La familia de José María Araujo Viloria no había reportado su desaparición, pues apenas tenía un día y creyeron que podía regresar, quizá estaría en la ciudad de Trujillo, pero los vecinos de Sabaneta, parroquia Chiquinquirá, municipio Trujillo, alertaron a las autoridades sobre el hallazgo de un cadáver en una zona boscosa de la vía.
Una comisión del Cicpc fue hasta el sitio y levantó el cadáver, el cual expuesto a la intemperie presentaba avanzado estado de descomposición, lo trasladaron hasta el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) en Valera, donde practicarían la autopsia de ley y acudieron sus familiares para reconocerlo.
La familia desconocía las causas del deceso, al parecer el hombre gozaba de buena salud y no pudo morir por causas naturales a sus 52 años. Presuntamente murió por un balazo que recibió, asunto que investiga el equipo de balística del Cicpc.
Tendrían que investigar si tenía problemas en la actualidad para que algún enemigo lo siguiera y acribillara en la zona rural, en la localidad donde además tenía residencia.
Por otra parte, en el recinto forense permanece el cadáver de un joven hallado en el sector Las Vegas de Aguas Calientes, municipio Miranda, aparentemente recibió un tiro de escopeta que le destrozó el cráneo y acabó con su vida. Los funcionarios esperan que acudan familiares a reconocerlo para conocer su identidad, dieron a conocer que tiene un tatuaje de una mata de marihuana en el hombro derecho y varias cicatrices en el abdomen.