HISTORIAS DE VIDA | Raúl Díaz Castañeda: Ser de discurso mágico, intelecto con exquisita lírica

Hoy 24 de agosto, al igual que Diario de Los Andes, el Dr. Raúl Díaz Castañeda, miembro fundador de este medio de comunicaron, también está de celebración, arriba a 87 años de vida.

 Doña Irma y el Dr. Raúl han edificado toda una vida juntos. Una familia amorosa donde prevalecen los valores.

 

 

Elvins Humberto González

elvins5050@gmail.com

 

Sin lugar a duda uno de los dones más hermosos que Dios no ha brindado después de la fe, es el contacto con la escritura ya sea reflejada a través de la narrativa, literatura, crónicas periodísticas o de la sutileza que ofrece la poesía. Ella simboliza la flor de un árbol que aferra sus raíces en el alma; y más que palabras conmovedoras encarna el vuelo maravilloso del espíritu buscando la comunicación con todo lo sublime. Es un don que el supremo creador regala sin pedirlo, privilegiando seres  para llenar de rimas y enamoradas trovas el misterioso espacio que circunscribe el mundo alucinante de la poesía.

La inspiración es almo inexplicable que brota desde adentro para motivar la creación de la obra, sin someterse a normas ni escuelas, porque es espontánea y pura. No se puede comparar con nada porque cada manifestación tiene su propia esencia, ni se puede dirigir porque es libre y ella misma elige su propio rumbo.

Desde que llegó a Valera se fue creando un idilio con la ciudad. Hoy el Dr. Raúl Díaz Castañeda celebra 87 años.

Con la anterior introducción describimos a un ser humano que hace más de 60 años tomó ese rumbo libre que indica la poesía para anclar y comenzar a  edificar su vida en la ciudad de Valera, lar que le adoptó como hijo propio y donde él visualizó lo que sería la esencia de su vida. Hablamos del Dr. Raúl Díaz Castañeda, médico de profesión, periodista, escritor, poeta, amigo y fundador de DLA. Hoy cuando Diario de Los Andes celebra sus 43 años de fundación, igualmente celebramos los 87 años de vida de este barquisimetano de nacimiento y que echó raíces en una ciudad como Valera en la cual desde 1958 fue desarrollando todo el potencial y caudal de intelectualidad del cual Dios le dotó. Este homenaje es para él, por su vida fecunda y por su obra.

En 1979 caía la aurora de la década del 70 y se asomaba la víspera del primer año de los 80 cuando por vez primera escuchamos hablar del Dr. Raúl Díaz Castañeda. Una conversación entre mi padre Iván González, el Padre Juan De Dios Andrade, Pedro Malavé Coll y que junto al “Libro de Valera” nos atrajo por mera curiosidad a este ilustre personaje. Y aún está fresca en nuestra memoria cuando cursábamos la primaria en el Grupo Escolar Eloísa Fonseca y la Señorita Aura Salas Pisani lo presentó en una actividad sobre el Día de Valera en 1980.

Con el tiempo supimos con mayor exactitud que Raúl Díaz Castañeda era médico radiólogo, pero esencialmente era escritor, poeta, periodista, el responsable de las buenas caricaturas publicadas por Diario de Los Andes. Un escritor de vasta y estilizada cultura, en la que las  lecturas en esos “cementerios solemnes” como denomina a las buenas bibliotecas, han ido dejando una profunda huella intelectual. Es uno de esos escritores y poeta densos, de los que se enganchan los lectores para recorrer el camino de sus escritos a través de un diálogo permanente, que permita el desmontaje de la obra leída, para encontrar  naturalmente, el objetivo real que la motivó.

