Ernesto Rodríguez (ernestorodri49@gmail.com)
Desde tiempos inmemoriales el tema de la inmortalidad ha sido considerado en diversas mitologías. Por ejemplo, en la mitología sumeria, el Rey de Uruk llamado Gilgamesh era invencible en muchas batallas. Un día su mejor amigo Enkidu murió y Gilgamesh permaneció acongojado a su lado varios días hasta que un día vio que un gusano salía de la nariz de Enkidu. Entonces Gilgamesh se horrorizó ante la idea de morir y se propuso no morir nunca. Pero después de muchas aventuras Gilgamesh se resignó y comprendió que los dioses habían creado al humano como un ser mortal.
Por otro lado, el poeta griego Homero (siglo 8 A. de C.) era considerado en la antigua Grecia como el autor del poema épico ‘La Odisea’. En una parte de la obra, Odiseo, también llamado Ulises, permanece 7 años en la isla Ogigia donde vive la con la divina ninfa Calipso que era excepcionalmente bella y eternamente joven. En realidad, Odiseo desea proseguir su viaje hasta Itaca, pero está retenido por Calipso. Entonces la diosa Atenea convence a Zeus para que envíe a Hermes y le diga a Calipso que deje libre a Odiseo. Calipso reconoce lo que le ofreció a Odiseo: “Yo le ofrecí inmortalidad y eterna juventud” (Canto V, líneas 135-136). Pero Odiseo no aceptó y Calipso cede a la petición de Zeus y lo deja libre.
Cuando Calipso ofrece ‘eterna juventud’ es porque recuerda lo que le sucedió a la diosa Eos (también llamada Aurora), que se enamoró del mortal Titono y le pidió a Zeus que le concediera inmortalidad, pero se olvidó de pedirle ‘eterna juventud’ y entonces, mientras Eos conservaba su belleza y juventud, Titono se hacía viejo y achacoso, hasta que ya no podía mover ninguna parte de su cuerpo (véase ‘Himno homérico a Afrodita’). Finalmente Aurora transformó a Titono en una cigarra (1).
Según dice el filósofo francés Luc Ferry (nac. 1951), en su obra: ‘La Sabiduría de los Mitos. Cómo la mitología griega puede cambiar su vida’ (2014), el rechazo de Odiseo al ofrecimiento de Calipso es muy significativo: “Contiene ‘en núcleo’ lo que es indudablemente la lección más importante de la mitología griega, que después fue adoptada por la filosofía griega para sus propios propósitos, y que puede resumirse con las siguientes palabras: La finalidad última de la existencia humana no es asegurar la salvación eterna, por todos los medios disponibles, aunque sean desde el punto de vista moral los más sumisos y tediosos, para alcanzar la inmortalidad como creen los cristianos, ¡Por el contrario, una vida mortal bien vivida es mucho más valiosa que una inmortalidad mal vivida!” (2).
En efecto, en muchas obras se ha planteado que la inmortalidad no sería deseable. En la famosa obra: ‘Viajes de Gulliver’ (1726) del autor irlandés Jonathan Swift (1667-1745), el protagonista Lemuel Gulliver visita entre otros lugares una isla llamada Luggnagg. En esa isla, había una particularidad muy notable: De vez en cuando nacían unos niños que no morirían nunca y eran denominados ‘Strudlbrugs’. Pero esos inmortales no tenían juventud eterna ni salud eterna y por eso eran desdichados y anhelaban inútilmente la muerte como una liberación para sus achaques, por lo cual eran mirados con lástima por sus compatriotas normales. Se piensa que con esos infelices personajes, Jonathan Swift trató de burlarse de los anhelos humanos de inmortalidad.
Sobre la cuestión de la inmortalidad es ineludible hacer referencia a la extraordinaria obra: ‘El Secreto Makropulos’ (1922) del célebre autor checo Karel Capeck (1890-1938), que fue novelista, escritor de narraciones breves, dramaturgo y ensayista. Conjuntamente con su hermano Josef Capeck (1887-1945), creó la palabra ‘robot’ que aparece en su famosa obra: ‘R.U.R.’, publicada en 1920, y luego se utilizó en todo el mundo.
