A través de una nota de prensa Humberto Araujo expresó que los colaboracionistas del régimen chavista en Trujillo, llámense “la mesita”, “diputados Clap”, “alacranes” y “Los Claros”, pasaron a ser “monigotes” de Nicolás Maduro al servicio del llamado “circo electoral”, que a su juicio no determinará ningún cambio en dictadura, sino que por el contrario permitirá la instalación de un absoluto Estado de facto.
“Estos nuevos monigotes en principio se dispersaron por los diferentes partidos políticos de oposición, allí cobraron vida gracias a la intervención del partido que los alojó, se convirtieron en diputados, alcaldes, concejales, directivos de partidos y hasta en comodines, que no es otra cosa que esclavos políticos que le ponen precio a la lealtad”, expresó.
Insistió que por mucho tiempo “los mutantes politiqueros disfrazados de políticos” se mimetizaron con las fuerzas opositoras que verdaderamente luchan por el rescate de la libertad y democracia de Venezuela, en una relación peligrosa, casual y temporal, hasta hoy que ya perdieron su derecho a reclamar cualquier dignidad puesto que la vendieron a la dictadura por “un plato de lentejas”.
“Cumplida su tarea de convertirse en alacranes para subordinar y reducir la acción política a la dádiva que otorga la tiranía a los traidores; hoy terminan tristemente convertidos en monigotes. Como monigotes vivirán en la soledad que construyeron, llenos de frustración y culpabilidad”, resaltó.
Araujo indicó que estos “monigotes” serán los nuevos muñecos de trapos del régimen, una especie de títeres políticos sin personalidad y fácilmente manejables, “sus historias no terminan ahí, su suerte será la misma que la de Jesús María Carmona en la “Quema de Judas”, de José Ignacio Cabrujas, donde en el barrio que vivió toda la vida, al descubrir el engaño, quemaron su efigie por considerarlo un traidor”.
Sobre las elecciones
Araujo señaló que en dictadura el voto se perciba como verdad pero se dispone de él en un escenario no competitivo, confuso e irregular, “el voto en dictadura no es democrático, su valor está condicionado. Recurrir frecuentemente a elecciones no significa que es un signo democrático; por el contrario, lo utilizan como el recurso que les garantiza sus propósitos”.
Para sustentar su opinión esgrimió que con los dos ejemplos que sirven al régimen y a sus nuevos monigotes para justificar el llamado a la elección numero 26, “es verdad que la oposición salió victoriosa en el 2007 y 2015, pero de inmediato el régimen de manera deliberada convirtió estos triunfos en grandes mentiras”.
Recordó que Hugo Chávez al reconocer como “pírrica” la victoria opositora durante la Reforma Constitucional, señaló que no retiraba “ni una coma de esa propuesta”. Mediante leyes y decretos con rango, valor y fuerza de Ley, implementaron de forma fraudulenta muchas de las reformas rechazadas por el pueblo venezolano 02 de diciembre del 2007.
En el segundo evento electoral, las elecciones parlamentarias de 2015, donde de los 165 diputados, 112 obtuvo la unidad democrática y 51 el régimen. La bancada oficialista durante el asueto navideño y fuera del periodo legislativo que terminó el 15 de diciembre, aprobó y oficializó el nombramiento de 13 nuevos magistrados del TSJ, muchos de ellos fichas del oficialismo, “a partir de ese momento el régimen maniobró para quitarle poder a la nueva Asamblea Nacional y con ello restarle valor al voto del venezolano”.