 

Valera le colma de gozo

Pero fue aquel discurso del 15 de febrero de 1980, pronunciado en el recinto del Concejo Municipal, con motivo del 160 aniversario de la ciudad, al cual acudimos, nos marcó y comenzamos a admirar a un ser que conocíamos solo de referencia, fue un discurso de efectos mágicos. Sobre aquellas palabras un gran amigo suyo, Padre Andrade lo catalogó así: “Mantuvo embelesada a la concurrencia, en un profundo silencio. El tema del discurso fue la ciudad de Valera, un tema vasto que linda con lo arcano, lo fugitivo y lo insondable. Un discurso que con el pasar de los años hemos leído reiteradamente por ser un texto de exquisito contenido y lleno de aprendizaje. La ciudad es para el Dr. Raúl Díaz Castañeda un objeto místico-romántico, lírico y sentimental. Un objeto que se le ha metido en el corazón y se ha identificado con él. Por ello, nos hace ver una ciudad mágica, una ciudad maravillosa que se confunde con la Ítaca soñada…

Sostenía el Padre Andrade que la ciudad es un producto del pasado. Que se mueve y se desarrolla en el tiempo y en el espacio, en un laberinto de infinitos y complicados procesos. La evocación de los muertos como la evocación de los vivos, es uno de los misterios más sublimes de la magia.

En torno al tema de la ciudad, según la visión que tenía el Presbítero, el Dr. Díaz Castañeda crea, fantasea, fabula, recuerda, asocia, evoca, exalta, condena, estigmatiza, La ciudad no es para él solamente un sitio de residencia. La ciudad forma parte de su vida. Todo lo que exalta y magnifica a Valera le colma de gozo. Todo lo que significa menoscabo y maltrato para ella, le entristece y le indigna.

En su lírica, roza una fibra muy sensible de los trujillanos y nos brindan una emocionada descripción de nuestra geografía, de nuestros pueblos y lugares por donde transita.

Fue de los médicos residentes fundadores del Hospital de Valera. En al grafica de 1969 se ve al Dr. Raúl al lado de tres colegas y amigos: Orlando Araujo Labrador, Director del Hospital, Romer Rubio y Antonio José Cegarra.

La palabra y él

El verbo de sus discursos, es determinante lleno de elemento y  efectos mágicos: la palabra. La palabra expresa el ser y la intimidad del hombre. Está plena de un poder maravilloso.

Aparte la significación gramatical del lenguaje, hay una significación mágica, el lenguaje objetivo, que sirve para nombrar las cosas del mundo, fuera de su calidad de inventario; el otro rompe esta norma convencional y en el Dr. Raúl las palabras pierden su representación estricta para adquirir otra más profunda y rodeada de una aura luminosa que debe elevar al lector de un plano habitual y envolverlo en una atmósfera encantada. En efecto, la palabra provoca una magia contagiosa, recuerda a tantos magos que hicieron con ella prodigios. El Dr. Díaz Castañeda es un mago de la palabra. Cuando derrama el contenido de su cántaro puede esperar tranquilo del cielo inminentes y abundantes lluvias. A través de su palabra sugestiva y en una atmósfera de encantamiento, nos ha hecho ver una Valera distinta, la Valera iluminada de sus sueños, que debe ser la Valera de todos los valeranos

 

Su humor en serio

El humorismo en el Dr. Raúl lo que trata de poner en evidencia la realidad oculta de las cosas y situaciones logrando desenmascararla.

En países como Venezuela, la cosa va más allá, porque el humor bien entendido tiene que enfocar aspectos sociopolíticos, con la muy decidida intención de conciencia, de abrirle los ojos a la gente. La teoría de Raúl se basa en que es más fácil lograr esto con una caricatura o con un mensaje corto de cierta gracia, que con largas lecciones retóricas que muy pocos leen y casi todos olvidan.

El humor, sin más vueltas de hoja, es una compensación ante un clima incómodo, de corset, que le atraganta la respiración al individuo quien silenciosamente, clama en la que supone están otros aires. Miguel Otero Silva solía decir que el humorismo a través de la caricatura tiene su ideología. En el caso específico del Humor en Serio en la caricatura de Raúl Díaz Castañeda, se adueña del terreno un espíritu juguetón dado a la crítica tonos y ribetes con una crónica en la cual deja un mensaje claro, preciso y directo, sin burlas ni ofensas, pero eso sí,  bien dicho.

La caricatura y la pintura son unas de las grandes pasiones de un ser de una elevada sensibilidad humana.