El argumento de ‘El Secreto Makropulos’ en forma muy resumida es el siguiente. Emilia Marti, es hija de Hieronymus Makropulos, que era médico de cámara del emperador Rudolf II, y preparó un elixir que permitía vivir sin envejecer durante 300 años. Hieronymus prueba el elixir con su propia hija que se llamaba Elina Makropulos y nació en Creta en 1585, y en la acción de la obra de teatro ya tiene 337 años, por lo cual ya piensa que puede comenzar a envejecer y desesperadamente busca la fórmula del elixir para vivir sin envejecer otros 300 años. En el transcurso de la obra Elina Makropulos, ha tenido muchos nombres y amantes e hijos. El último nombre (en la obra) es Emilia Marti, que es una eminente cantante de ópera. Al final de la obra, cuando le preguntan por qué busca el elixir, ella confiesa: “Porque tengo un terrible miedo a la muerte” (3). No obstante, Emilia Marti (que es Elina Makropulos), reconoce que su larga vida ya se ha convertido en fría, sin motivación y terriblemente tediosa, porque nada le suscita interés y todo se reduce a una indiferencia, una monotonía de la repetición de sensaciones, emociones, impulsos y experiencias. Al final de la obra, aunque ya se ha encontrado el pergamino con la fórmula del elixir, los demás personajes de la obra, después de escucharla, no manifiestan interés en aplicarse tal elixir, y el personaje Cristina, que es una joven aspirante a ser una gran cantante de ópera y admira mucho a Emilia Marti, echa el pergamino con la fórmula a las llamas con el consentimiento de todos, incluyendo a la misma Emilia Marti (Elina Makropulos). De esa manera se acaba en la obra la posibilidad de inmortalidad con tal elixir.
El renombrado filósofo británico Bernard Williams (1929-2003), en su ensayo titulado: ‘El Caso Makropulos; reflexiones sobre el tedio de la inmortalidad’ (1973), dice: “Inmortalidad es un estado sin muerte, sería algo sin sentido (…) Así, en un aspecto, la muerte le da sentido a la vida” (4).
Pero algunos famosos autores han expresado su anhelo de inmortalidad. Por ejemplo, el autor español Miguel de Unamuno (1864-1936) en su obra: ‘Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos’ (1913) lo expresa muy claramente: “No quiero morirme, no; no quiero, ni quiero quererlo; quiero vivir siempre, siempre, siempre, y vivir yo, este pobre yo que me soy y me siento ser ahora y aquí, y por esto me tortura el problema de la duración de mi alma, de la mía propia” (5).
En el año 2000 la revista científica ‘Scientific American’ dedicó un número especial titulado: ‘La Búsqueda para Derrotar el Envejecimiento’ (6). Mark Fischetti y Gary Stix, editores de ese número especial, en la ‘Introducción’, titulada: ‘Cuando la Vida no Tiene Límites’ (7) dicen: “¿Qué sería de la niñez, la juventud, la edad mediana y la vejez si las personas vivieran hasta los 150 años?” y agregan como ejemplo que un joven le puede decir a su padre: “No te preocupes papá, yo iré a la universidad quizás cuando tenga 30 años, o 40 con más seguridad. Hasta entonces yo quiero beber cerveza con mis amigos ¿Quién quiere ser un esclavo asalariado durante 80 años?. Los filósofos plantean que si no hay un final para nuestra existencia, entonces no hay motivación para llenarla, ni para lograr objetivos, ni para hacer cosas buenas antes de marcharnos” (8).
El tema es sumamente complejo porque no es lo mismo prolongar mucho la vida viviendo con achaques que viviendo con salud y juventud.
En febrero del año 2015 se publicó la obra: ‘Sapiens: Una Breve Historia de la Humanidad’ (9), del autor israelita Yuval Noah Harari (nac. 1976), que es Profesor de Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén. La obra fue sumamente elogiada, traducida a varios idiomas y fue un best seller a nivel mundial.
En esa obra Harari hace un recuento de la historia de la especie humana y plantea los increíbles avances científicos que pueden hacerse realidad en un futuro no lejano gracias a la ingeniería genética. En efecto, Harari plantea que hasta ahora la evolución de todos los seres vivos, incluyendo el humano, ha sido resultado de una ciega Selección Natural Darwiniana, pero dentro de poco el humano estará en capacidad de dirigir y planificar la evolución futura de los seres vivos y la propia especie humana.
Entre otras cosas Harari se refiere al ‘Proyecto Gilgamesh’. Muchos científicos plantean que se podría lograr con cambios genéticos unos humanos que no envejezcan nunca ni mueran. Serían humanos “a-mortales” pero no “inmortales”, porque podrían morir por un accidente mortal (10).
En otra de sus obras titulada: ‘Homo Deus. Una Breve Historia del Mañana’ (11) Yuval Noah Harari se extiende mucho más sobre los proyectos para luchar contra la vejez. Así, en la primera parte titulada: ‘La Nueva Agenda Humana’, en la sección titulada: ‘Los Últimos Días de la Muerte’ (12) dice: Un pequeño número de científicos y pensadores que cada vez es más grande, plantean que la bandera de la ciencia moderna es derrotar la muerte y garantizar a los humanos eterna juventud. Ejemplos notables son el gerontólogo inglés Aubrey de Grey (nac. 1963) y el inventor estadounidense Ray Kurzweil (nac. 1948), especialista en ciencias de la computación y autor con una amplia erudición en muchos temas. Ganó en 1999 la ‘Medalla Nacional de los Estados Unidos de Tecnología e Innovación’, y en 2012 fue designado Director de Ingeniería de Google. En 2013 Google creó una sub-compañía llamada Calico, cuya misión era: ‘Derrotar la Muerte’. En el año 2009 Google designó a Bill Maris (nac. 1975), empresario tecnológico estadounidense, creyente en la inmortalidad, para presidir el ‘Fondo de Inversiones Google Ventures’. En una entrevista en enero de 2015, Maris dijo: “Si usted me pregunta hoy si es posible vivir hasta los 500 años, la respuesta es sí”. Maris sustentaba sus osadas palabras con una enorme cantidad de dinero. ‘Google Ventures’ estaba invirtiendo 36 % de sus 2 mil millones de dólares en investigaciones en ciencias de la vida, incluyendo ambiciosos proyectos para prolongar la vida. Maris dice: “Es preferible vivir que morir”.
