Nueva Delhi, 13 feb (EFE).- Las fuerzas de rescate aceleraron las operaciones para llegar hasta un grupo de 30, de lo más doscientos desaparecidos, que se presumen atrapados en un túnel, siete días después de la avalancha que arrasó un valle del Himalaya indio.
Los equipos de salvamento comenzaron este sábado a perforar un agujero de uno 12 metros de profundidad para introducir una cámara hasta el lugar donde presumen que podría haber quedado atrapado un grupo de entre 30 y 35 trabajadores de una planta hidroeléctrica que se encuentra en el área donde ocurrió la avalancha.
Esta intento, que ya se había llevado acabo ayer, fracasó después de que las autoridades notarán que el diámetro de la perforación, de 75 milímetros, era insuficiente para mover la cámara hacia el interior.
«La cámara no pudo insertarse debido a la presencia de aguanieve. Ahora se ha planificado la perforación de un orificio de mayor diámetro», dijo en un comunicado la Corporación Nacional de Energía Térmica (NTPC) de Tapovan.
Aún así «se trata de una buena señal, ya que no se observa presión de agua o lodo en el túnel», añadió.
La operación se lleva acabo al mismo tiempo que un equipo de maquinaria intenta despejar la entrada del túnel de 2,5 kilómetros de largo, obstruido por lodo y escombros arrastrados por el agua, un plan que estimaban completar el pasado martes, pero que se ha demorado por los riesgos derivados de la presión de agua atrapada dentro del túnel.
Según el último balance del Centro Nacional de Operaciones de Emergencia por la catástrofe, los equipos de rescate han recuperado hasta ahora 38 cuerpos, mientras que la lista de desaparecidos alcanza los 204 personas.
Solo once de los muertos han sido identificados.
Un comité especial fue constituido para llevar a cabo los ritos funerarios de los cuerpos hallados que no han sido aún identificados, mientras que conservan muestras de ADN que permitan a las familias identificarles más adelante, informó hoy el gobierno del estado de Uttarakhand, donde ocurrió la tragedia.
La catástrofe se debió, de acuerdo a los estudios preliminares, a un gran masa de nieve derretida en la cresta del Nanda Devi, una de las montañas más altas del Himalaya indio.
La mayoría de los desaparecidos son empleados y jornaleros que trabajaban en dos proyectos hidroeléctricos en el valle.
La formación de un lago debido al agua que descendió de las montañas y se acumuló en una depresión de tierra, próxima a las operaciones de rescate, mantiene en alerta a las autoridades sobre los riesgos de una inundación repentina.