 

Eladio Muchacho, Raúl Díaz Castañeda, Chuchi Muchacho y Rafael Ángel Lujano

Cartones de reflexión

Las caricaturas de Raúl tienen un mensaje. Son llamados a la reflexión a través de la crítica oportuna. Es el humorismo elevado a la mayor seriedad. Seriedad porque los planteamientos de RUL plasmaron en Diario de Los Andes la realidad de un mundo que no sabe a dónde va. Un mundo sin rumbo que pareciera ir al precipicio.

Por eso admiramos las caricaturas de Raúl como admiramos su poesía, el amor a Valera, la naturaleza, y lo bello de la vida.

 

De gran aceptación

La aceptación con que fueron recibidos sus dibujos e ideas desde su primera publicación hace más de 40 años en Diario de Los Andes, se refleja en la forma como la gente en la calle lo percibía.

Sobre ese punto RDC expresó lo siguiente: «Cuando uno va perdiendo el apellido para engrandecer su nombre común debe sentirse satisfecho porque está llegando a los sentimientos populares y esto es lo que hay que buscar, me parece pues que llevar caricaturas al pueblo es bastante satisfactorio para mí y creo que dentro de mis posibilidades he realizado una labor que tiene su importancia.”

 

Primera caricatura publicada por “RUL” en Diario de Los Andes. “Se hace camino al andar”. De eso han transcurrido 43 primaveras.

Papel y tinta

El abuso de poder es la línea de base, las curvas giran en torno al contexto político-social y las sombras sobre el lienzo en blanco demarcan la intención de hacer pensar, orientar a un discurso coherente y reflejar un dibujo con sentido crítico apegado al elegante estilo del periodismo gráfico.

No hay audiencias exclusivas cuando el mensaje esboza realidades sentidas por todo un país. La retórica combinada con la creatividad, la administración minuciosa del tiempo y la pasión por el oficio inagotable después de las 24 horas, son muestra de que para hacer caricaturas no sólo se necesita papel y tinta.

Así lo describe el doctor Raúl Díaz Castañeda, quien en 2016 se hizo acreedor del Premio Nacional “Pedro León Zapata” año 2016 otorgado por El Nacional en su edición aniversario para el mejor caricaturista.

Castañeda gana por su sección “Papel y Tinta” publicada por Diario de Los Andes, pero con antecedentes de toda la trayectoria en el rotativo, bajo el título de “Cartulíneas”, las cuales fueron difundidas por más de 10 años y sumaron un total de 3 mil ediciones elaboradas por las manos del también periodista, poeta y escritor. Para Castañeda hacer reír con la caricatura no es el objetivo, la concibe como un recurso de la inteligencia, que no brinca de un lugar a otro, sino que refleja cómo los pueblos son víctima del poder y se identifican con grupos sociales de ofensores y ofendidos conducidos a pensar e interpretar a través del dibujo.

“La ironía, la paráfrasis, el sarcasmo…hacen que la gente se dé cuenta que es una víctima. Por eso recomiendo que estemos en permanente alerta. No se dejen alienar con mensajes repetidos, eso crea realidades falsas y no construye ciudadanos intelectuales y con sentido crítico”, explica Castañeda.

Al poeta y escritor no le pesa si a alguien no le agrada su caricatura, por el contrario invita a releerla y a hacerse un autoexamen de consciencia: “porque si se siente pellizcado, esa no es mi intención. Yo quiero iluminarlo, no ofenderlo”, sostiene.

 

El Dedicado trabajo como Caricaturista, el valió el premio “Pedro León Zapata” 2015-2016 al mejor Caricaturista de la Prensa Venezolana.

Línea constante es la clave

Mantener una línea constante es la clave, buscar que el dibujo lo diga todo, y aunque no sea tarea fácil, lograr que el texto se convierta en complemento de la creación estética, no en un elemento dependiente de los trazos; esa es la orientación que siempre persiguió Díaz Castañeda con sus obras donde su vena poética también se ve reflejada.

