La ayuda humanitaria es un vehículo que tienen los países de socorrer a otros países que han pasado por una guerra o por un desastre natural. En Venezuela no ha ocurrido ni una ni otro, pero el chavismo-madurismo ha arrasado nuestro país peor que una guerra o una catástrofe natural. El tema ha levantado opiniones, expectativas y críticas de personas que, por lo que dicen, no saben de qué se trata. Y es muy importante aclararlo.
La crisis de hoy es superior aún a las que sufrimos cuando éramos una pobre república. Hoy somos una república pobre y de nuevo, una pobre república.
Nuestra Asamblea Nacional -el único poder electo directamente por el pueblo en elecciones abiertas y convocadas por el CNE- con nuestro Juan Guaidó a la cabeza, ha hecho todo lo posible por hacer que llegue la ayuda humanitaria. El régimen de Nicolás Maduro sigue negando que exista esa emergencia y hará lo imposible por impedir que entre al país, o dejará que entre para “expropiarla” después.
Ya las Naciones Unidas enviaron hace año y medio alrededor de 70 millones de dólares en ayuda humanitaria, que según se encuentra en unos galpones en Charallave y en instalaciones militares. Al pueblo no llegaron. Hay hermetismo total sobre eso. Mientras, nuestros compatriotas siguen muriendo de hambre y por falta de medicinas.
La ayuda humanitaria tramitada por la AN entrará por Cúcuta, por Brasil y por Aruba. El primer contingente trae material médico quirúrgico para suplir a 6 hospitales grandes en todo el país durante un mes. Además, traen remedios para enfermedades crónicas como antirretrovirales, diálisis, enfermedades cardiacas, cáncer y otras y alimentos, ácido fólico y proteínas para los desnutridos.
El círculo de Maduro habla de politización de la ayuda y hay ONGs que han sido tímidas al aceptar tramitarla, pero me pregunto ¿qué más politización que todo lo que hace el régimen? ¡Al menos hay alguien actuando para paliar tanto sufrimiento! ¡Qué importa si es político o no!
Eso será en una primera etapa. Luego de ella, seguirá entrando ayuda paulatinamente. Lo que les llevó años destruir al régimen, no se puede solucionar en unos días. Hay que tener paciencia, que vamos bien. No escuchen voces agoreras. Del apuro sólo queda el cansancio y les repito, ¡vamos bien!