Íconos del progreso valerano

Dentro del desarrollo e integración de los pueblos, la referencia arquitectónica forma parte esencial de los proyectos de consolidación y planificación urbanística. Valera no ha sido la excepción, a pesar de que aquella ciudad pujante, que en la década de los años 50 y 60 era considerada como la de más vertiginoso avance de Venezuela, ha tenido un largo período de lentitud o letargo, en cuanto a las expectativas que vislumbraban la conformación de una “pequeña gran metrópoli” integralmente cosmopolita.

Avenida Bolívar, sinónimo físico del progreso local.

 

Gabriel Montenegro

gabymonti59@gmail.com

La planificación urbana y el desarrollo de la construcción están directamente ligados al desarrollo de  pueblos y  ciudades en su pequeña, mediana y gran proporción. Esos cambios paulatinos, significan sin duda la presencia singular y la importancia de los movimientos arquitectónicos y escultóricos, que preconizan el camino directo a la modernidad de cualquier urbe.

Muchos han sido “íconos” que identifican a los pueblos en el mundo, sin embargo, nuestras poblaciones regionales y nacionales también han ido impulsando esa consolidación urbana, artística y arquitectónica, todo de acuerdo a su modelo de desarrollo y a la necesidad de abrir nuevos espacios para la significación y presencia ciudadana, esa comarca que quiere el progreso y aspira colocarse en el camino de la actualidad.

El hospitalito de La Paz

La llegada de la luz eléctrica a Valera, proyecto iniciado en 1901 y consolidado en 1914 a través de los hermanos italianos Andrés y Alfredo Carradini. Para ese entonces, Valera carecía también de un centro neurálgico para el servicio de atención de salud pública y es allí donde aparece la figura de Don Domingo Giacoppini, otro inmigrante italiano, quien había llevado a su esposa muy enferma a una pequeña casa que servía de dispensario, en la cual notables galenos le salvaron la vida. Giacoppini, en agradecimiento, junto a otros notables valeranos como el Doctor Miguel Antonio Mejía, Ernesto Spinetti, Eleazar González Troconis, José Tagliaferro, Julio Adolfo Troconis, bachiller Pompeyo Oliva, Eduardo Gentini, Antonio Salinas, General Etanislao Sequera y Pedro Escalona,  iniciaron la campaña para la construcción de una edificación más espaciosa y funcional.

 

El primer hospital “Nuestra Señora de La Paz”.

“El 10 de mayo de 1923, luego de tantos trámites, de lucha, donde la perseverancia, amor y sentimiento para que la ciudad contara con un hospital, tuvo sus frutos. Desde ese día Valera comenzó a contar con un centro de salud acorde a las necesidades del momento. Lo que este emigrante italiano realizó por Valera fue extraordinario. Tal como lo narra el doctor Raúl Díaz Castañeda.

 

Y nace el Hospital Central

33 años después, en el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, se inaugura el segundo gran símbolo de la salud para los valeranos, con la puesta en funcionamiento de nuestro orgullo arquitectónico, el Hospital Central de Valera, hoy “Pedro Emilio Carrillo”, en honor a ese eminente galeno local. El hospital Pedro Emilio Carrillo, dotado de todos los servicios y especialidades, ha albergado a muchos de los mejores profesionales de la medicina y sigue siendo nuestro mejor símbolo en lo que respecta a una ciudad moderna.

Hospital Central de Valera

Lo religioso como puntal de progreso

Sin lugar a dudas que una de nuestras más emblemáticas referencias de consolidación urbana lo constituyó la construcción del templo en honor a “San Juan Bautista”, patrono de la ciudad de Valera. “La Catedral” así es llamada generalmente la bella estructura en estilo gótico (arco ojival) de la denominada ciudad comercial del estado. Este templo es de los más altos de los Andes venezolanos, es uno de los símbolos más representativos de la urbe de Mercedes Díaz. Cuenta la historia, que fue durante mucho tiempo el lugar más alto de Valera. Esta obra contrastó en su tiempo con la pequeña meseta de calles empedradas y casas coloniales. Hoy día es uno de los sitios turísticos más importantes y epicentro religioso de toda la ciudad.