Lo que sí queda muy claro para Díaz Castañeda, es que sus caricaturas van dirigidas a todos, “los jóvenes, adultos y los más avanzados de edad”, pues a su juicio cada quien “lleva palo” y lo sabe, pero también tiene la capacidad para trascender y no quedarse como uno más.

 

Valerano de corazón

Según su biografía RDC nació en Barquisimeto en 1934, estudio Educación Secundaria en el Liceo Lisandro Alvarado; Médico Cirujano en la Universidad Central de Venezuela 1958; Postgrado en Radiodiagnóstico en la UCV 1963; uno de los Médico Residente fundadores  del Hospital Central de Valera, Trujillo 1958-61.

En el año de 1958, siendo un joven recién graduado de médico emprende un viaje, no por su propia decisión, sino  por una disposición burocrática. Valera fue su destino, a ella llegar sin saber que esta ciudad existía y mucho menos en sus pensamientos. Según lo narra el propio Dr. Castañeda, arribó a Valera con gran susto debido al extenuante viaje en auto que deja ver a plena vista el pase de los años y su deterioro.

Entró por la ciudad que de repente parecía una postal, en donde los solares y pedazos de hacienda, le daban pasos a su crecimiento. Quién iba a pensar que aquel joven lleno de incertidumbres, se convertiría en una referencia obligada de la hoy urbe de Doña Mercedes Díaz.  Porque es un valerano de corazón como lo consagró Don Francisco Omar Araujo, según lo reseña el profesor e historiador, Pedro Frailán.

Hoja de vida excepcional

Nació en Barquisimeto, estudio educación secundaria en el Liceo Lisandro Alvarado 1952; Médico Cirujano en la Universidad Central de Venezuela 1958; Postgrado en Radiodiagnóstico en la UCV 1963; Médico Residente del Hospital Central de Valera, Trujillo 1958-61; Medico Radiólogo del Servicio del mismo hospital 1963-70; Pasantía de reactualización en el Department of Gastroenterology del St. Jame’s Hospital Londres 1972; Actualización en el Hospital La Paz, Madrid 1973; Médico Jefe del Servicio de Radiología del Hospital Pedro Emilio Carrillo Valera, Edo. Trujillo desde 1970. Doctor en Medicina Universidad de Los Andes 1972 Tesis “La radiofetopelvimetría volumétrica”. Profesor de Escalafón de la Universidad de Los Andes desde 1966, Agregado. Presidente del Colegio de Médicos del Estado Trujillo 1967-68; Presidente del Tribunal Disciplinario del mismo 1968-69; Directivo del Ateneo de Valera 1968-70 y de la Junta del Sesquicentenario de Valera 1970; Miembro de la Comisión Redactora de la Revista del CM Estado Trujillo 1963-78; Miembro de la Sociedad Venezolana de Radiología y Presidente del Capítulo Trujillano 1995-97; Miembro por Trujillo de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina; Individuo de Número del Centro de Historia del estado Trujillo 1981; Premio Regional de Periodismo del Estado Trujillo 1965; Mención de Honor del Premio de Actividades Literarias de la FMV 1976; Distinción Ciudad de Valera 1982; Distinción Rafael Rangel 1977, Concejo de Betijoque; Orden Francisco de Miranda, son entre otros los reconocimientos recibidos. Tiene varias publicaciones literarias y numerosos trabajos publicados en la revista del Colegio de Médicos del Estado Trujillo (20). Novela “Un milagro histórico” José Gregorio Hernández. En 2020 publicó el libro “Valera Dos Siglos” con motivo del Bicentenario de la ciudad de las siete colinas.

 

Unión de vida y fibras poéticas

Según cuenta el propio Dr. Castañeda, Valera ha sido tan maravillosamente amorosa con él, al punto que le dio la oportunidad de forjar su vida, su hogar, su carrera. Para lograr eso, conquistó el corazón de una mujer extraordinaria, ser sublime, amorosa, compresiva, amiga, compañera, esposa y madre. Es ella, Doña Irma, ser que ha estado a su lado prácticamente desde que arribó a esta ciudad. Doña Irma le ha brindado  ese valioso apoyo que todo hombre desea tener. Juntos han transitados caminos de rosas, de felicidad, de amor, de compresión y respeto.

