Yakarta, 23 abr (EFE).- Indonesia apura este viernes las últimas horas de esperanza en la búsqueda del submarino desaparecido con 53 tripulantes a quienes se les agotarán las reservas de oxígeno en la madrugada del sábado si no son rescatados antes.
Barcos y helicópteros de la Marina peinan sin descanso, ayudados del sistema sónar, las aguas del norte de la isla de Bali donde la madrugada del miércoles se perdió el contacto con el submarino KRI Nanggala-402, fabricado en Alemania en 1978, durante unas maniobras militares.
A la búsqueda se incorporará en las próximas horas el Boeing P-8 Poseidon de la Marina de EEUU, diseñado para misiones de guerra antisubmarinas e interceptación de embarcaciones, según anunció en rueda de prensa el general indonesio Achmad Riad.
El anuncio del general se produce después de que el Departamento de Defensa de EEUU anunciara el jueves que había enviado «activos aéreos» a la zona para cooperar en la búsqueda.
Además de EEUU, también se han implicado en la búsqueda Australia, India y Singapur, con equipamientos especiales que pueden ayudar a localizar el submarino.
El general Riad recalcó que el submarino desaparecido cumplía con todas las normas internacionales para este tipo de naves y señaló que todos los trámites burocráticos para la llegada de vehículos militares internacionales han sido solventados.
PUNTOS DE BÚSQUEDA
La búsqueda se centra en nueve puntos dentro de una zona de diez millas náuticas siguiendo el rastro de las fugas de combustible y los campos de magnetismo detectados, que podrían indicar la presencia de la nave.
El jefe de la Marina indonesia, Yudo Margono, afirmó la víspera que la nave, que desapareció cuando estaba en inmersión, tiene una capacidad para unas 72 horas de oxígeno; es decir que los equipos de búsqueda tienen hasta la madrugada del sábado para hallar posibles supervivientes.
Según la información del Ejército indonesio, el submarino inició la inmersión a las 3:46 hora local (20:46 GMT del martes) y unos 15 minutos después inició la carga del tubo lanzatorpedo número 8.
La última comunicación con los tripulantes tuvo lugar a las 4:25 hora local (21:25 GMT del martes) y antes de autorizar el lanzamiento del torpedo se perdió la conexión con la nave.
Una de los principales pistas es una mancha de combustible hallada en el mar, que podría indicar que los tripulantes liberaron combustible para aligerar la nave a una profundidad de entre 50 y 100 metros.
Otra explicación barajada por la Marina indonesia es que se deba a una ruptura del tanque de combustible que haya provocado que el aparato se haya hundido a unos 500 o 700 metros.
La espera resulta angustiosa para los familiares de los 53 tripulantes, que se muestran esperanzados en las escasas entrevistas aparecidas en los medios de comunicación indonesios.
ANGUSTIA DE LAS FAMILIAS
«Estoy muy seguro de que Pandu volverá sano», aseguró a la agencia de noticias Antara Yayak Dwi Ernawati, suegra del sargento Pandu Yudha Kusuma, uno de los militares atrapados.
Indonesia cuenta en la actualidad con una flota de cinco submarinos: dos de fabricación alemana, incluido el desaparecido, que fue adquirido en 1981, y tres fabricados en Corea del Sur.
La desaparición del submarino evoca otras tragedias como la del sumergible de la Armada argentina «ARA San Juan», con 44 tripulantes, desapareció en 2017 y encontrado un año después, así como el grave accidente del nuclear ruso «Kursk».
El accidente del ruso «Kursk», el 12 agosto 2000, cuando esta embarcación nuclear, considerada la «joya» de la Flota del Norte rusa sufrió fallos técnicos durante unas maniobras navales y quedó sumergida en reposo en el fondo del Ártico con 118 tripulantes a bordo es el más grave hasta la fecha.
En mayo de ese mismo año, el sumergible británico «HMS Tireless», que se encontraba de maniobras en el Ártico, cobró notoriedad cuando tuvo que atracar en el puerto de la colonia de Gibraltar tras sufrir en alta mar una avería en el sistema de refrigeración de su reactor. Sin víctimas mortales, permaneció allí un año, en medio de las protestas españolas.