Ramón Azuaje, periodismo radial único, directo, de mensaje fuerte, filoso y contundente

Icono del periodismo radial trujillano, la radio fue su pasión. Se ganó el respeto y aplauso del pueblo al cual defendió a capa y espada

 

Ramón Hilario Azuaje, un boconés de nacimiento, hombre salido del pueblo para representar al pueblo. “El periodista de la verdad”, pero como nadie es dueño de la verdad, un día dijo: “yo soy dueño de mi verdad, pero eso sí, defiendo la verdad de mi pueblo, porque soy y vengo del pueblo, de mi amado Campo Elías…” En esa frase  estuvo presente su compromiso al asumir su condición de hombre, de ser humano, de persona, de padre, esposo, amigo y periodista.

No podía deslastrarse de sus orígenes porque ello involucraría perder su identidad y contribuir a la derrota de su gente, que siempre cabalga sobre potros levantados por la conquista de lo más elemental: servicio público, agua, salud, educación, vivienda, un muro, escalinatas, luz, etc.

Ramón Azuaje, desde muy joven, deja los libros porque el trabajo lo llama para poder subsistir. El hambre y las aulas en las clases pobres siempre mantienen una vieja diferencia. La educación institucionalizada, pese al decreto guzmancista de 1872, mantuvo en su época un status elitesco. Selectivo. No alcanza para todos. Ramón lo supo y fue así como empezó a mirar otros rumbos para el bienestar de él y de los suyos, comenzó a trazarse un horizonte de cara a su futuro, a su verdadera vocación para un sustento y estabilidad segura.

 

Alcanza una gran popularidad
 

Un camión de volteo es una de sus primeras experiencias en mundo laboral, como gestor de un modus vivendi rudo que supo hacerlo con alegría porque Ramón, dicharachero y comunicador por excelencia, siempre regaló una sonrisa y una palabra para la cercanía. Más tarde, seducido por ese mundo de aventuras, expectativas y confrontaciones de la radio, se hace locutor y comienza a trabajar en Radio Valera, en la década del cuarenta. Más tarde se integra al elenco de Radio Caracas Radio donde permanece cerca de seis años. Tenía condiciones magníficas para la locución, oficio que dominaba muy bien. Crea programas de opinión en varias emisoras de Trujillo y Mérida, muy polémicos, críticos, donde suele participar la representación de la comunidad para exponer sus quejas, anhelos, proyectos, etcétera. Posteriormente Ramón llega a formar parte de la AVP (Asociación Venezolana de Periodistas) y después del Colegio Nacional de Periodistas, cuya secretaría general ocupa alguna vez. Escribe columnas de opinión en los dos diarios locales, Diario El Tiempo y Diario de Los Andes en torno a temas relacionados con el desarrollo trujillano; algunas veces tomaban un clímax de denuncia y sus dardos no daban ni pedían cuartel.

Ramón alcanza una gran popularidad como comunicador social; su carácter abierto le propicia muchas amistades. Siempre tenía un brazo alzado para colocarlo al frente de los adversarios encapuchados o solemnes. Los caminos del periodismo, de mucho shock, maltratan por dentro y por fuera. Especialmente cuando la profesión no se ejerce para las complacencias, solía decir.

Un hombre de gran calidad humana, quienes le conocimos damos fe de eso.

Algunas cosas sobre Ramón


El Dr. Raúl Díaz Castañeda amigo personal de Ramón dice que sin mayores luces se echó a las abiertas y duras aulas de la Universidad de la Vida, que ofende y castiga, pero enseña. Y aprendió, y se graduó en ella con buenas notas, esas que se ganan con sangre, sudor y lágrimas en la calle.

“Y un día se descubrió comunicador social entre regaños paternales de Manuel Isidro Molina, y locutor, de la mano de Pancho “Pepe” Cróquer. Cuarenta años pasó en eso.

“Como comunicador social creó un estilo en el periodismo radiofónico: frases directas, repetidas, filosas, claras. No soltaba con facilidad su presa, y se iba hasta el hueso, aunque en la pelea dejase el pelero o los dientes. Todo lo contrario del eufemismo o el chantaje.

