La Iglesia católica aseguró este sábado 7 de julio que Venezuela avanza hacia su «liberación integral» con una serie de pequeñas protestas que se registran en varias regiones por la crisis económica y las fallas crónicas en servicios públicos.
«Las protestas indican el fracaso de un modelo que (…) desde hace muchos años el pueblo viene denunciando. Cuando una mecha se ha encendido, ya no se apaga, y se va haciendo más fuerte hacia su destino final: la liberación integral», expresó monseñor José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV).
Durante una asamblea ordinaria de la CEV, Azuaje pidió a los venezolanos «despertar y reaccionar».
«Este pueblo está hablando, las miles de protestas que se suceden diariamente, aunque no se reportan en los medios de comunicación, manifiestan el gran descontento que existe ante (…) la falta de racionalidad y pericia de quienes deben tomar decisiones en materia pública», sostuvo el prelado.
La Iglesia denunció que la «perversa ideología» del gobierno socialista de Nicolás Maduro ha dejado a «niños y ancianos desnutridos, jóvenes que han sido asesinados por balas criminales, una economía maltrecha que ha generado una hiperinflación, y personas obligadas a salir del país».
Azuaje pidió a la oposición «reconstruir el liderazgo social», comprender la necesidad de la unidad, y dejar de lado la «arrogancia política».
La Iglesia católica ha sido dura crítica de las políticas de Maduro, quien ha llegado a llamar «diablos con sotana» a algunos de sus representantes.
Venezuela atraviesa una aguda crisis económica, con una hiperinflación que podría superar 13.800% este año, según el FMI, y 200.000%, de acuerdo con el Parlamento, de mayoría opositora.
En el país petrolero se registran cotidianamente pequeñas protestas por esa debacle, y especialmente por las fallas sistemáticas en los servicios públicos, especialmente agua y electricidad.
Desde el 25 de junio, enfermeros y personal médico de varios hospitales del país iniciaron una huelga parcial para exigir salarios justos, como también lo hacen profesores de varias universidades.
En 2014, protestas que exigían la salida de Maduro del poder dejaron 43 fallecidos. En 2017, una nueva ola de movilizaciones derivó en unos 125 muertos.