Humberto Castellano. El cronista del siglo / Por Héctor Díaz

Sentido de Historia

Escribir sobre Humberto Castellano es recorrer un siglo de vida, es hojear página por página de un destino, es como tener la presencia en cada párrafo del respirar en el acontecer diario. No solamente es la anécdota, es la vivencia de un ser humano plasmada en letras y convertidas en leyendas o como expresara el cronista de las siete colinas, don Luis González: tras la pista del tiempo perdido.

Humberto Castellano Granado nace en Sabana Grande, municipio Bolívar del Estado Trujillo, el tres de julio de 1931, lo que significa noventa y dos años de feliz y grata existencia. Toda una vida dedicada al apostolado de la educación, desde sus inicios como maestro de aula, luego pasó a dirigir planteles educativos, gremialista y fundador de la Federación Venezolana de Maestros en la época más dura como en la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, donde para ser dirigente sindical había que tener coraje para enfrentar los esbirros de aquel régimen déspota; pero le da la bienvenida a la democracia y a la libertad imbuido en las luchas gremiales ya con mayor respeto por los gobiernos civilistas. Es así como Humberto sigue buscando los anhelos de libertad e incursiona en el periodismo con un semanario llamado Nivel, que lo había iniciado en los albores de la democracia (1962) en El Dividive, municipio Miranda, la cual le dio continuidad en las postrimerías de la era de la libertad plena..

Humberto Castellano quien se caracterizó desde muy joven de ser un inquieto por la historia, incursiona en las crónicas, empezando por su pueblo natal, Sabana Grande y se convierte en el cronista oficial de aquel reciente municipio (1998) y le hace importantes aportes en la investigación escribiendo un importante libro donde resalta “Hombres, Mujeres y Crónicas del Municipio Bolívar”, es toda una recopilación de aquellos habitantes que han hecho historia a lo largo y ancho de esa geografía local y donde se mantenían en el anonimato hasta que surgió a la luz las leyendas, las anécdotas, las vivencias de toda una población que tuvo cubierta por más de ciento cuarenta años, desde 1864 cuando se creó el Distrito Betijoque hasta 1995 cuando la descentralización municipal hizo justicia y cada uno de esos municipios empezaron a tener autonomía propia con gobiernos locales.

La búsqueda de los orígenes comenzó con Humberto Castellano ya que parecía imposible despegarnos del ombligo de Betijoque, hasta que se le dio forma a una nueva narrativa inspiradora tras la búsqueda de la originaria partida de nacimiento donde otro libro quedó bajo la solapa y la pluma la cual tituló “ El Dividive que yo conocí” (2002). Otro municipio que había logrado despegarse de la geografía betijoqueña y donde el Dr. Rafael Ramón Castellanos le da un importante sitial histórico en su libro “Para la Historia de los Ejidos de Monay y la Llanura interminable y Fecunda”, cuando allí establece y expresa: “Que en 1639 se había concretado ya el ámbito económico “Dividivi”, en la sabana de Monay. ”compuesto por el Rey para Don Diego Trejo Paniagua”.

Humberto Castellano rescató de los viejos baúles de las leyendas, mitos y encantos la narrativa de hechos sobre naturales y de planos misteriosos en que se desenvuelve muchas veces el ser humano, los cuentos de camino, los sitios que enlazaban los caseríos donde el viajero a caballo vivía experiencias inusitadas, pero, que a medida que se iba regando la experiencia vivida se convertía en la radio bemba de la comarca. Humberto sabía donde estaba la botija, la luz incandescente que nos conduce al sitio para desenterrarla, el alma en pena que salía del cementerio a enviar recados a sus familiares pidiendo una misa y de aquellos forasteros y aventureros que con camándula en mano, al pasar entre Sabana de Mendoza y Sabana Grande, rezaban apresuradamente una Avemaría y una letanía por las Benditas almas del purgatorio.

Otra obra maestra de Humberto Castellano fue su incursión en el periodismo y entendió la gran necesidad de aquellos pueblos de comunicarse entre ellos, de dar a conocer sus necesidades más apremiantes y de ser un puente informativo entre los que estaban en función de gobierno y las comunidades, para eso funda un Semanario llamado Nivel en El Dividive en 1962, época dura en el trajinar político, de enfrentamientos entre partidos políticos, de luchas internas y hasta de fanatismos ardientes. Humberto como buen maestro y con una gran experiencia en el campo de la pedagogía supo cómo hondear el banderín en media de las grandes batallas comunicacionales, experiencias amargas como la entrevista al Dr. Jóvito Villalba en Sabana de Mendoza, en esos desplantes orgullosos que utilizan los políticos o la anécdota cariñosa con aquel presidente de la república que se bajó en la estación de servicio Los Silos para abastecerse de gasolina y donde el acento tachirense de “Cómo está misia”, dirigiéndose a la esposa de Humberto. Era el general Marcos Pérez Jiménez en una comitiva integrada por Carlos Delgado Chalbaud y Lovera Páez, bautizados por el pueblo de aquella época, como los tres cochinitos. Humberto y su señora observaron cuando Pérez Jiménez le canceló al bombero la gasolina con un billete de quinientos bolívares y este le respondió al general: Discúlpeme, pero no tengo vuelto. A lo que el general respondió: deje eso así. Esa comitiva presidencial se trasladaba hasta el Puente Chama del Estado Mérida, donde estaban culminando su construcción. Humberto es toda una leyenda de vida, es casi un siglo de vivencia permanente y por eso, es que se bautiza como el cronista del siglo y uno de los testimonios escritos que también nos ha dado fue el Manifiesto de Moporo en 1999, cuando la Asociación de Cronistas Oficiales del Estado Trujillo, se reunieron en Moporo para conmemorar los 500 años de la presencia europea en Barbacoa de Mapaure, hoy Moporo y donde fue bautizado el nombre de Venezuela con el nombre de Venecuela, por eso es que en el Bajo Trujillo, nació Venezuela.

Un Dios Bendiga al maestro Humberto Castellano por sus grandes aportes a los pueblos que se negaron a morir y hoy siguen de pie dándonos muestras de fortaleza y coraje y esperanzados que la mano solidaria nuevamente nos cubra para seguir siendo el futuro económico del Estado Trujillo.

*Exconcejal

 

Salir de la versión móvil