“Dicen que lo vieron, semanas antes de su muerte, llorando ante la tumba de su esposa, Doña Sixta. ¿Presentía el final? Quizás no fue casual que el final de sus programas “Buenos Días Amigos” y “La Tribuna del Pueblo”, hayan sido el comienzo de su muerte. Tal vez se dijo: -Sin voz, no vale la pena vivir. Ramón Azuaje. El amigo personal. Con su muerte pierde el pueblo trujillano una voz auténtica y amiga”.

 

Martillo y yunque de Radio Turismo

 

En Radio Turismo, Ramón fue martillo y yunque para su fundación, para echar a andar todo el aparataje que había estructurado su propietario y fundador, Pedro José Fajardo, su cuñado, allí se fajó para imponerle un estilo sereno, ameno, distinto a la copiosa vulgaridad, a la estridencia de las emisoras del común.

“Ramón Azuaje no se quedaba solamente en el lirismo de la Radio sino que inició un periodismo oral dinámico, activo y valiente en bien de la comunidad. Envió su equipo reporteril fue a la calle, a las urbanizaciones, a los barrios.

“Su mensaje era fuerte, contundente, golpeaba los intereses, el oscurantismo, el caciquismo, sin miedo su voz retumbó en “Buenos Días Amigos” junto a Raúl Díaz Castañeda y Emilio Briceño y “La Tribuna del Pueblo” con Francisco Graterol Vargas. No calló ante nadie ni nada, siempre  fue de frente, no hubo en él un periodista media tinta. Siempre con la verdad como carta de presentación, por eso fue el “periodista de la verdad…” se escuchó en el editorial que el día de su muerte emitiera Radio Turismo y escrito por el poeta y gran amigo, Antonio Pérez Carmona.

Según se dijo en una oportunidad, un día antes de la inauguración de la Radio, de la cual era su director, Ramón se presenta ante Pedro José Fajardo y le hizo entrega de su renuncia a la dirección. Sobre eso se han comentado muchas cosas, que pocos y muy allegados lograron conocer con exactitud el motivos de su renuncian inesperada, y todos quienes los supieron se llevaron el secreto a la tumba, hablamos desde luego de Ramón, Pedro José, Doña Sixta, y el poeta Antonio Pérez Carmona, quien por cierto fue primer gran compinche y yunta en su travesía periodística-radial, desde la época en que Ramón era corresponsal de Panorama y la revista Momento compartiendo oficina en la avenida 13, luego en Radio Valera, Radio Boconó hasta que llegaron de nuevo a Radio Turismo y el poeta Carmona se convirtió en su gran libretista, con sus editoriales de Radio Informado hasta la creación del personaje de “La Garrapata” el cual interpretaba Henry Baptista. Ese personaje llevó a Ramón Azuaje a ser detenido por la policía debido a los comentarios en contra de un juez con texto escrito por Pérez Carmona quien luego se presentó ante el comandante de la policía, Rudy Linares para explicarle que el responsable era él y no Ramón, pero esa coartada no prosperó. Según narra Francisco Graterol Vargas en su libro “Periodismo del Güeno”, para poder sacar a Ramón de la cárcel debió acudir a Guillermo Montilla para entonces secretario del CNP Trujillo, pero quien tenía sus diferencias con Ramón, fue tanta la insistencia de Graterol Vargas que al final Montilla accede y va a la comandancia, le recibe su comandante, Rudy Linares, este le dice: “adelante colega, pase colega” esa frase enfureció a Guillermo y es cuando nace la célebre frase de Montilla en contra de Linares: “No joda, ni usted es periodista ni yo soy policía”. Con todo y eso se logra el cometido, Ramón Hilario es puesto en libertad, afuera de la comandancia el pueblo festejaba, su gran defensor estaba de nuevo en la calle. No pudieron callarlo.

