ARCOÍRIS DE ESPERANZA (I)
El próxima día 23 de junio el Núcleo Universitario “Rafael Rangel”, cumple 50 años, medio siglo que en palabras sería un sinfín de contenido, los cuales han sido fruto de muchos desvelo, de muchas vicisitudes, de mucha preocupaciones y ocupación, para el estado Trujillo y para los miembros de ésta comunidad universitaria.
Es imperativo iniciar esta Seria Especial de cuatro entregas, sobre el NÚCLEO UNIVERSITARIO “Rafael Rangel” (Nurr-ULA Trujillo), porque infinidad de miembros en la historia de ésta comunidad lo merecen, lo cual exige evocar todos y cada uno de los actos que hicieron posible esa mancomunidad de voluntades que como un solo haz, ellos se unieron, dejando sus actividades cotidianas y con gran desprendimiento de los hombres más humildes del pueblo trujillano, se dieron a la tarea de no descansar, hasta ver cristalizar un Instituto de Educación Superior en suelo trujillano.
Cuando se buscaba el vehículo que interpretara ese anhelo, solamente pensaron que la institución que podría satisfacerlos, era la Universidad de los Andes, por dos razones básicas:
- Por estar enclavada en la región andina y de ellos se desprende que tenía un compromiso con todos los lugares que están inscritos en su geografía.
- Porque era una Universidad Autónoma, de carácter democrático y de espíritu libertario. Hoy hay que decir, que las personas que les tocaba en aquel momento dirigir esa universidad, respondieron con creces a los anhelos del gran sueño trujillano, Pedro Rincón Gutiérrez, Rector Magnífico y Antonio Luis Cárdenas, Decano de la Facultad de Ciencias. De ellos dependió en gran parte el éxito para que el Consejo Universitario decretará la creación de la extensión de su Universidad en Trujillo, el día veintitrés de septiembre de 1.971.
Según los hechos, se debió de instrumentar una serie de formalidades ante el Consejo Nacional de Universidades.
El Consejo Universitario instituyó una comisión integrada por el Dr. Antonio Luis Cárdenas, (escuqueño), Hildebrando Rodríguez (bocones, decano de la Facultad de Farmacia) y Jesús Bravo Barreto (betijoqueño. decano de la Facultad de Ciencias Forestales).
Esta comisión trabajó arduamente para el logro de este objetivo básico. Le tocó a Antonio Luis Cárdenas elaborar el proyecto, el cual fue sometido a diferentes revisiones y dio mil dolores de cabeza a su proyectista, hasta que el C.N.U. nombró una comisión para su estudio integrada por Ernesto Maíz Vellenilla, Víctor Fosi, Maritza Izaguierre, Miguel Casas Amengol, y el trujillano Albardo Aranguibel (quien fue uno de los adalides para que el proyecto saliese adelante).
Según datos conseguidos, hay que acentuar, que el Dr. Maíz Vellenilla, no encontró jamás tiempo para visitar nuestra entidad y ello retardó mucho su aprobación, lo que motivó que el Consejo Universitario de la Universidad de Los Andes, ante los continuas y sucesivas tácticas dilatorias a que era sometido el proyecto tomó una decisión audaz y decretó por unanimidad, la creación de la extensión universitaria para Trujillo el 23-09-71 y comenzó a funcionar el 23-06-72 posteriormente el CNU con motivo del Bicentenario del Natalicio de Don Cristóbal Mendoza y como un homenaje a Trujillo, aprobó la Creación del Núcleo Universitario.
La clase magistral estuvo a cargo del notable científico venezolano Arnoldo Gabaldon, en el ateneo de Trujillo, el 24-07-72. Queremos significar el calor de todos los trujillanos en mayor o menor medida, sin distingos de clases, credos religiosos o de carácter toponímico, pero las instituciones culturales del Estado, jugaron un papel de primerísima importancia y cupo el honor al Ateneo de Trujillo servir de escenario y trampolín para el logro de este ambicioso objetivo que se convirtió en una obra trascendental del estado Trujillo.
Esta obra ha cumplido la tarea de preparar el recurso humano que resuelva las múltiples situaciones problemáticas que configuran el escenario trujillano, pero además ha hecho posible que los trujillanos basándose en su propio esfuerzo transformen el entorno natural en que les toca vivir.
A miles de jóvenes de todas las edades que han integrado esta comunidad universitaria, se les ha ofrecido la oportunidad de abrevar su sed de conocimientos.
En el trascurrir de estos 50 años, las personas que ha hecho y hacen vida dentro de esa comunidad, han tenido un compromiso histórico con Trujillo y con Venezuela.
Todo lo que acontezca en el NURR-ULA preocupa a la comunidad trujillana en general, el arcoíris de esperanza de su desarrollo nos llena de regocijo, sus traumas no llenan de pena… (Continuará)