¿Hubo «fraude» en EE.UU? Conozca el sistema electoral norteamericano |Por Jesús Seguías

En los Estados Unidos no existe un organismo electoral nacional sino 50 organismos electorales estatales diferentes, muchos de los cuales tienen reglamentos también diferentes. Y así ha funcionado siempre desde hace más de 200 años.

En algunos estados se permite votar inclusive después del día de las elecciones. Pennsylvania es uno de ellos. Y este ha sido un procedimiento avalado por los diferentes tribunales estatales. Es decir, es totalmente legal.

Voto por correo 

El voto ausente (absentee voting) por correo existe en los Estados Unidos desde la Guerra Civil, hace más de 150 años. Originalmente era permitido para casos especiales y justificables ante organismos electorales: militares, diplomáticos, personal médico, personas enfermas o con limitaciones físicas o de transporte.

A raíz de la pandemia del Corona Virus (recordamos que Estados Unidos es el país más afectado del planeta) se incrementó notablemente el voto ausente.  El 76% de los estadounidenses fue habilitado por los organismos electorales para votar antes de las elecciones. Es decir, algo totalmente justificable y absolutamente legal.

A partir de agosto pasado, 7 estados, entre ellos Texas, Nueva York y Carolina del Sur, exigen una excusa justificada para votar en ausencia. En cambio, 34 estados, incluidos Pennsylvania, Florida y Ohio, permiten el voto en ausencia a todos los residentes aun cuando no especifiquen motivos (por cierto, nadie ha pedido aún revisar los votos en Florida, donde ganó Trump).

En Washington D.C. y en otros 9 estados, incluidos Utah, California y Nevada, envían las boletas directamente a los votantes, aun cuando no lo soliciten. Desde el año 2000, todos los votos en Oregón son por correo.

Hasta ahora, el voto por correo ha sido un método totalmente confiable en todos los procesos en la historia de los Estados Unidos, y donde las inconsistencias han sido inferiores al 1% de los votos. Trump tiene años votando por correo.

Estrategias opuestas 

En estas elecciones de 2020 se produjo una curiosa diferenciación entre republicanos y demócratas en las calles del país: millones de republicanos desdeñaban el uso de las mascarillas, convirtiéndose en formidables retadores del virus (el jefe-candidato daba el ejemplo). En cambio, millones de demócratas eran partidarios de usar la mascarilla y preservar la bioseguridad.

Trump estimuló a una masiva presencia de los suyos en las filas de electores el día de las elecciones (retando una vez más a la pandemia), mientras que Biden gastó una fortuna en campañas por televisión y las redes sociales para pedir a los suyos que votaran en forma anticipada para evitar aglomeraciones en plena pandemia.

Así, ambos candidatos definieron y desplegaron sus estrategias para votar. Los republicanos apostaban por el voto el mismo día de las elecciones, y los demócratas apostaban por el voto anticipado.

Trump lo tenía muy claro. Por eso calificó de “fraudulentos” los votos por correo mucho antes de las elecciones. Quería neutralizar la estrategia de Biden. Sabía que si los electores acudían a votar masivamente por correo, eso pondría en peligro su victoria. Y tenía razón.

Votación histórica

Este año, la votación anticipada y por correo fue de carácter histórico. 100 millones de estadounidenses (casi el 70% de los electores que votaron en este proceso) prefirieron este método. Obvio, en su mayoría eran electores de Biden. Sin duda, los demócratas triunfaron con esa estrategia.

Por eso Trump se apresuró a descalificar el voto por correo varias semanas antes de las elecciones.  Esta denuncia formaba parte más de una estrategia electoral que de una reacción ética y política ante presuntos ilícitos electorales. En conclusión, la denuncia de “fraude” era parte del guión de su campaña. Un guión muy peligroso.

Hay dudas en el proceso 

Pero Trump tiene razón en algo: votar después de las 7 de la noche el día de las elecciones, o en días posteriores, no es buen indicio de transparencia. Sin duda ese reglamento merece ser revisado por las cortes respectivas.

Votos de diferencia 

En este momento, los votos posteriores al 3-N es quizás la denuncia de mayor peso por parte del equipo de Trump. Pero la cantidad de personas que votaron después del 3 de Noviembre es muy pequeño.

Por ejemplo, en Pennsylvania, uno de los estados bajo reclamo, sólo se recibieron menos de 5 mil boletas después del día de las elecciones, y éstos votos ya fueron separados por las autoridades. Biden lleva una ventaja en Pennsylvania superior a los 43 mil votos.

Razón de la «ventaja de Trump» el 3N, pero… 

En los escrutinios del día de las elecciones se cuentan  primero los votos emitidos ese día, y luego los votos emitidos por correo o de manera anticipada. Es el procedimiento.

Es la razón por la cual Trump llevaba la ventaja inicial que todos conocemos, hasta que comenzaron a contar los votos anticipados, donde Biden ganaba ampliamente en algunos estados clave como Pennsylvania.

Trump tiene todo el derecho constitucional a hacer los reclamos que considere pertinente. Inclusive, puede propiciar importantes cambios en el sistema electoral apelando a los mecanismos regulares que garantiza el sistema democrático. Lo que tiene prohibido es dinamitar al sistema electoral por el sólo hecho de estar en desventaja.

Maduro y Guaidó están «de acuerdo»

Por ahora, muchos países (incluidos grandes aliados suyos) ya reconocieron a Biden cómo presidente de los Estados Unidos. Asimismo. Donald Trump no ha logrado apoyos importantes en el Partido Republicano que avalen sus denuncias de fraude.

Por cierto, en Venezuela Biden logró el milagro de poner de acuerdo a Maduro a Guaidó: ambos coincidieron en reconocer a Biden como el nuevo interlocutor en la Casa Blanca. Buen indicio.

@JesusSeguias

 

Salir de la versión móvil