos de distribución de alimento de la GHF, y otros 93 cuando intentaban acceder a la escasa ayuda distribuida por los camiones de la ONU.
Al menos 3.000 palestinos han resultado heridos en estos incidentes, en los que «a los gazatíes desesperados y hambrientos se les dio a elegir entre morir de hambre o correr el riesgo de ser asesinados mientras intentaban obtener comida», señaló en una rueda de prensa el portavoz de la oficina Thameen Al-Kheetan, quien recordó que el asesinato de civiles desarmados es un crimen de guerra.
Israel «debe dejar de disparar a las personas que intentan conseguir comida, y permitir la entrada de alimentos y ayuda humanitaria respetando el derecho internacional», agregó, sumándose al llamado de la ONU y otras organizaciones para que Israel abra los cruces terrestres a Gaza.