Tales sueños son compartidos por luminarias de ‘Silicon Valley’ como el empresario alemán Peter Thiel (nac. 1967), cofundador de ‘PayPal’ con el empresario sudafricano-estadounidense Elon Musk (nac. 1971). El desarrollo de campos como la ingeniería genética, la ‘medicina regenerativa’ y la nanotecnología, favorece profecías optimistas: “Algunos expertos creen que los humanos derrotarán la muerte en 2200, otros dicen 2100”.
En realidad, ya dijimos que no serían humanos inmortales sino a-mortales, es decir, podrían morir por un accidente, etc. Pero si no sufren una causa externa de muerte, podrían vivir mucho tiempo con salud y juventud.
Yuval Noah Harari expresa su escepticismo sobre tales profecías tan optimistas y dice: “Mi propia visión es que la esperanza de eterna juventud en el siglo XXI son prematuras, y el que se las tome en serio puede sufrir una desilusión”, No obstante, este autor asevera que en el caso de que se logren avances científicos para derrotar la muerte, o postergarla mucho manteniendo la juventud, eso desataría una avalancha de personas dispuestas a pagar lo que sea para lograrlo. Por ejemplo, el director de cine estadounidense Woody Allen (nac. 1935) ha declarado: “Yo no quiero morir”.
La cuestión de prolongar mucho la vida manteniendo la juventud y la salud es muy polémica y plantea muchas interrogantes: ¿Soportaría el planeta terrestre una población muy numerosa de humanos muy longevos con buena salud y juventud? ¿Solamente una élite social muy privilegiada con gran poder económico tendría acceso a esas nuevas tecnologías sofisticadas para prolongar mucho la vida con juventud y buena salud? ¿Habría una presión social para tener muy pocos hijos y no crear un exceso de población?…Por ahora es imposible hacer predicciones. Además, en artículos anteriores hemos visto evidencias de que la humanidad confronta una seria amenaza de extinción debido al pavoroso ecocidio planetario que está ocurriendo en el planeta. La biosfera está siendo destruida y la alteración climatológica es muy grave. Entonces, todas esas ilusiones de prolongar mucho la vida con juventud y salud, podrían quedar en meros ‘pensamientos deseosos’.
NOTAS: (1) Pag. 522 en Pierre Grimal (1981) ‘Diccionario de Mitología Griega y Romana’. Ediciones Paidós. (2) Pag. 7 en Luc Ferry (2014) ‘The Wisdom of the Myths. How Greek Mythology can Change Your Life’. HarperCollins Publishers. (3) Acto III, Cuadro II, Pag. 326 en Karel Capeck y Josef Capeck ‘El Caso Makropulos’. Editorial Arte y Literatura. Cuba. (En este libro se publican tres obras: ‘R.U.R’, ‘De la Vida de los Insectos’, y ‘El Caso Makropulos’). (4) Bernard Williams: ‘The Makropulos Case: Reflections on the tedium of inmortality’. In ‘Problems of the Self’. Cambridge University Press (1973). (5) Pag. 31 en Capítulo III: ‘El Hambre de Inmortalidad’. Ediciones Orbis (1984). España. (6) ‘The Quest to Beat Aging. Bionic Organs. Will You Live to 120?. Molecular Fountains of Youth’. Scientific American. Summer 2000. Volume 11. Number 2 (7) ‘Introduction. When Life Knows No Bounds’. Pags. 6-7 en ‘The Quest to Beat Aging. Op.Cit. (8) Pag. 6 en ‘Introduction. When Life Knows No Bounds’. Op.Cit. (9) Yuval Noah Harari (2015) ‘Sapiens. A Brief History of Humankind’. HarperCollins. (10) Pags. 267-271 en Yuval Noah Harari, ‘Sapiens’. Op.Cit. (11) Yuval Noah Harari (2015) ‘Homo Deus. A Brief History of Tomorrow’. Vintage. (12) ‘The New Human Agenda’, ‘The Last Days of Death’, Pags. 24-34 en Yuval Noah Harari, ‘Homo Deus’, Op,Cit. Las últimas citas del artículo las he tomado de esta sección.