De su época en Radio Turismo se recuerda que fue el impulsor del sistema informativo y creador de Radio Informando, noticiero que competía con El Informador 1.230 de Radio Valera. Ramón conformo un equipo de alto nivel con: Antonio Pérez Carmona, Ramón Rivas Sáez, Francisco Graterol Vargas, Rudy Linares, Henry Baptista y no se equivocó, le latió en la cueva al monstruo que comandaban Silinio Pérez y Rafael Lujano en la pionera de la avenida 10.

 

Vehículo de comunicación

Para Ramón la radio se convirtió en su  vehículo de comunicación. Se convirtió en el máximo exponente del periodismo radial, en un locutor que supo con su aguda voz exponer ideas, expresar a todo gañote y sin miedo las críticas, problemáticas y sobre todo la enfrentar y atacar la corrección.

Ese apego de siempre estar en defensa del pueblo lo hicieron acreedor de grandes afectos, de mucha credibilidad. Tuvo ese don de ser buena sangre para cosechar amistades, sangre que requirió en su lecho de enfermo y que nadie vaciló en facilitarla. Por eso a Ramón Azuaje le sobraron ganas para seguir viviendo. Pero la parca ya había hecho su trabajo. 

Fue leal a sí mismo, a su verdad, a la verdad en la que él creía. Poco le importaba lo que decía de su persona, se sentía a gusto siendo solidario con los demás y eso lo llevaba muy dentro de sí, eso fue el estandarte de su personalidad. Aunque siempre se le vio rodeado de amigos, en el fondo se cree que fue un hombre solitario.

En una conversación que hace tiempo sostuvimos con Jhonny Alberto Villarreal otro de los amigos y personajes de la radio que conoció muy de cerca Ramón nos decía que, la soledad y tristeza de Ramón se fue marcando desde el día en que deja de ser director de Radio Turismo y se dejan de emitir su exitosos programas, “Buenos Días Amigos” y “La Tribuna del Pueblo”. El señor Pedro José Fajardo quien era el propietario y su cuñado entrega la radio a otros propietarios y lo desplazan,  eso lo marcó. Ramón a pesar de ser fuerte y rígido por fuera era un hombre muy sensible en su adentro, el saberse que perdía el mando y control de lo que había sido su casa le afectó amínicamente, ya no era el mismo, su últimos días se refugió en su casa en Sabana Libre. Emocionalmente se fue acabando. Fue un maestro, un hombre fiel, jodido como jefe, pero de gran sensibilidad humana y excelente amigo. Dejó muchas enseñanzas”.


Junto a otra grande de la época de la AVP, Pedro Malavé Coll

Su existencia fue exuberante 

en experiencias

 

El pueblo y sus oyentes, siempre le  expresaron su respaldo y solidaridad a través de manifestaciones. La política lo envolvió, fue su pasión. La amistad fue su religión. Su existencia fue exuberante en experiencias, vicisitudes del amor y la bohemia desde camionero, caravanero, hasta periodista y maestro de locución.

Ramón Hilario Azuaje se fue un día 11 de septiembre de 1992, fue despedido con aplausos en medio de una gran manifestación de respeto, aprecio, cariño, amor de un pueblo, el pueblo que vio en él a uno de sus defensores auténticos, una voz   amiga  y sincera.


Siempre rodeado de los mejores, en la gráfica se observa de izquierda a derecha: Antonio Pérez Carmona su gran guionista, Graterol Vargas, Chuto Matheus, Ramón Azuaje, Manuel Isidro Molina, Noelia de Ascanio, JJ Peña Peña y Rodolfo Zambrano.

 

 
Le dio oportunidad a mucha gente como al poeta Pérez Carmona y Graterol Vargas, con quienes conformó el equipo de prensa de Radio Informando.

 

La última etapa del programa, “Buenos Días Amigos” la hizo con Pilar Romero, aquí el momento de la despedida en la emisión del último programa. Se despedía.

 

Cuando anunció su retiro de la radio el Ateneo de Valera y el TNJ le rinden un merecido homenaje, se ve rodeado de: Silene Baptista, María de Arrolla, Morella Azuaje (hija), Pilar Romero entre otros.

 

LA VIDA DICE: “Vivir el paso es estar

activo en el presente”

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