La muerte por enfermedad consumió la vida de los mujeres trujillanas. Una en el Ivss de La Beatriz y otra en la casa de su hermana en Mendoza Fría donde la atendían desde el año pasado.
Puntos en común tienen ambas mujeres víctimas de graves enfermedades,aunque no se conocieron, fue después de la muerte que coincidieron. Las familias de La Arboleda municipio San Rafael de Carvajal y otra de la parroquia Mendoza del Valle del Momboy de Valera pagaron por un servicio funerario de renombre, en el sector Las Acacias de Valera, pero ambas pasaron más de 6 horas envueltas en una sábana a la temperatura cálida de una tarde en la ciudad, dentro de una habitación, porque no había urnas.
El costoso servicio pagado por cuotas, quedó en un papel; la amabilidad de quién lo vendió se convirtió en inhumanidad, al dejar que dos grupos familiares dolidos por la desaparición física vivieran un trauma como ese: dejar dos cuerpos en una mesa, sin urna desde las 11 de la mañana del miércoles 6 junio hasta las 6:40 pm.
Soportar malos tratos como: «si quieren se llevan su muerto» o «no puedo ponerle una pistola al fabricante de urnas para que las haga» fueron parte de las palabras pronunciadas por la gerente actual, de una de las salas velatorias más prestigiosas de la ciudad y con 30 años de experiencia.
Si la escasez de urnas es un tema agudo desde el año pasado, lo más lógico es que las casas velatorias tomen las previsiones; fueron sólo dos casos en un día. ¿Cuál habría sido la atención para emergencias grandes? ¿Habría otro modo de actuar si se tratara de familias reconocidas? ¿Por qué vender un servicio sino tienen la capacidad de respuesta? son las preguntas que se escuchan entre las personas en la funeraria y que se hacen públicas para que la colectividad conozca una lamentable realidad.