Ante la falta de dotación de insumos de bioseguridad por parte del Estado venezolano, los educadores del Táchira han tenido que solicitar a los padres y representantes colaboraciones para poder cumplir con las normas sanitarias.
Tal es el caso de la Unidad Educativa Ramón Buenahora, en donde este lunes se dio inicio a las clases presenciales con una mediana presencia de estudiantes, pero con docentes llenos de preocupación.
La directora del plantel, Bella Osorio, expuso que la institución no cuenta con los elementos de bioseguridad, por lo que ha tenido que solicitar la ayuda a los padres y representantes.
Osorio relató que los docentes inician el ciclo además con dificultades por los bajos sueldos, que les impide hasta comprarse un tapabocas NK95.
Adicional, los profesores sienten temor a que se produzca una nueva ola de Covid 19, por esto, muchos planteles han dividido por secciones la matrícula de cada aula, a fin de que asistan algunos días de la semana, sin que haya aglomeración.
«El gobierno no nos ha dotado de tapabocas de cloro, de gel antibacterial, para hacer un efectivo protocolo en cada una de las aulas», expresó la docente Karelis Sánchez.
Sánchez, manifestó que también les preocupa el tema salarial, en vista que la gasolina ya no es subsidiada, el transporte público se paga en pesos y sus sueldos son insuficientes.
Con respecto a la dotación de alimentos, Karelis Sánchez reveló que sí recibieron algunos rubros, pero les hizo falta azúcar, sal, verduras y los rellenos para las arepas.
«Entonces nosotros debemos autogestionar con los representantes, entendiendo que esto es una escuela pública y los niños que estudian aquí son de bajos recursos económicos, y hay que estar todo el tiempo pidiendo colaboraciones a los representantes», exteriorizó la educadora.