POR EVER GARCÉS
No hay una década que haya revolucionado la moda en los peinados como la de aquellos años 80’s. Empezando esa era muchas aspiraban verse parecidas a Maritza Sayalero con su cola de lado, y la imagen de Farrah Fawcett seguía estando por todas partes, «yo quiero ser como la catira de Los Ángeles de Charlie» era frecuente escuchar en los salones de belleza.
La ya muy popular María Conchita Alonso apareció en la novela Natalia de 8 a 9 con un mechón amarillo cubriendo parte de su oscura cabellera, ese innovador look se impuso de inmediato.
Otra moda temporal fueron las trensitas a lo Bo Dereck.
Pero cuando en 1982, Alba Roversi se convirtió en Ligia Elena, todas quisieron una permanente igual a ella. Las que no podían ir a la peluquería, se hacían la permanente casera que consistía en amarrarse los mechones de pelo con tiritas de papel aluminio. No a todas ese método le daba resultado y quedaban más parecidas a un cantante de heavy metal que a la cándida niña de la Sociedad.
Los sábados al mediodía las chicas en sus casas iniciaban el arreglo de sus cabellos, se hacían los rollos para en la noche lucir sus melenas bien batidas en las discotecas y clubes. A las que no le agarraban los rollos, tomaban el pote de laca y se levantaban el copete.
Las que no se colocaban rollos, se hacía lo que llamaban «la vuelta» con pinzas o ganchos con los que se prenzaba el cabello y luego ajustaba con una media panty.
A mediados de los 80s, la tv seguía marcando pautas, las más modernas se cortaron el pelo para lucir como la Beba Ascanio (el personaje de Gigi Zancheta en Cristal), o con mechitas y permanente muy a lo Melissa la reina del rock, o el peinado de una que llegó para convertirse en consentida, la cantante Karina.
Las más convencionales prefería un estilo a lo Corina Azopardo y ese corte de pollina que llamaron «la flor», un autentico hit.
Tatiana Capote era otra modelo a seguir, cambiaba constantemente de look y todo le quedaba bien.
Las revistas de farándula no faltaban en las peluquerías, allí las clientas veían cuál peinado podrían hacerse, si a lo Madonna, o quizás como la miss del momento, como las integrantes de Flans, las Cómplices o las protagonistas de Dinastía. Incluso no faltó quien llevase una trenza como la de Ana Torroja la de Mecano.
Las amantes de la naturalidad, lucían sus melenas largas y casi vírgenes, como la de Grecia Colmenares, si acaso con algunos rayitos o reflejos como Catherine Fulop.
La sensación casi al final de los 80s fue Ruddy Rodríguez en Niña Bonita, el look más imitado de esa década en Venezuela.
Las más prácticas se dejaron seducir por el corte mullet y que aquí se conoció como «corte colita», bien pegadito en la parte de arriba y se dejaba caer en una melenita hasta arriba del hombro, este fue un look muy favorito también de los chicos.
¿Recuerdan todas estas tendencias de los 80s?