En horas de la tarde del 31 de diciembre de 2017, fue hallado por un ciudadano el cuerpo sin vida de un joven en una zona boscosa en la Bajada del Río, territorio que comunica a los municipios Valera y San Rafael de Carvajal. El hallazgo alarmó al morador y llamó a las autoridades. Al lugar llegó una comisión del Cuerpo de Bomberos y del Cicpc.
El cadáver fue trasladado a la morgue del Hospital Central de Valera, donde arribó cerca de las 6:00 pm. Su identificación fue un misterio para ese entonces, nadie sabía con certeza, sólo que se trataba de un joven de piel morena y de aproximadamente 20 años. La tarde del martes, familiares de Freddy Antonio Morillo Ramírez (19) acudieron al recinto patológico para verificar si se trataba de él, ya que había desaparecido el 24 de diciembre a horas del mediodía. Se temían lo peor.
Era él
Los gritos y lamentos se apoderaron del grupo que se aglomeró a las afueras de la Unidad de Patología, se trataba de Freddy Antonio. El joven llegó a su casa el 24 a las 7:00 am, durmió un par de horas, y cerca de las 11:00 am salió nuevamente, pero no dijo a dónde. Su madre, María Isabel Morillo, se encontraba trabajando para así ultimar detalles para la cena navideña.
Las horas pasaban y Freddy no aparecía, este no tenía teléfono celular por lo cual se les hizo imposible comunicarse con él. Sus parientes acudieron a los organismos competentes para denunciar su desaparición. Se mantuvieron en vilo durante diez días, sin saber nada acerca de su paradero.
Descartan homicidio
Su progenitora aseguró que falleció producto de una hemorragia craneal, según arrojó la autopsia llevada a cabo por los forenses. Tal afirmación descarta cualquier posibilidad de que el muchacho habría sido asesinado; no se encontraron heridas por arma de fuego o arma blanca en su cuerpo.
Freddy Antonio Morillo Ramírez (19) residía en la urbanización Plata II y trabajaba como comerciante en el casco central de Valera, pero sólo los fines de semana. En ocasiones viajaba a otros estados en busca de mercancía para así colaborar y llevar el sustento a su hogar.