Una de las más tradicionales zonas de acceso y escape de las vías principales de Valera y la periferia, es la denominada prolongación de la avenida 10, ubicada por los lados del barrio Santo Domingo, arteria comunicacional que enlaza a comunidades como Caja de Agua, Contrafuego, San José, Murachí y La Esperanza, además de conectarse también con la antigua carreta Valera -Escuque por la vía Caja de Agua- La Cabaña y La Honda-Barquesi y El Colorao.
Esta carretera fue socavada por maquinaria con la finalidad de abrir los surcos o canales para la colocación de la nueva tubería de aguas blancas, pero al parecer aún falta parte del sistema de distribución y la consecución de los recursos definitivos para su conclusión.
Charcas y espectáculo feo
Denuncian los vecinos residenciados en la zona y los conductores que tienen que tomar ese tramo carretero, que los trabajos fueron paralizados de un momento a otro y lod obreros fueron retirados del lugar, quedando no solamente los promontorios de tierra, sino la tubería vieja dañada y un paso muy limitado para quienes residen en los sectores antes señalados.
“Nosotros no estamos exigiendo más que soluciones, con mucho respeto porque entendemos que no hay muchos recursos para este tipo de obras y tanto la tubería metálica como los obreros no están a la mano para acometer los trabajos ; sin embargo hacemos el llamado al gobierno regional, a la empresa o institución que ejecuta la obra, para que agilice la gestión de los mismos porque ya hemos visto pasar varias navidades y no se termina este proyecto”, dijo la señora Juana Ramona Simancas, habitante de Caja de Agua parte alta, quien tiene que pasar a pie todos los días por el lugar.
Agregan los afectados que con el incremento de las lluvias las crecidas que bajan por el sector convierten el ambiente en un verdadero festival de lodo y los niños escolares y personas que transitan por el lugar llegan con la ropa y el calzado hecho un desastre.
Añaden que están muy agradecidos del reinicio de los trabajos, pero es necesario que no se vuelvan a detener, porque no solo se limita aún más el paso vehicular y la cara de la comunidad se ve abandonada y dantesca.
“Ojalá no siga lloviendo de manera tan inclemente y se reinicie la conclusión de esta obra, muy significativa para los ‘santodominguenses’ y una especie de trocha o paso de auxilio cuando la Avenida Bolívar está cerrada por cualquier motivo. Esta ha sido una de nuestras principales carreteras en el desarrollo urbanístico de Valera en su historia”, dijo Simancas.
Por: Gabriel Montenegro
gabymonti59@gmail.com