Templo San Juan Bautista, símbolo de la valeranidad.

Ateneo, nuestra máxima expresión cultural

El Ateneo es una creación de la propia comunidad y esencia pueblerina valerana. Hubo mucho esfuerzo y sacrificio para  consolidar la institución y transformarla en creadora de cultura. A partir de 1950, año en que se fundó el actual Ateneo (ya en 1905 se funda lo que significó el primer Ateneo regional) fue trabajando sin descanso, con auténtica devoción de maestra que conoce lo que es cultura. El Ateneo logrado por la titánica tarea de doña Aura Salas Pizani y un valioso grupo de valeranos emprendedores, ha desarrollado una quijotesca labor, de allí que el actual despojo de sus instalaciones, debe ser condenado y rechazado por toda la colectividad.

 

Nuestro primer centro cultural… hoy en día despojado burdamente.

Edificio del Teatro Libertad

Si de arte y cultura se trata, otra de las vetustas construcciones valeranas lo representa el siempre atractivo a la vista el edificio donde funcionó el Teatro Libertad, construcción dedicada en honor a la llamada “Dama de América”, la actriz y cantante argentina que marcó pauta a lo largo de cinco décadas de trayectoria limpia y exitosa. Este edificio está ubicado frente a la plaza Bolívar de Valera y fue construido en la década de 1950. Esta obra magistral de origen europeo, muestra en su mural elaborado en mosaico individual aéreo principal al dios Hipnos (dios de los vientos interiores), mientras que otro relato asegura que como deidad, es la personificación del sueño. Se convirtió en centro de cine y espectáculo para los locales por muchos años.

Aunque no fue nunca remozado y ni rescatado, tanto la estructura como el mural, que en la actualidad está deteriorado, representa otro de los edificios referenciales de la Valera progresista.

Teatro “Libertad”.

 

Avenidas Bolívar, Bolivariana y Bicentenario

La vialidad del casco central e inter-urbanística de la ciudad de las “Siete Colinas” no puede ser obviada como otro de los símbolos del progreso local. La Avenida Bolívar, fue y es una obra importante que sustituyó en gran parte a la vieja planificación para dar paso al progreso en los albores de los años 70, siendo nuestra principal arteria de conexión con las demás calles y avenidas.

Otro notable planificador vial, lo fue sin dudas el doctor Jacob Senior Carrasquero, quien no sólo ordenó al tránsito en el casco de la ciudad, sino tuvo la brillante idea de generar recursos municipales con los propios usuarios al instalar el sistema de parquímetros en los sitios neurálgicos de la ciudad entre otras importantes obras.

Dos avenidas de suma importancia, construidas durante el actual gobierno bolivariano, lo son la “Bolivariana” que nos conecta con La Beatriz, El Cumbe, Las Acacias y la zona sur, además de la “Bicentenario” que abrió caminos más rápidos y accesibles hacia Escuque, Sabana Libre, Betijoque y por supuesto en retorno hacia Valera por La Floresta.

 

Centro Comercial Plaza y CC Edivica

La denominada “Segunda Plaza Bolívar” lo ha constituido el CC Plaza, sitio de reunión ciudadana, de compras y referencia del progreso comercial y empresarial de Valera. Proyecto promovido y ejecutado por el ingeniero Francisco Fernández Galán, y del que Catherina de Natale, fue su alma y motor. Esta obra junto al segundo Centro Comercial Edivica (Elio Raggioli y socios) y el Centro Comercial La Plata (Mario Maya), primeras edificaciones de concentración y actividad comercial de este terruño, son indudables íconos de la vida social y económica de la ciudad.

Como hemos visto, Valera no ha escapado al auge del progreso arquitectónico, y a través de estos íconos de progreso, se demuestra que continúa siendo una ciudad pujante, que aunque menos activa que en otros tiempos, sigue siendo una de las más atractivas del occidente del país.

 

CC Plaza

 

 

 

 

 

 

 

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