Identifican a hombre asesinado de 9 puñaladas

: Familiares reconocieron el cuerpo del joven, que ingresó el 18 de abril. Fotos: Edgar Alviso

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Sus familiares, residentes de la cuarta etapa de la urbanización Santa Cruz, arribaron a la morgue del Hospital Central de Valera y reconocieron el cuerpo de la víctima. No habían sospechado de su desaparición, pues solía pasar un mes sin contactar a sus parientes. El hombre, el pasado 18 de abril, fue hallado en El Turagual

 

María Gabriela Danieri

maria.danieri@diariodelosandes.com

Sus familiares no sospecharon que algo malo le había ocurrido, pues estaban acostumbrados a sus desapariciones. A veces pasaba un mes entero sin contactarlos, por eso se sorprendieron cuando vieron la foto de su tatuaje en el periódico. «Ahí está, es él» comentaron sus conocidos al ver el ejemplar del Diario de Los Andes, en el cual salía la imagen. Los encargados del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) hicieron pasar a la madre a la sala forense y ya no le quedaron dudas.

Leandro José Castillo, de 23 años de edad.

Se trataba de Leandro José Castillo, de 23 años de edad, quien el pasado 18 de abril, a eso de las 4:00 de la mañana, fue encontrado muerto en la vía pública del Eje Vial, en el sector El Turagual, de la parroquia José Leonardo Suárez, del municipio San Rafael de Carvajal. Sujetos desconocidos le propinaron, al menos, nueve heridas por arma blanca y lo dejaron desangrarse, sin piedad.

Algunos vecinos lo encontraron y llamaron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), que arribó al sitio y colectó las evidencias en la escena. En ese momento, las autoridades no pudieron identificarlo. El joven no portaba cédula de identidad u otro tipo de documentación.

 

Consumía drogras

Cira Elena Castillo, madre del hoy difunto, contó al equipo de sucesos que su hijo, el menor de tres varones, tenía problemas de adicción. Cuando era un adolescente comenzó a consumir sustancias prohibidas y, en consecuencia, a delinquir. Ella hizo todo lo posible por sacarlo de ese mundo. Lo internó en una clínica de rehabilitación en Maracaibo, estado Zulia, pero a los pocos meses se escapó. Una vez mayor de edad, se le escapó de las manos.

Leandro estaba residenciado con su madre en la cuarta etapa de la urbanización Santa Cruz, de Valera, pero hace unos meses vivía en Las Lomas con unos conocidos. Sin embargo, en ocasiones dormía en las calles. «El Chivo» como le apodaron sus hermanos, por cariño, algunas veces trabajaba en busetas como colector, pero principalmente cometía robos. De acuerdo al Sistema Integrado de Información Policial (Siipol), Castillo tenía antecedentes por robo, porte ilícito de arma de fuego y drogas.

 


Asesinos desconocidos

 De acuerdo a la versión de sus familiares, la última vez que lo vieron fue el 16 de abril. Su mamá iba a trabajar y él simplemente se fue sin decir a dónde. Ese comportamiento era usual en él y, pese a los consejos constantes de su mamá, nunca retomó el buen camino. Era víctima de la adicción a las drogas. La progenitora no sabe quién pudo estar detrás de su muerte o cuál fue su motivación. Espera que las autoridades puedan esclarecer el caso. Por su parte, El Eje de Homicidios maneja el móvil de venganza.

 

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