Los Ángeles (EE.UU.), 1 sep (EFE).- La comunidad inmigrante en EE.UU., una de las fuentes prioritarias de mano de obra en el país, encara con preocupación el Día del Trabajo que se celebra este lunes bajo una de las mayores represiones contra los indocumentados, con redadas y deportaciones masivas e indiscriminadas.
«No habíamos visto un ataque tan frontal al trabajador inmigrante en décadas», dijo a EFE Raúl Hinojosa, profesor de Estudios Chicanos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que adelanta una investigación sobre el impacto de los operativos migratorios en la economía del país.
El catedrático no exagera en su opinión, un reciente informe del Pew Research Center, referente del estudio demográfico del país, encontró que de enero a junio Estados Unidos perdió 750.000 trabajadores debido a una reducción histórica de la población inmigrante en el país tras la implementación de la política migratoria del Gobierno de Donald Trump.
El negocio que se quedó sin trabajadores
Las redadas migratorias han afectado desde grandes a pequeñas empresas alrededor del país, como es el caso del dueño de un negocio que presta servicios de jardinería de la zona metropolitana de Los Ángeles, que perdió a casi todos sus empleados –nueve- tras ser arrestados por agentes federales.
El dueño, que no quiso dar su nombre por seguridad, contó a EFE que se ha visto obligado a incumplir o cancelar varios contratos porque no tiene personal y sus ingresos, como el de los trabajadores, han caído en picada.
«Este año no hay nada que celebrar este festivo», se queja.
El hispano, que lleva más de 20 años con su negocio de jardinería, no es el único que se queja, un reciente informe del American Immigration Council enlista una serie de ejemplos que muestran el impacto en empresas que enfrentan el mismo problema.
Una empacadora de carne en Omaha (Nebraska), donde la mitad de los empleados fueron arrestados por las autoridades migratorias, tuvo que reducir la producción en un momento en que los precios de la carne molida ya están en alza. El reclutamiento de trabajadores en la compañía se ha desplomado recientemente.
En Lovington (Nuevo México) una redada en una granja lechera provocó el cierre temporal de la empresa.
Otros 200 trabajadores fueron despedidos en Ottumwa (Iowa) de una planta empacadora de carne después de perder su permiso de trabajo por las directivas del Gobierno Trump.
En el sur de Florida, un supermercado local que atiende a la comunidad latina ha experimentado una caída del 20 % en el tráfico de clientes y el volumen de ventas; y en Edison (Nueva Jersey), un importante almacén comercial y centro de envíos cerró durante días tras una redada y una auditoría de las autoridades migratorias.
Un golpe a la economía
En grandes ciudades como Los Ángeles y Chicago, los camiones de comida conocidos como ‘food trucks’ y restaurantes han visto cómo los agentes migratorios han hecho arrestos, incluso dejando sin atención estos negocios, que, además, han experimentando una importante caída de clientes.
Las redadas han impactado el sector agrícola, que registró una caída total del empleo de 155.000 trabajadores entre marzo y julio de 2025, según un informe de Economic Insights and Research Consulting.
El sector de la construcción también enfrenta problemas por la falta de empleados, tanto que Jim Tobin, director de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas, dijo el mes pasado que las redadas «son preocupantes».
El profesor Hinojosa advierte que la ofensiva contra los indocumentados tendrá un «efecto negativo» en la totalidad de trabajadores de EE.UU.
«Si el Gobierno estadounidense continúa con las deportaciones masivas esto causaría una reducción económica de más del 4 % del PIB del país», indica el investigador.
La fuerza trabajadora de los indocumentados
Angélica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos del Inmigrante (CHIRLA), considera que el «motor de la economía estadounidense» sigue siendo el trabajador inmigrante ya que múltiples industrias dependen de «la labor ardua» de esta comunidad
La activista aboga por honrar este Día del Trabajo el aporte de los indocumentados y «reconocer» su dignidad, humanidad y valor.
«Tristemente, este país bajo la Administración Trump atraviesa por una etapa de miopía y mezquindad hacia los que son más leales en su lugar de trabajo. Pero tenemos que cambiar estas actitudes y leyes apoyando una vía a la ciudadanía», puntualizó la activista.
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