Se convirtieron en un matrimonio  cultural y de fibras poéticas. Dos personas con un alto sentido de la solidaridad y de la amistad. Las bases de su fortaleza se sustentan de valores. Para ellos mil bendiciones.

 

RDC y DLA, amor y compromiso

El Dr. Raúl guarda gran afecto y admiración por Eladio Muchacho y su perseverancia por mantener activo DLA por 43 años

Cuando le preguntamos a RDC sobre cómo se da el enlace entre él y Diario de Los Andes, nos dice que todo se inicia por el año 1975, cuando junto a Guillermo Montilla y Luis González, “dábamos al público regional nuestras opiniones en el diario El Tiempo (fundado en 1958) y en semanarios y vespertinos, entre estos La Tarde, editada por don Pedro Malavé Coll, pero sentíamos que el desarrollo económico y social logrado por Valera daba cabida a un nuevo diario, con una línea editorial actualizada y más dinámica”. Esa inquietud de un nuevo diario según el relato del Dr. Raúl la comienza a monitorear “Guillermo Montilla, que era el abanderado de esta idea, la propuso a su amigo el empresario de la ciudad de Trujillo Juan Ramón Fernández, quien además era un político carismático, con un excelente manejo de las relaciones públicas. Juan Ramón le comunicó estos entusiasmos a José Jesús Muchacho Bertoni, ya considerado entonces como el más exitoso empresario trujillano, representante principal de Muchacho Hermanos de Trujillo, que en lo comunicacional tenía arrendada a Radio Turismo y que dirigía el periodista Guillermo Memo Bracamonte, en la que el periodista Ramón Hilario Azuaje y yo mantuvimos durante 10 años el programa matutino de opinión de dos horas diarias Buenos días amigos.

Indica más adelante el autor de la Novela “Un milagro histórico” José Gregorio Hernández, que se efectuaron varias conversaciones y “Juan Ramón y Chuchi Muchacho acordaron fundar en 1976 el semanario La Razón, bajo la dirección de Guillermo Montilla y la administración del economista Eladio Muchacho Unda. Luis González y yo, desde el comienzo nos adscribimos como articulistas de opinión permanente. El éxito del semanario animó a la familia Muchacho a convertirlo en diario en 1978, bajo la administración del economista Aníbal Miranda, quien varios años antes, como profesor de Eladio en la ULA, le había sembrado a este el interés por un segundo diario en Valera”.

 

Comprometido desde el primer día

Con orgullo profundo, que le hace inflar el pecho de emoción dice: “Desde el primer número me comprometí a una caricatura para cada edición, lo que cumplí sin fallar durante 10 años; fueron más de tres mil. Se llamaban Cartulíneas y las firmaba con el seudónimo RUL, que desde hace mucho utilizo para mis dibujos y pinturas. Ese trabajo de muchos años me fue reconocido con el premio Pedro León Zapata al mejor caricaturista venezolano en el 2016.

 


DLA, dignidad ciudadana

 

“Siempre he creído, y así lo he declarado públicamente en muchas oportunidades, que Diario de Los Andes ha sido una excepción en el periodismo venezolano; sin demeritar otros de otras regiones del país, en las que tuvieron singular importancia. Pero Diario de Los Andes ha sido una excepción, porque en él se ha cumplido rigurosamente un ejercicio ético, absolutamente dirigido a la defensa con apoyo de la verdad, de los intereses colectivos y con exaltación de su dignidad ciudadana con basamentos históricos, sin concesiones personales ni de grupos. Eladio Muchacho se ha jugado allí, sin protagonismos efectistas pero sin miedo, su acendrada convicción de que es posible humanizar lo humano a través de la comunicación social limpia, espiritualizada y permanentemente conversacional, apegada al escuchar. Sus principios y su formidable catadura moral, esencializada en una soledad creadora, han impregnado durante 43 años el hacer de Diario de Los Andes; por eso pagó cárcel injusta, que le fortaleció su abundancia de corazón”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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